jueves, 30 de julio de 2020

date cuenta amiga.

hay expresiones que se repiten hasta tener grosor,sustancia, peso. Esta es propia del twitter, y es "date cuenta amiga".
Alude a algo que es obvio para todos,menos para vos y en general se trata de que te estan estafando emocionalmente y estas pasando por boluda
En mi sueño aparecia un date cuenta amiga grande como una montaña.
Se ve que me daba cuenta pero no me queria hacer cargo.
nada, eso.

lunes, 27 de julio de 2020

otra encuesta de internet

La sirena ahogada en vodkaen Las Diez de Literaria
vodka en Las Diez de Literaria
1 Un verbo: amar
2 Un recuerdo:  como era ser chica en los 60.
3 Un amor: mi familia
4 Algo que se dejó atrás:  la inocencia
5 Un capricho: viajar
6 Un temor: la desaparición
7 Un sueño recurrente: que me falta una materia de la secundaria
8 Una película: volver al futuro
9 La banda sonora de tu vida está compuesta por: musica de los 70
10 Un lugar en el mundo: la costanera sur

viernes, 24 de julio de 2020

gestos generosos: el caso de Silvio Soldan

Silvio Soldan me ha movido a la risa o la ironía. Porque le gustaban los gatos, porque no sabe llevar la edad, porque vivio hasta viejo con la madre, porque es un hombre de otra epoca.INclusive recuerdo con nitidez un capitulo de Policias en Acción donde una pobre mujer psicotica tenia un delirio con Silvio Soldan

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Pero parece que es un buen tipo. En este tiempo me parece que hay una escases de buenos tipos o somos buenos pero hasta ahi.
Sos bastante irónica, bastante salame, bastante perra. Pero tambien culposa. Y en nombre de esa culpa y sabiendo que los homenajes, en vida,aca, en el sirenas le damos la derecha a Silvio Soldan,a la vez que nos arrepentimos de haberlo tomado a mofa.Es un buen tipo


 

¿Y si esta semana te toca a vos?

Julieta Habif
Jul 24 · 8 min read

Para quienes viven en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y alquilan, desde siempre y hasta hace muy poco, que entró en vigencia la nueva Ley de Alquileres, fue habitual tener problemas para conseguir garante. Históricamente se pidió la escritura de propiedad de una vivienda ubicada en el mismo distrito, y entonces, si la familia del locatario no contaba con esos papeles, había que salir a pedir el favor. Este favor (en cualquier contrato inmobiliario) implicaba un compromiso no menor: si el inquilino dejaba de pagar el alquiler, la propiedad que figuraba como garantía podía embargarse. ¿Cómo sabíamos que ese alquiler se iba a pagar mes a mes? No lo sabíamos, lo podíamos deducir por ingresos, estabilidad, solvencia económica, trabajo en relación de dependencia, fe en quien iba a alquilar y demás variables, pero nadie hace futurología. Como escribió Joan Didion: “la vida cambia en un instante. Un instante normal”.

En 1996 Inés trabajaba de reportera gráfica en El expreso, un diario, según su publicidad, “pequeño por comodidad, gigante por información” y según el portal Los Andes, “de furioso oficialismo y extraño formato de bolsillo”. En ese momento, el presidente era Carlos Menem. El dueño de este medio era Gerardo Sofovich, empresario de espectáculos designado por ese oficialismo como interventor de la cadena televisiva ATC (rol por el que fue procesado por administración fraudulenta y absuelto porque la causa prescribió). Inés era madre sola de Paula, que al momento tenía 9 años y era la mejor amiga de Catalina, que era la hija de Nadia y Ernesto, que hace un tiempo habían llegado de Bolivia, país de origen de Nadia, para construir vida acá. Como a veces pasa cuando dos nenas se vuelven inseparables, las madres (ambas criando solas) empezaron a hablar cada vez más, que están en tu casa, que duermen en la mía, que arreglemos para juntarlas en la semana. Eventualmente se percibió que había la suficiente confianza como para que Nadia le pidiera a Inés que saliera de garante en el alquiler de su departamento porque no conocía a nadie acá. Inés dijo que sí. Entonces se juntaron con el agente inmobiliario y sus escribanos y firmaron el contrato.

