lunes, 31 de octubre de 2016

noctilucas.

Había noctilucas. Es decir que el mar tenía brillantes haciendo lucesitas. Tambien había ruido, atronaban las olas y el bar de la playa - cerrado e iluminado- daba al lugar la confianza de que podrias caminar de noche sin que nada malo te tragara.

Me quedé mirando las noctilucas, pensé en si eran microorganismos del reino animal o algas fosforescentes y me gustó pensar que eran seres que copulaban y daban a luz, otras luces. Tuve frío. Y esta bien que así sea. No es justo acercarse al mar de noche y no tener frio, no pensar en fuegos en la playa, no pensar en abrazos.

Ellas estaban haciendo orgias en el agua, y el olor a sal me ensopaba la nariz. A sal y a yodo y tal vez -no quiero reconocerlo- una idea de pescados muertos que, sin embargo, no veia en la playa.
Por la rambla de madera circulaban parejas y familias que elegían eso en vez de la tres, quiza por que la casa quedaba mas cerca yendo por la playa, Y ademas no habían empezado las clases y la playa no había sido vaciada.
Estaba sola, tenía frio, nadie me esperaba. Creo que me salvaron del horror las noctilucas y las estrellas, que son gauchitas, tal vez la cruz del sur, que siempre busco. Tal vez, simplemente, que pensé mañana será mejor, que no me puedo dar por vencida.



viernes, 28 de octubre de 2016

reflotando un poema viejo con el agregado del gran Boleto,


no se si el poema trata de que no sabemos si estamos vivas o muertas hasta que nos miren bien como el gato de Schrodinger , o si surcamos los cielos como el valiente Boleto.
en definitiva, se trata de nuestra vulnerabilidad.



el gato de schrodinger en un pequeño poema.


como un pequeño hombre bala
de un circo de suburbios
en las cartas que te mando
surco el espacio.
desgarro la barrera del sonido,
las convenciones,
el sentido común.
Se me rompe el uniforme, 
el tiempo explota con un chasquido
Y cuando estoy en el aire, 
soy el gato de schrödinger.


miércoles, 26 de octubre de 2016

como niño en dia de reyes.

paso a contar que ayer leí en el ciclo La Mejunje tres poemas. No había gran luz y temo que leí para la mierda. Espero que no, para no haber abochornado a mis cuatro acompañantes. Dos amigos de blogs, una tuitera, y mi viejisimo amigo Filip Marlowe de la lista de http://magicasruinas.com.ar/
Los poemas están en este blog, pero la ocasión amerita (?) que los cuelgue de nuevo: Pensar que a esta altura del partido leo poemas en un bar no deja de emocionarme. Será que cuanto mas vieja mas pelotuda, puede ser, También puede ser que tengo el alma bastante sana.  O un poco de cada cosa.


Oración de la Sirena

Si existís, dios de las mujeres que envejecen,
dame ganas de seguir cagándome de la risa,
tal como venís conservándome esa gracia hasta hoy.
(Y te lo agradezco, señor)
Dame los ojos verdes que tuve, como buena sirena que soy,
haz que no se sequen, aunque no vean como antes;
Ellos ven la lujuria del planeta azul
  aun en la maldición de la presbicia
y en esa visión, ensalzan tu gloria.
Dame la posibilidad de que si él me mira,
los ojos se me rían.
Si existís, dios de las mujeres menopáusicas
dame algo de gracia serena,
dame la no resignación
dame, ya no la belleza puta de ser joven
sino mas bien esa eterna belleza de las mujeres de Atenas,
 áspera de cicatrices y arrugas
 pero ante cual el guerrero no retrocede
Dame salud o acaso una muerte dulce sin deterioro
Y si me das la muerte, dame la fuerza para morirme entera
O dame una muerte en el sueño
y una vida después de la muerte para seguir hablando palabras,
por que sin palabras  no soy yo.
Dame el verbo.
Dame la gracia de seguir siendo amada con pasión,
no importa la turgencia del pene que me penetre,
 sino el aleteo del corazón que me ame.
No te pido grandes cosas
dame la posibilidad de seguir siendo la que fui
en esta que soy ahora
Amén



Mensaje en el Contestador

Si el llama nuevamente por telefono
le dices que no insista, que he salido
Alfonsina Storni

Contesta el llamado, se que estás allí
te hablo a  ti, darling,¿ sabes que ?
hagamos una cosa:
te espero en el Lexington Hotel.

