un sueño.

Nunca dejes que la realidad te arruine una gran fantasía.
Charly de repente estaba en mi cama y mi cama era enorme como un territorio, tan grande era que yo no me había dado cuenta que él estaba, pero en un revoleo de piernas me lo encuentro y toco, por obra del azar, su pene mojado, y tacto que lo mojado está ya frio. Le pregunto y me dice que se ha estado masturbando ¿en mi cama? Si. Y yo no me he dado cuenta, tan grande es la cama, tan buenos los resortes. Y lo reprendo, si yo estaba alli para que me amara. Y jugamos un rato como si fuera un ring pero sin lastimarnos,ensayando llaves y tomas de cachacascán y en el baño se enciende una luz.Le pido que haga silencio, que es mi madre.El no puede estar en mi cama,¿como entró? Si mi madre se entera la voy a pasar muy mal.Ni se lo que se puede venir,seguro una tragedia, algo sin vuelta. El no me toma en serio. Trato,como puedo de bajar la luz de mi dormitorio, de camouflar a Charly debajo de las frazadas pero él no se queda quieto y susurra, y no debería hacerlo: mi madre tiene un oido de tuberculosa. Incluso algo pasa con la luz, que tiene un dimmer ¿así se llama? eso que permite que la luz vaya bajando hasta que con un clik te avisa queestá apagada.Pero el clik no llega,Charly se mueve como un animal inquieto y mi madre hace abluciones en el baño. Así como yo escucho sus ruidos, ella debe escuchar los ruidos de mi cama.
Tengo miedo, se lo digo y el se ríe con su risa argentina que hace volar a las palomas.
Tengo miedo.