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Mostrando entradas de noviembre, 2018

maladie

Es sabido que toda forma de amor, aún las eventuales  funcionan en el cuerpo como las malditas fiebres del trópico que oscurecen  la comprensión del mundo y no ceden con  amoxi de amplio espectro Por boca me Inyectaste metanfetamina bruta, casi de prepo y los síntomas se presentaron claros y distintos: alucino  coincidencias  busco sentido a cosas estúpidas sigo señales inestables, frágiles marcas  que se lavarán con el rocío y que ya sabemos ambos, perros viejos que no eran señales sino confusas rayitas que entendí para el carajo. La necesidad me volvió torpe  esa música no es para los dos lo mismo ni  sabés de que te hablo no recordarás esas entrelineas en el texto jadeante de mi boca, en la carne de mi relato, aquel  temblor del cuerpo no te dice nada salvo lo obvio. EL deseo, un cáncer desparramado, Trato de encapsularlo en la escritura   maladie  autoinmune, sida de las emociones “es el amor, con sus magias inútiles” Que ter

Kierkegaard

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"No pertenecía al mundo real, y sin embargo tenía muchos lazos con él. Continuamente se metía dentro, y siempre, cuanto más se abandonaba, más salía de él. Y no era el Bien lo que le tenía alejado, ni tampoco el Mal; no puedo afirmar nada en contra de él, en ningún aspecto. Padecía una exacerbatio cerebri, por lo que la realidad no le servía de estímulo más que de forma esporádica. No se alejaba el de la realidad por ser demasiado débil para soportarla, sino demasiado fuerte." Diario de un Seductor. Sören Kierkegaard   A veces pensamos demasiado. Y eso nunca lleva a la felicidad. En Casa Tomada (un cuento que casi se de memoria, y no porque sea el mejor que haya leído) el protagonista dice "se puede ser feliz sin pensar" Creo que esa frase siempre me ha interpelado. Tal vez mi capacidad de alegría y mi capacidad de angustia se deban a que pienso demasiado: me doy manija con pequeñisimos,

lineas en el aire.

La sirena juntaba hojas secas dentro de una caja de madera que había tenido un lazo rojo, que había terminado en la basura, mugriento. Una caja de bombones industriales felf fort, de esas que se venden en  almacenes de barrio como para salir de un apuro, cuando te olvidaste de comprar, o acaso no pensabas ir a saludar a nadie.   Las hojas las secaba entre tapas de libro y juntaba hojas porque era  más fácil que juntar mariposas. Ya no hay mariposas, todos lo sabemos. Él la seguía con la mirada, fijos los ojos en la caja cuando ella pasaba para ir a comprar al almacén, con bolsa hecha con sachet de leche trenzados. En una mano la caja, en otra mano, colgando, la bolsa. A veces se agachaba, y buscaba una hoja en el piso otoñal. El era un adolescente poeta. Flaquito, con el pelo medio largón como se usaba entonces. Difícil reconocerlo en el que es ahora. Tenés que agarrar la foto y buscarlo poco a poco y se te hará la luz. No cambiamos para el que sabe mirar. La sirena era infinit

primavera

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Creanme señores que me siento insultada; me escupen los jacarandaes de mi barrio sus flores violetas y como lombrices se me meten los olores dulces de los tilos en las narices Invasivos,intolerantes Como para no darse cuenta que las copas de los arboles se menean con el viento remedando lúbricas mujeres de caderas enormes tan primavera todo A mi me queda la gracia de tus palabras en el celular que tal vez espíen algoritmos tratando de saber quienes somos y que como vendernos mercadería.

I'm still

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cuando venís tu cuchillo entra atraviesa los músculos los separa como cuerdas de guitarra pegoteadas indaga, como si en vez de filo tuviera el tacto de hábiles dedos despega pliegues lascivos y entonces aquello dormido vuelve a sangrar y yo, que vengo rodada entiendo todo hago como que no sangra y bailo mi baile de negra murguera y vengo rodada vos te das cuenta soy un zapato cómodo de esos de caminar que no lastiman y que el día menos pensado será sacado a las diecinueve para que lo recoja el basurero.

la pileta de los patos. (incluye agregados)

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Cada vez que se le cambiaba el agua a la pileta de cemento donde nadaban los patos, Fausto y yo nos metíamos. En calzoncillo, porque para los fines de la década del 30 no teníamos pantaloncitos para nadar y tampoco nos imaginábamos que eso existiera. Mis viejos habían cercado en la manzana unos cuantos lotes, que se juntaban en los fondos y se pagaban los impuestos para lograr la posesión treintañal, pero en la malaria de la viudez, mi vieja los malvendió sin escritura, para llenar la olla.  Sin embargo, donde estaba la casa el lote había sido comprado: Nadie había vivido en esa manzana antes.   Nos gustaba meternos en la pileta de los patos. Eramos, con los Mangionne, con los Micchio, los primeros en vivir en la calle Llavallol al 1200. Ahora Fausto, que tiene como patos en el cerebro y ya pasó los noventa, alquila esa casa vieja, remodelada,  a unos paraguayos. El baño ya no está afuera. Si ahora vieras la zona, no hay nada de tierra, por ahi en los fondos, encerrada entre

Ara San Juan, No les creo nada, pero honor a esas familias que buscaron a los suyos, cuando el Estado se hizo el gil.