Me pintaré los labios de rojo
como si fuera una starlet
y te haré todos tus vicios
en el Lexington Hotel.
Ven, my love
Tomaremos in the room
martinis excesivamente secos
que traerá un camarero de bigote latino
al que le pagaras
just firmando the bill
mientras me mira con indisimulado deseo.

Llevaré puesto
aquel vestido rojo strapless
ese que tu, little bunny,
me compraste aquella tarde
el que venía envuelto en una caja con moñas,
¿recuerdas? Fue en Rodeo Drive
Nos atendieron serviles vendedoras
Prestas a mis caprichos
sabiendo que si no se aplicaban enought
perderían el trabajo

Ven,
hay hightmoon in the darkness
y te prometo que solo diré palabras
 como pretty bear, my heart
y seré frívola y peligrosa
Mientras, de fondo
Sonaran  solos de saxo
y temblequearan en los espejos
los neones del afuera del pent house
que ocupamos en el Lexington Hotel


Ven, hazme tuya
Oh honney, oh, mi cariñito
Entre sabanas de seda

Y yo,
blanca, desnuda, transparente
liviana, frágil
vacía
como la botella de bourbon
que nos tomamos.
nada seré
no seré yo
juro que no seré yo
esta noche , si vienes, no seré yo
a ver si así me quieres

blue moon mis ojos vacios
cocaína snifada en canutos hechos
con billetes de mil dólares
alineada prolijamente con una gillete azul
 donde veo reflejada
la bocacalle,
el río
la turbiedad de los barrios
tan sola
en el Lexington
oh darling
oh my love
lonely nuevamente
no me dejes caer
nunca mas
crying
sola

Ven
No seré yo.



Corte de luz
Han ido a buscar el sol de noche.
y escuchamos el seseo de seda
al rasgar el cuadradito amarillento
y dentro, como un regalo
una camisita blanca
finísima, delicada, etérea
que al incendiarse
ilumina
en rojo, violeta, naranja,
en colores que nos hacen temer
por un segundo
el fracaso de la empresa
y repentino
estalla en luz
incandescente
como algunas perras pasiones
 .

Y claro, nos  invaden los aromas a kerosene del primus
el bombeo fabril,  rítmico, necesario
para se haga esta mágica claridad de los pobres
en el sol de noche
Relumbra la panza de bronce del farol
en dorado de ricos
bailan en la luz circular
bichitos mínimos


Es bueno que sea verano 
que el calor nos empaste las patas
y los que podemos, andemos descalzos sin brindar excusas.
y todos  por la casa a oscuras
abrimos las puertas y las ventanas
y buscamos como bichitos,
nosotros también,
 el sol de noche encendido en el patio de atrás
yuyos crecidos 
una parrilla medio grasienta
suenan grillos y ruidos amigos
y en la mesa,
una cerveza, un sifón
unos sanguches hechos con lo que quedaba en la heladera
para que no se arruine.

Y hay algo de campo 
en el corte de luz de la casa
hay algo de amistoso
que nos aprieta alrededor de la mesa
Estamos en esta noche de verano que nos desliza 
hacia algo profundo que no terminamos de entender
mientras los chicos miran su celular hipnotizados y silenciosos
y yo me quedo calma o serena o perdida
pensando en no se que cosa.





banda de sonido para una escena de pelicula donde una pareja camina bajo la lluvia.

imaginate esta escena:
dos caminan, las calles estan un poco vacias, cruzan algunos taxis. Da para apurarse, pero esos dos caminan muy despacio. Llovizna como ahora mismo, una persistente garua que sin embargo no molesta demasiado. Ninguno usa paraguas. Avenidas con luz en el asfalto. Y en tu cabeza suena esta canción. Hay trenes
¿no es acaso  perfecto?

domingo, 23 de octubre de 2016

cobain

Hay un poema de Costantini sobre Gardel que es tan bello que duele. Hoy se me ocurre que podria cambiarle dos palabritas  (perdon Costantini) y le vendria maravilloso a Cobain.
 Resultado de imagen para kurt cobain sonriendo

Para mí, lo inventamos
seguramente fue una tarde de domingo,
con mate,
con recuerdos,
con tristeza,
con bailables bajito en la radio,
después de los partidos.

Seguramente nos dolía una foto en la pared,
algún no tengo ganas,
algún libro.

Yo creo que andaríamos así,
sonsos de aburrimiento,
solitariando viejos para qués,
sin mujer o sin plata,
y desabridos.

Seguramente nos sentimos de golpe
terriblemente solos,
muy huérfanos, muy niños.
Tal vez tocamos fondo.
Tal vez alguien pensó en el amasijo.