El tiempo siguió, por este andarivel, sin mayores sobresaltos; pero por otro lado el diario de Sofovich se iba a pique. Tuvo, finalmente, sólo 14 meses de circulación, hasta que en 1997 cerró y dejó a todos sus empleados sin trabajo y sin compensaciones. Es durante las vísperas de esta maraña que a Inés le pasan por debajo de la puerta, como factura de gas, como folleto de pizzería, como cualquier otra cosa sin ningún tipo de peso una carta documento. Decía, en poquísimas líneas, que se la intimaba al pago de los meses adeudados de alquiler (del departamento donde vivía Nadia) y que de lo contrario se tomarían acciones sobre su propiedad.

“Nadia me había dicho, en su momento, yo no conozco a mucha gente así que pensé en vos. Y yo había dicho bueno dale, sí, ningún problema. Salí de garante y pasó el tiempo, mucho tiempo, mucho tiempo, ella se había separado, pasaron como dos años, siempre nos veíamos y estaba todo bien, pero en eso me llega la carta, que era corta pero decía algo así como ‘usted debe mucho pero mucho dinero’”. Así lo cuenta Inés, que leyó la carta, el párrafo único, como cuatro veces. Hacía casi dos años que Nadia no pagaba el alquiler. Durante esos años, ocasionalmente, le había pedido plata prestada a Inés justamente para eso. “Cuestión que decía ‘así que como usted es garante va a tener que hacerse responsable usted’”, agrega. No recuerda la cifra (Paula sí: eran 50.000 dólares) pero sí el desconcierto y la sensación de no tener ni la más remota idea del próximo paso. Llamó a Nadia y le dijo que cómo no le había contado, a lo que respondió que bueno, que ella estaba sola, que no conocía a mucha gente “y que iba a quedar en la calle, bla bla bla, y se puso a llorar, y ahí yo le dije Nadia, tenemos que hacer algo, porque si no tengo que vender el departamento para pagar tu deuda”. Era el departamento en el que vivía con Paula. Nadia lloraba, Inés estaba perdida y anulada. Resolvieron, cuando pudieron pensar en resolver, que irían a hablar con el propietario del departamento de la deuda. Ese hombre era Silvio Soldán.

Para comienzos de 1997, año que figuraba en la carta documento (apenas unos meses antes de que El expreso cerrara para siempre), Soldán ya era un tipo conocido. Venía haciendo radio y había conducido tres ciclos de Feliz domingo (que estaba al aire con distintos conductores desde 1970 y lo estaría hasta 2005), un programa en vivo que constaba de entrevistas, shows, juegos, competencias por un viaje de egresados y que duraba 9 horas, de 13 a 22. Hoy 9 horas en vivo se considera reality. También era la cara y la voz de Telekino, la que nos pregunta, incluso hoy, ‘¿Y si esta semana te toca a vos?’. Sobre los años anteriores, dice wikipedia: “De niño cantaba en un coro de iglesia, además de otros coros de escuela.​ En 1963 estuvo en varias bandas de rock”. Pero en el ’97, año que figuraba en la carta documento, tenía 62 años, estaba al frente del programa de radio ‘La esquina de Soldán’, y vivía con su madre.

Inés fue fotoperiodista desde que empezó a trabajar hasta que se jubiló, hace algunos años. Antes y después de su fugaz paso por el fugaz Expreso, trabajó en la editorial Perfil, en la revista Caras. Para ésta había tenido que hacer guardias en la casa de Soldán más de una vez así que sabía dónde vivía, y cuando se enteró de que era el propietario, cuenta, algo en ella sintió calma, como si ese dato implicara una especie de salida, un asomo de solución o un vínculo aprestándose. “Así que fuimos con Nadia, las dos, a hablar con Silvio Soldán. Tocamos la puerta, nos atendió él y detrás vino la madre. Después la madre se fue al fondo y él nos hizo pasar. Nos dijo ‘siéntense, siéntense, ¿qué les pasa?’. Inés habló por las dos, le dijo que Nadia era la inquilina de su departamento en Bartolomé Mitre y que no había pagado por casi dos años, que además se había separado, en el medio Nadia lloraba, y ellas se miraban y, dice Inés, pensaban ‘a ver si se ablanda un poco’.