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Mucho Arlt

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El post mas visto de este blog (supongo que es porque le di difusión) es este cuento  https://sirenasahogadasenvodka.blogspot.com/2018/09/verdades-como-edificios.html Se posta que no es el mejor cuento, porque (sangro por la herida) me lo rechazaron en Polvo cuando lo  mandé . Me dijeron que tenía algunas cosas buenas pero como "que no pasaba nada". Yo lo amo porque habla de mis berretines, entre ellos, Arlt. También está lanzado hacia el futuro, porque la protagonista cursa en la Cátedra de Saitta, (que es la de Literatura Argentina II). Cuando lo escribí, yo no iba a Puan, y estaba muy lejos geográficamente de Filosofia y Letras.  Pero lentamente y con cierto garbo me fui acercando: claro, a estudiar Filosofia y no Letras, Pero como el camino directo no es el mio, creo que ayer, mientras hacía el recorrido Arlt de Brecha (un city tour) tuve la certeza de que terminaré cursando Literatura Argentina II como opcional en la Licenciatura de Filosofía. El recorrido fue interes

Roberto parando el bondi: El porvenir es triunfalmente nuestro.

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Esta pintura (no se si es un oleo o que, no me doy cuenta), se llama Roberto parando el bondi.y me la suministro @elprecivilizado, un amigo de tuiter. La razón es que publiqué que hoy voy a hacer un city tour temático sobre Arlt. Ya contaré, si hay algo que me genere una crónica. Arlt fue leído por esta bloguera cuando todavía era muy chica para entender el cabal sentido de la palabra canalla. Tambien me gustaba cuando Arlt decia que algunas cosas eran "de tenderos", como chismes menores. Y que Masotta, el analista, el especialista de Merleau Ponty y Sartre lo amara tanto. Tal vez porque un día me ratee en quinto año a la escuela y fui a ver Los siete Locos al cine Las Flores. No se muy bien porque. Creo definitivamente porque amo mucho el prologo de Los lanzallamas. Con  Los lanzallamas  finaliza la novela de  Los siete locos . Estoy contento de haber tenido la voluntad de trabajar, en condiciones bastante desfavorables, para dar fin a una obra que exigía soledad y r

Rosario

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Nosotras, las señoras enumeramos árboles el olor dulzón de los tilos los jacarandaes que decoran el pasto del color de la violeta las largas y tristes bayas colgantes de esos, que no eran algarrobos; aquel, en el medio, el que tenia guirnaldas y briznas con flores amarillas Te pregunto por las castañas porque me gustan lo exótico y los viajes y busco con calentura el río marrón. En el cielo de la orilla abajo de la barranca se atolondran las golondrinas, como pequeños murciélagos de alas pegadas, molestando en este remedo  húmedo del sopor del verano Buscábamos sombra y asiento hablamos de la escritura y sus desvaríos esperamos que el reloj cumpla nuestra agenda. Rosario se despereza en esta siesta interminable donde se habla de este asunto delicado de estar vivas.
Me inundó las narinas (conozco esa palabra, no se de donde) la conjunción de olor a mugre vieja, a chivo, a ropa meada que no se lavó, al alcohol que larga la fruta fermentada -una mermelada de kiwi y pera pasada,que incluso despues de lavar el frasco siguio hediendo. Entré sola a la casa de Elisa yabrí las persianas, que el sol entrara y limpiara el aire. Ya hacia varios meses que la habíamos encontrado muerta y pagado la cremación entre todos los del barrio (los notables, los solidarios, los que no se hicieron los otarios).  Juntamos plata para el servicio, que consistió solo en un responso en la capilla de la Chacarita y la ida al Crematorio. Yo me ofrecí a retirar las cenizas, porque cada sabado iba a El Galpón a comprar verdura orgánica. Por eso el negro Rubira me dio las llaves y dispuso: enterrá las cenizas en el fondo, a ella le gustaría. Pasaron dos meses y nadie vino a hacerse cargo de la vivienda, ningun sobrino nieto que nadie conocía.  La primera semana Rubira entró co

Italo Calvino, las ciudades invisibles. Fragmento.

—El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio.

el significante que falta.

Aquello que fue alguna vez prescripto, necesario, sin lo cual nada. Lo que hace millones de años temí, fue anhelo, realidad, habito y al final costumbre brilló con la ausencia de una casa demolida en el camino al trabajo. La felicidad nos vino por otros senderos del cuerpo No había demasiadas palabras y usamos,por costumbre,  las que teníamos que no eran muy precisas María Moliner podría demandarnos. Entonces, o malusamos el diccionario de siempre o nos decidimos a inventar verbos nuevos Necesito hacerle justicia a eso que me diste