Entonces, que sé yo,
nos pasó algo rarísimo.
Nos vino como un ángel desde adentro,
nos pusimos proféticos,
nos despertamos bíblicos.
Miramos hacia las telarañas del techo,
nos dijimos:

"Hagamos pues un Dios a semejanza
de lo que quisimos ser y no pudimos.
Démosle lo mejor,
lo más sueño y más pájaro
de nosotros mismos.
Inventémosle un nombre, una sonrisa,
una voz que perdure por los siglos,
un plantarse en el mundo, lindo, fácil
como pasándole ases al destino."

Y claro, lo deseamos
y vino.
y nos salió rubio, glorioso, hermoso como una estrella
eterno como un Dios o como un disco.
Se entreabrieron los cielos de costado
y su voz nos cantaba:
Hello, hello, hello, how low

Eran como las seis,
esa hora en que empiezan los bailables
y ya acabaron todos los partidos.

sábado, 22 de octubre de 2016

mividayo - himno

Premios. La sirena premiada.

O todo viene junto o te morís de sed.
Esta semana tuve varios premios. De esos que te da la vida.
un cuento finalista en un concurso, la invitación de una Editorial para editar un libro mio, encuentros furtivos con gente que quiero, mi ultima clase del taller de clown, y un premio de blog que me da El blog de Frodo. Gracias, pibito. ¿Leo?
Como un don lleva consigo una responsabilidad (lo escuché en la pelicula de Spider Man) tengo que dar ese premio a otros blogues. Nunca hice eso. La verdad es que comento poco, aunque me gusta navegar de un lado a otro.Es que soy esclava de las redes sociales y tanto tuiter me ha secado el seso.


Estas son las bases y los nominados tendrán que pasar la antorcha. Ya se que hay gente que no le gusta jugar a estas cosas, yo misma jamás pongo Amen cuando en facebook me mandan bendiciones.A mi me lo dicen asi, y yo lo hago: allá ustedes.

Es el turno de que ellos le pasen la posta a otros que elijan. Aquí las reglas. 
  • Agradecimiento público al bloguero del que se ha recibido este premio.
  • Nominación en una entrada del blog a los cinco blogueros (con menos de 200 seguidores) que en su opinión, contribuyen más a la Blogosfera.
  • Notificación pública a los blogueros nominados.
  • Exhibir el logo del premio en su blog.

Empezaré transgrediendo, y por una razón muy buena. El primer blog al que nombro seguro que no tiene 200 sino muchos mas seguidores. Pero si el sirenas sigue vigente es porque vive del derrape de navegadores de su blogroll. Siempre se lo digo. La mitad de los que entran acá vienen de su lugar.
un faro desde hace años para esta servidora sobre las cuestiones politicas que tanto me desmadran

El otro blog que leo con gusto es el del Sudaka. https://elsudacarenegau.wordpress.com/ porque Ignacio es antropologo y ve las cosas que yo no veo, aunque pase por ahi.

Mucha de la gente que yo seguía ya no tiene blog, tiró la toalla, una lastima. Se los extraña. De estos podria hacer una gran lista, pero es triste remitir a blogs cerrados o peor, abandonados. Sin embargo nos hemos reído mucho escribiendo cosas zafadas y horribles, y muy graciosas con Diego, de Mosterio, la Cueva del Mostro. POr ej. esto  http://mosterio.blogspot.com.ar/2010/05/reglas-de-urbanidad-post-4-manos.html Si, puedo ser bizarra escribiendo: No todo es eterea poesia y me gusta mucho reirme con las palabras. Premio para Mosterio

a Veronica Boletta le tengo que dar premio porque escribe poesias muy bellas y breves y le envidio el don y ademas porque me ayudó en la vida y lo primero es ser agradecida https://veronicaboletta.wordpress.com/

Otro blog que seguía y esta moribundo o casi es el de José Luis. Se le murieron Prince Bowie y Spinetta y dejó de escribir. Sirva este premio para que vuelva al blog, Nos seguimos desde hace años, y se le extraña: Vamos muchacho, volvé : Que este premio sirva de aliciente (?) http://ceaa.blogspot.com.ar/

Yo, a este dispositivo de premiar, le veo una falla: No se como se van a enterar si no leen el sirenas, en todo caso arrojo estas botellas al mar y que las lleven las olas.


jueves, 20 de octubre de 2016

hablando de puentes entre personas.