“Silvio dice bueno, a ver, vamos a ver, primero contame, vos, en qué trabajás”, refiriéndose a ella, que le dijo que era fotógrafa y que en ese momento estaba en El expreso (Soldán estaba al tanto de la situación que atravesaba el medio), que era madre sola y no tenía forma de pagar esa deuda. Inés se mantuvo entera, no le tembló la voz ni se le cayeron las lágrimas, Nadia no participaba de la conversación y poco a poco iba calmando el desconsuelo. Silvio escuchó y, sin mediar pausa para asegurarse de la decisión que estaba tomando, respondió “Yo te voy a decir algo, dos cosas, primero, que yo te entiendo, que a mí me pasó, que yo también he sido garante de amigos y también me han fallado, te entiendo, y segundo, que vos le deberías haber dicho a Nadia algo, qué mal, qué mal, pero bueno, dejémoslo ahí, pero te quiero decir que te perdono, porque te entiendo, lo tuyo es muy grave, dejémoslo, no pagues nada, fuiste buena persona y mirá lo que te pasó”. En ese momento a Nadia le cambió la cara, lo que era un lento apagar del llanto fue un resplandor repentino, sonrió como si no hubiera pasado el último rato sumamente afligida.

Se terminaron el café, salieron de la casa y saltaron y festejaron como si hubieran ganado el viaje de egresados. Inés, que no tiene ni la dosis mínima de resentimiento, que no guarda rencor ni como ventaja adaptativa, jamás le reprochó esto a Nadia, tampoco le pidió de vuelta la plata que le había prestado, y así se fueron contentas, cada cual a su techo asegurado (intento decir: eran otros tiempos, otras formas, quizá más laxas, otros los contratos y los compromisos; si Inés no se enojó, no puedo enojarme yo). Al par de semanas llegó una carta documento idéntica a la primera pero con la distinción de segundo aviso. Inés volvió a enervarse, volvió a llamar a Nadia, volvió a visitar a Silvio. Él les dijo que no se hicieran problema, “que seguro era el abogado queriendo morder algo, pero que ya estaba resuelto”, reproduce Inés. Efectivamente, en el corto plazo se les notificó que la deuda estaba condonada.

Esto no implicó el fin de esa amistad ni tampoco la prohibición de la amistad entre Paula y Catalina. Al poco tiempo Nadia murió. Esa tarde sonó el teléfono en la casa de Paula, que estaba con Catalina. Era la hermana de Nadia. “Avisale a cata que Nadia murió hace un rato”, le dijo. Paula, en shock, cortó y miró a su amiga que le dijo: “¿Qué paso? ¿Se murió mi mamá?”, “Sí.”

La relación entre ellas duró toda la secundaria y luego se fue diluyendo con el tiempo, de manera muy lenta, y hoy ya no saben nada de la otra. Inés, por su parte, recuerda este momento como uno muy difícil a nivel laboral, recuerda con dolor la muerte de su amiga, y el problema de la garantía es, con perspectiva y en todo este contexto, una anécdota sin tanto drama.

Hace algunos días le pregunto a una colega un dato sobre Feliz Domingo y no lo tiene pero me pasa el teléfono de Silvio Soldán. Le escribo un jueves a la tarde. Lo tuteo porque si lo trato de usted sé que voy a cambiar de registro a mitad de camino, nunca puedo mantener el trato de usted, entonces me presento y le digo: “Estoy escribiendo una historia sobre una mujer que salió de garante en el alquiler de un departamento tuyo, la inquilina se endeudó y vos les perdonaste la deuda. Fue en 1997. Quisiera tener tu voz al respecto también, si no es inconveniente”. Jueves: no le llega. Viernes: no le llega. Sábado, domingo, lunes, martes no le llega. El miércoles me responde ‘llamame al fijo’ y me lo pasa. Eso hago, de inmediato.

Me dice querida, todo el tiempo querida aún cuando le repito mi nombre. Es un trato que me gusta, me parece cálido. Hola querida sí querida beso querida. Me pregunta para qué programa es y aclara que él no hace zoom ni salidas en vivo “ni esas cosas’”. Le explico que es para un blog personal, pero creo que no termina de entenderlo o yo de explicarlo como corresponde. Le reitero la historia que estoy escribiendo, me dice que no recuerda el caso particular, “pero lo único que te puedo decir es que sí, que lo hice, habrá sido una de las tantas personas que acudieron a mí, porque muchos hemos sido garantes, no hay problema, pero sí, pero no es para florearse con esto, lo he hecho con hipotecas también”. Le agradezco la declaración y me dice, una vez más, que no sabe a quién podría interesarle esto, “a quién le vas a vender esto, querida” dice. La llamada dura menos de dos minutos; la declaración, menos de 30 segundos, el recuerdo en la cabeza de Paula es incluso más compacto, un audio de una décima parte de eso, apenas 11 palabras: “A mi mamá y a mí, Soldán nos salvó la casa"

jueves, 23 de julio de 2020

receta de empanadas arabes para pancito

Tengo amigas mas jovenes de twitter, me parece que es porque la gente de mi edad usa menos el tw.
Me olvido que son mas jovenes y cotilleo como la que mas.
Hoy me dí dique con estas empanadas. y la receta no es mia,la saque de ¿taringa? y la tengo guardada en una carpeta de la pc llamada "recetas"
para pancito a la que le tengo gran fe