Hablamos de puentes. De querer cruzarlos.
Él hablaba del puente Carlos, de Praga,que cruza el Moldava
.Karlův most.jpg


 Ninguno de los dos sabíamos el nombre. Yo mencioné el cuento de Cortazar,. Lejana, donde Alina se encuentra con la vagabunda y al final, cuando  llegue a casa y me fije, y no era el puente Carlos, porque queda en Budapest , y este de Cortazar es el Puente de las Cadenas, y el rio es el Danuvio.


Me justifico porque  para nosotros, La Republica Checa  o Budapest, es casi lo mismo, tan acá al sur, nosotros. Tenemos que buscar en internet, hacer un esfuerzo, pensarnos allí. Pensarnos yendo de Buda a Pest, de correr como niños en el puente de Carlos.

hablamos de este video. No puedo morir sin cruzar el Puente de Praga.
No puedo morir sin cruzar el puente de Budapest



Uds. leyeron Lejana? Algun cuento mio tiene personaje femenino con el nombre de la protagonista de Lejana, Alina. Yo misma tengo en mi nombre 4 de las cinco letras del nombre Alina, sera por eso que ese nombre me convoca a la extrañeza.
Con las personas que quiero, siempre estamos cruzando puentes. Hoy crucé uno. Cruzamos puentes para comunicarnos, para el malentendido, para estar felices.









Lejana


Julio Cortázar


Diario de Alina Reyes
12 de enero
Anoche fue otra vez, yo tan cansada de pulseras y farándulas, de pink champagne y la cara de Renato Viñes, oh esa cara de foca balbuceante, de retrato de Dorian Gray a lo último. Me acosté con gusto a bombón de menta, al Boogie del Banco Rojo, a mamá bostezada y cenicienta (como queda ella a la vuelta de las fiestas, cenicienta y durmiéndose, pescado enormísimo y tan no ella.)
Nora que dice dormirse con luz, con bulla, entre las urgidas crónicas de su hermana a medio desvestir. Qué felices son, yo apago las luces y las manos, me desnudo a gritos de lo diurno y moviente, quiero dormir y soy una horrible campana resonando, una ola, la cadena que Rex arrastra toda la noche contra los ligustros. Now I lay me down to sleep… Tengo que repetir versos, o el sistema de buscar palabras cona, después con a y e, con las cinco vocales, con cuatro. Con dos y una consonante (ala, ola), con tres consonantes y una vocal (tras, gris) y otra vez versos, la luna bajó a la fragua con su polisón de nardos, el niño la mira mira, el niño la está mirando. Con tres y tres aslternadas, cábala, laguna, animal; Ulises, ráfaga, reposo.
Así paso horas: de cuatro, de tres y dos, y más tarde palindromas. Los fáciles, salta Lenin el Atlas; amigo, no gima; los más difíciles y hermosos, átate, demoniaco Caín o me delata; Anás usó tu auto Susana. O los preciosos anagramas: Salvador Dalí, Avida Dollars; Alina Reyes, es la reina y… Tan hermoso, éste, porque abre un camino, porque no concluye. Porque la reina y…
No, horrible. Horrible porque abre camino a esta que no es la reina, y que otra vez odio de noche. A esa que es Alina Reyes pero no la reina del anagrama; que será cualquier cosa, mendiga en Budapest, pupila de mala casa en Jujuy o sirvienta en Quetzaltenango, cualquier lado lejos y no reina. Pero sí Alina Reyes y por eso anoche fue otra vez, sentirla y el odio.
20 de enero
A veces sé que tiene frío, que sufre, que le pegan. Puedo solamente odiarla tanto, aborrecer las manos que la tiran al suelo y también a ella, a ella todavía más porque le pegan, porque soy yo y le pegan. Ah, no me desespera tanto cuando estoy durmiendo o corto un vestido o son las horas de recibo de mamá y yo sirvo el té a la señora de Regules o al chico de los Rivas. Entonces me importa menos, es un poco cosa personal, yo conmigo; la siento más dueña de su infortunio, lejos y sola pero dueña. Que sufra, que se hiele; yo aguanto desde aquí, y creo que entonces la ayudo un poco. Como hacer vendas para un soldado que todavía no ha sido herido y sentir eso de grato, que se le está aliviando desde antes, previsoramente.
Que sufra. Le doy un beso a la señora de Regules, el té al chico de los Rivas, y me reservo para resistir por dentro. Me digo: «Ahora estoy cruzando un puente helado, ahora la nieve me entra por los zapatos rotos». No es que sienta nada. Sé solamente que es así, que en algún lado cruzo un puente en el instante mismo (pero no sé si es el instante mismo) en que el chico de los Rivas me acepta el té y pone su mejor cara de tarado. Y aguanto bien porque estoy sola entre esas gentes sin sentido, y no me desespera tanto. Nora se quedó anoche como tonta, dijo: «¿Pero qué te pasa?». Le pasaba a aquella, a mí tan lejos. Algo horrible debió pasarle, le pegaban o se sentía enferma y justamente cuando Nora iba a cantar a Fauré y yo en el piano, mirándolo tan feliz a Luis María acodado en la cola que le hacía como un marco, él mirándome contento con cara de perrito, esperando oír los arpegios, los dos tan cerca y tan queriéndonos. Así es peor, cuando conozco algo nuevo sobre ella y justo estoy bailando con Luis María, besándolo o solamente cerca de Luis María. Porque a mí, a la lejana, no la quieren. Es la parte que no quieren y cómo no me va a desgarrar por dentro sentir que me pegano la nieve me entra por los zapatos cuando Luis María baila conmigo y su mano en la cintura me va subiendo como un calor a mediodía, un sabor a naranjas fuertes o tacuaras chicoteadas, y a ella le pegan y es imposible resistir y entonces tengo que decirle a Luis María que no estoy bien, que es la humedad, humedad entre esa nieve que no siento, que no siento y me está entrando por los zapatos.
25 de enero
Claro, vino Nora a verme y fue la escena. «M’hijita, la última vez que te pido que me acompañes al piano. Hicimos un papelón». Qué sabía yo de papelones, la acompañé como pude, me acuerdo que la oía con sordina. Votre âme est un paysage choisi… pero me veía las manos entre las teclas y parecía que tocaban bien, que acompañaban honestamente a Nora. Luis María también me miró las manos, el pobrecito, yo creo que era porque no se animaba a mirarme la cara. Debo ponerme tan rara.
Pobre Norita, que la acompañe otra. (Esto parece cada vez más un castigo, ahora sólo me conozco allá cuando voy a ser feliz, cuando soy feliz, cuando Nora canta Fauré me conozco allá y no queda más que el odio).
Noche