Empanadas Árabe Receta de Ricardo Blanco- Cookpad
La masa:
La masa es la pan, hermano. Harina, agua, sal y levadura de cerveza. Un cubito de 50 grs. de levadura en un kilo de harina va bien. Con un kilo te salen de treinta a treinta y seis empanadas, según el tamaño del bollito, que al final va a ser el tamaño de la empanada. Si no sabés cómo amasar una masa de pan, olvidate. Andá a comprarlas y listo. Pero si te das maña para eso, prestá atención: todos los chabones diplomados te van a decir que usés harina 000. ¡No! Mandate con la 0000. Y otra: o hagás una masa dura: hacela blandengue. Que la puedas manejar, pero blanda. Cuando sobaste bien la masa, cortás pedacitos y amasás con las dos manos, entre las palmas de tu mano, hasta sacar un bollito del tamaño de una pelotita de ésas de ping pong de mesa (o un poquitito más grandes quizás). Es decir, sacás treinta y seis bolltos. ¡Y… sí, tío, lleva su trabajito! Los ponés sobre una tabla enharinada hasta que se inflen. Luego las cubrís con un trapo y esperás que aumenten el volumen.
El relleno.
El relleno lo tenés que hacer el día anterior. Es imprescindible. Anotá:
1 kilo y cuarto de carne picada. Elegí un corte de calidad y que te lo piquen. Olvidate de la picada de oferta. Las originales de Oriente, dicen, llevan carne de cordero. Pero aquí en Argentina es de vaca.
4 cebollas tirando a grandes, picada a fino.
1 pedacito de puerro. Pero escuchame, cuando te digo un pedacito es un pedacito de puerro. Hacé de cuenta que del tamaño de un cigarro.
1 ó 2 cebollitas de verdeo. Los bulbitos picalos, y las hojas cortalas a cuchillo en aritos.
1 tomate. Sí, loco, un tomate, y qué. Picalo también.
Jugo de limón. ¿Cuánto? Medio limón. No le pongás más. Con medio limón alcanza.
Perejil picado, pero a lo guarango. Un ramillete como ese de frescias, tal cual. Así, buena cantidad de perejil.
Algunos le ponen pimiento picado. ¡Nones!. No le pongas. Con esos ingredientes que te dí, joya. Tampoco le pongas aceite. No es necesario. Y ajo…¡ni se te ocurra! ¡Herejía!
Condimentos:
Aquí está el secreto que me costó años, no descubrir, pero sí aceptar: te tenés que conseguir sí o sí la mezcla llamada “siete especias”. Sin esto, perdiste. Te vas a una casa que vendan artículos de la cocina árabe y comprás un pote de “siete especias”. Vos pedila así. Ellos saben qué te tienen que dar. Y le echás unas tres o cuatro cucharadas soperas a la carne. Y nada más. Ah, sal, claro: la sal.
Agarrás un bol, tirás la carne y todos los ingredientes, luego un chorro de agua recaliente (medio vaso más o menos) y con la mano, escuchá bien: con la mano mezclás todo durante un buen rato, hasta que se mezclen todos los ingredientes y los condimentos con la carne. Luego metés el bol en la heladera y ¡hasta mañana!
A comer.
Al día siguiente, con el horno al mango, agarrás una asadero de ésas para pizza, la enharinás y vas armando las empanadas. Estirás los bollos. Te van a quedar como una tapa de empanada común: redonda y fina. Un poco más grande de diámetro que las tapas comunes. En el medio ponés una cucharada bien gorda del relleno, lo desparramás un poco sobre la tapa y las armás, dándole la forma que está en la foto, dejando el centro abierto.
Las acomodás sobre la asadera (te van a entrar cinco o seis por vez según el tamaño) y antes de meterlas al horno, las mojás por la parte superior con agua. Sí, agua de la canilla. Luego las metés al horno. Primero arriba, en el horno porpiamente dicho, hasta que el relleno empiece a bullir. Las vas relojeando, hasta ver que el piso de la empanada está doradito. Cuando el piso está doradito, las metés en la parte de abajo del horno, ésa que llaman parrilla y que le viene el fuego de arriba. Allí las dejás hasta que se doren por la parte superior.
Finalmente, cuando las sacás con una espátula, las metés en una cacerola que vas a cerrar mientras sale la próxima tanda. De esta manera, se van humedeciendo con el vapor del propio calor. Cuando sacaste del horno la empanada número treinta, ¡a la mesa!


Me quedé corta por casta.https://sirenasahogadasenvodka.blogspot.com/2020/07/en-la-cama.htmlDigamos por escribir con una dosis de castidad demasiado pequeña como para no escandalizar a mis parientes y demasiado grande para poder como escribió Pedro Mairal (en caso de que lo necesitare) "tu culo está en mis planes".
Ahora ¿creo yo que escribir guarango me va a salvar del infierno eterno?: Es mas,¿creo en el infierno eterno?.Incluso ¿creo que mi honra se juega en un post que con suerte leeran con atención y hasta el final diez, quince personas?
No a todo.
Asi que retomaré el texto anteultimo de nadar en la cama.
No solo mis piecesitos nadan en la cama,tambien nada mi tronco,como si fuera una lampalagua artrítica con movimientos acotados, menos ondulantes de lo que debieran buscando el calor que genera mi friccion por entre las sabanas,buscando generar calor.
Mis enormes tetas tambien hacen lo suyo presionando contra la sabana, gestando calidez. Pienso que para algo tienen que servir.El agua de las sabanas hacen que floten , la gravedad no funciona en la cama-rio,y flotan como en un flotario,como el mar muerto que es esta cama donde duermo sola hasta que mas tarde (horas mas tarde)viene mi marido y mis pies pecesitos buscan enroscarse en sus piernas columnas de acero.
Hace años, como tres,que me duelen los hombros, supongo que es el manguito rotador,pero para hacer justicia me duele un poco mas abajo de los hombros, en un lugar donde si me guio por el plano de la anatomia humana no hay nada,pero en mi anatomia frankestein por ahi pusieron unos acoples,algo, una soldadura y esa soldadura se oxido y entonces me duele.
La cabeza no está abajo del agua, la pongo afuera mientras todo el cuerpo esta sumergido en la sabana, en la frazada de polar,en el acolchado buscando napas de agua caliente.
Me toco la vulva: demasiados pelos hisurtos. Es la pandemia, Volveré a tenerla como una sirena niña,pelada y suave , gracias a la depilación española.
hago lo que puedo hasta que viene el sueño,y me lleva puesta. Un dia me voy a ahogar:sera la muerte que me busca. winsor mccay little nemo en el país de los sueños 2 - l52 j

lunes, 20 de julio de 2020

en la cama

adentro de la cama de dos plazas,en invierno, es como estar sumergido en un mar, pero en un mar caliente, podría decir un mar de pis sino fuera asqueroso: mejor en un mar de liquido amniotico y cada capa de tela es una capa de agua : Al rato de estar danzando ahi adentro las capas no se mantienen alineadas, estiras la pata y sentis deslizarse la sabana de algodon,la frazada de polar, el cobertor mullido de vaya a saber que, relleno con vaya a saber cuando, pero pesado y caliente
Y adentro de ese mar pataleo, un poco, no tanto como para espantar a nadie,pero no me quedo quieta. Alli tus piernas son como la parte de la escollera que esta sumergida en el mar, como concreto,duras y nada exploradoras. Mis pies aletean,se enroscan, te buscan, te repelen
Añoro la suavidad de los bebes, ese dormir en posición rana con las piernas bien abiertas, lo añoro sobre todo cuando tomo conciencia de mis manos apretadas,todo mi cuerpo convulso duro,menos mal que mis piernas se mueven y se enroscan a las tuyas, que dormis,olvidado de mi, olvidado de todo
No hay vez que me despierte que no piense en que contracturada estoy y aflojo mis manos,lo que puedo,me aflojo,conscientemente, y al final salgo de esa playa, salgo de ese mar., me escurro hacia el baño,me doy cuenta que contracturada estoy y le echo la culpa a la pandemia
Ni yo me lo creo

sábado, 18 de julio de 2020

phantomas

En esta pandemia no se que hacer con el fantasma que vive abajo de mi cama. Es una nena,de mi edad,bah, era de mi edad antes,yo voy creciendo pero la fantasma se queda chiquita,no cumple años.Hace mucho tiempo intenté decirselo a mi mamá,pero me dijo que eran todas imaginaciones mia y se acosto en mi cama y durmio conmigo, y entonces la chiquita se debe haber quedado a dormir lo mas pancha abajo de mi colchon,esa noche dormimos las tres en la misma pieza y despues mi mamá cambio el calefactor porque dijo que ahi hacía frio,pero la nena y  yo sabiamos que era por su condición fantasmal
Ahora no me asusta,nunca fue su intención,pero es raro ver a alguien durmiendo en tu pieza y que tenga ese color rosa raro. Y que nadie lo vea.
Un dia me enteré por una vecina que en este departamento vivieron una pareja joven con una bebe que le agarró meningitis y se murió y entonces ellos se mudaron: Yo me pregunto porque no se llevaron a su fantasmita y me lo dejaron a mi.
No quiero que nadie piense que soy rara, a lo sumo mi familia piensa que tengo una amiga imaginaria pero yo no sería nunca amiga de alguien que está todo el día encerrada y hace que el aire sea frio.
La tolero.
Pero en estos tiempos de pandemia, la fantasmita(Yo se que se llamaba Daiana la bebe muerta, pero no le voy a decir Daiana) a veces sale durante el día y yo me llevo cada julepe que no te cuento, y lo peor es que tengo que disimular. Una vez me hice pis encima porque me asustó.
Mi papá me dijo que nos vamos a ir de esta casa porque voy a tener un hermanito: Que voy a tener que aprender a compartir. No sabe de la nenita. Igual yo la voy a preparar.Quien sabe quien va a venir en esta casa, donde ella es la patrona.

domingo, 12 de julio de 2020

tarot

El mundial de escritura te manda hacer un texto a partir de una carta del tarot.Estoy muy interesada en el tarot(no se si será efecto de la cuarentena) Me compre unas cartas por Aliexpress, vienen de Malasia y todavia no llegaron:
El que me interese en el tarot generó una pelea (otra mas) conyugal. Mi marido odia todo oraculo y yo no soy santera ni nada parecido pero ¿a quien jodo?
Busque mi carta en un sitio virtual y me salio El emperador representa el patriarcado,lo masculino,la autoridad,la solidez economica.

Aqui mi texto.
Pensé en cambiar de sexo, en vestirme como un hombre, en vendar mis pechos hasta que con una camisa pareciera lisa. Pedí a mi médico recomendaciones para hacer terapia hormonal, me empezó a  salir una leve barba,un timido bigote. Tiré a la basura toda mi ropa de mujer.  Empecé a impostar la voz, me acodé en la barra de un bar y solo se me acercaron lesbianas, creyendome una de ella.
Dupliqué la apuesta, hice todos los trámites para que mi documento me reconociera mi identidad elegida, le pusé un nombre que no pudiera ser afeminado. Mi altura, menos de 1.60 no me favorecía,  Una vez que tuve mi documento pedí en el banco cambio de sucursal para empezar como hombre
Decidí hacer una cirugia para implantarme un pene, pero me parecio muy cruento para hacerlo ahora. Mis hermanos me siguen llamando Cecilia.
Encomendaré mi suerte al Emperador.

viernes, 10 de julio de 2020

le funcionaba a fiodor dovstoieviky



ropero luna luneta sabana zapato reinado reina lunario subibaa remera remo surubi rio linea burbuja
sopa zinc techo tejado niño nirvana silencio purpura purpurina lunes servilleta mantel tenedor 
subida escabel turno pajaro muelle rincon madera sabana sol tender soga palo viento ventolin
ventura sillon ventana vidrio tinaja musica sonido computadora



ropero zapato reina lunario renera sopa zinc tejado purpura escabel pajaro madera tender ventana tinaja


Reina

Parada junto a la ventana,vestida con su remera gastada del año pasado, detras el ropero con su luna reflejandola, adelante la luna colgada en el cielo, el rio en la noche, con su ruido a zinc ,sin lanchas que lo surquen, la soga agitandose con el palo como una ballerina por el viento,las sabanas con las alas desplegadas, y la reina niña manejando la ventura, Sus padres duermen sin temor en el cuarto anexo sin saber que ella saldrá por el escabel de la casa,como un pajaro insomne,solitario, final, burlando la noche y el viento, y se sentará en ese muelle nocturno, envuelta en la burbuja de la luna purpura, breve como un pajaro, sumergiendose en la tinaja del rio,como en la sopa total de la vida, dejandose llevar, un surubí por el rio marrón. Reina del lunario,reina de la plata. 

algo viejo que merece volver a leerse.

cateterismo

La mañana se desliza entre nescafé y el viaje a la clínica, él manejando con auto mientras el otoño, otro otoño, otro mas, casi rutina y des...