A veces es ternura, una súbita y necesaria ternura hacia la que no es reina y anda por ahí. Me gustaría mandarle un telegrama, encomiendas, saber que sus hijos están bien o que no tiene hijos -porque yo creo que allá no tengo hijos- y necesita confortación, lástima, caramelos. Anoche me dormí confabulando mensajes, puntos de reunión. Estaré jueves stop espérame puente. ¿Qué puente? Idea que vuelve como vuelve Budapest donde habrá tanto puente y nieve que rezuma. Entonces me enderecé rígida en la cama y casi aúllo, casi corro a despertar a mamá, a morderla para que se despertara. Nada más que por pensar. Todavía no es fácil decirlo. Nada más que por pensar que yo podría irme ahora mismo a Budapest, si realmente se me antojara. O a Jujuy, a Quetzaltenango. (Volví a buscar estos nombres páginas atrás). No valen, igual sería decir Tres Arroyos, Kobe, Florida al cuatrocientos. Sólo queda Budapest porque allí es el frío, allí me pegan y me ultrajan. Allí (lo he soñado, no es más que un sueño, pero cómo adhiere y se insinúa hacia la vigilia) hay alguien que se llama Rod -o Erod, o Rodo- y él me pega y yo lo amo, no sé si lo amo pero me dejo pegar, eso vuelve de día en día, entonces es seguro que lo amo.
Más tarde
Mentira. Soñé a Rod o lo hice con una imagen cualquiera de sueño, ya usada y a tiro. No hay Rod, a mí me han de castigar allá, pero quién sabe si es un hombre, una madre furiosa, una soledad.
Ir a buscarme. Decirle a Luis María: «Casémonos y me llevas a Budapest, a un puente donde hay nieve y alguien». Yo digo: ¿y si estoy? (Porque todo lo pienso con la secreta ventaja de no querer creerlo a fondo. ¿Y si estoy?). Bueno, si estoy… Pero solamente loca, solamente… ¡Qué luna de miel!
28 de enero
Pensé una cosa curiosa. Hace tres días que no me viene nada de la lejana. Tal vez ahora no le pegan, o no pudo conseguir abrigo. Mandarle un telegrama, unas medias… Pensé una cosa curiosa. Llegaba a la terrible ciudad y era de tarde, tarde verdosa y ácuea como no son nunca las tardes si no se las ayuda pensándolas. Por el lado de la Dobrina Stana, en la perspectiva Skorda, caballos erizados de estalagmitas y polizontes rígidos, hogazas humeantes y flecos de viento ensoberbeciendo las ventanas Andar por la Dobrina con paso de turista, el mapa en el bolsillo de mi sastre azul (con ese frío y dejarme el abrigo en el Burglos), hasta una plaza contra el río, casi en encima del río tronante de hielos rotos y barcazas y algún martín pescador que allá se llamará sbunáia tjéno o algo peor.
Después de la plaza supuse que venía el puente. Lo pensé y no quise seguir. Era la tarde del concierto de Elsa Piaggio de Tarelli en el Odeón, me vestí sin ganas sospechando que después me esperaría el insomnio. Este pensar de noche, tan noche… Quién sabe si no me perdería. Una inventa nombres al viajar pensando, los recuerda en el momento: Dobrina Stana, sbunáia tjéno, Burglos. Pero no sé el nombre de la plaza, es como si de veras hubiera llegado a una plaza de Budapest y estuviera perdida por no saber su nombre; ahí donde un nombre es una plaza.
Ya voy, mamá. Llegaremos bien a tu Bach y a tu Brahms. Es un camino tan simple. Sin plaza, sin Burglos. Aquí nosotras, allá Elsa Piaggio. Qué triste haberme interrumpido, saber que estoy en una plaza (pero esto ya no es cierto, solamente lo pienso y eso es menos que nada). Y que al final de la plaza empieza el puente.
Noche
Empieza, sigue. Entre el final del concierto y el primer bis hallé su nombre y el camino. La plaza Vladas, el puente de los mercados. Por la plaza Vladas seguí hasta el nacimiento del puente, un poco andando y queriendo a veces quedarme en casas o vitrinas, en chicos abrigadísimos y fuentes con altos héroes de emblanquecidas pelerinas, Tadeo Alanko y Vladislas Néroy, bebedores de tokay y cimbalistas. Yo veía saludar a Elsa Piaggio entre un Chopin y otro Chopin, pobrecita, y de mi platea se salía abiertamente a la plaza, con la entrada del puente entre vastísimas columnas. Pero esto yo lo pensaba, ojo, lo mismo que anagramar es la reina y… en vez de Alina Reyes, o imaginarme a mamá en casa de los Suárez y no a mi lado. Es bueno no caer en la sonsera: eso es cosa mía, nada más que dárseme la gana, la real gana. Real porque Alina, vamos-No lo otro, no el sentirla tener frío o que la maltratan. Esto se me antoja y lo sigo por gusto, por saber adónde va, para enterarme si Luis María me lleva a Budapest, si nos casamos y le pido que me lleve a Budapest. Más fácil salir a buscar ese puente, salir en busca mía y encontrarme como ahora porque ya he andado la mitad del puente entre gritos y aplausos, entre «¡Álbeniz!» y más aplausos y «¡La polonesa!», como si esto tuviera sentido entre la nieve arriscada que me empuja con el viento por la espalda, manos de toalla de esponja llevándome por la cintura hacia el medio del puente.
(Es más cómodo hablar en presente. Esto era a las ocho, cuando Elsa Piaggio tocaba el tercer bis, creo que Julián Aguirre o Carlos Guastavino, algo con pasto y pajaritos). Pero me he vuelto canalla con el tiempo, ya no le tengo respeto. Me acuerdo que un día pensé: «Allá me pegan, allá la nieve me entra por los zapatos y esto lo sé en el momento, cuando me está ocurriendo allá yo lo sé al mismo tiempo. ¿Pero por qué al mismo tiempo? A lo mejor me llega tarde, a lo mejor no ha ocurrido todavía. A lo mejor le pegarán dentro de catorce años, o ya es una cruz y una cifra en el cementerio de Santa Úrsula. Y me parecía bonito, posible, tan idiota. Porque detrás de eso una siempre cae en el tiempo parejo. Si ahora ella estuviera realmente entrando en el puente, sé que lo sentiría ya mismo y desde aquí. Me acuerdo que me paré a mirar el río que estaba sonando y chicoteando. (Esto yo lo pensaba). Valía asomarse al parapeto del puente y sentir en las orejas la rotura del hielo ahí abajo. Valía quedarse un poco por la vista, un poco por el miedo que me venía de adentro -o era el desabrigo, la nevisca deshecha y mi tapado en el hotel-. Y después que yo soy modesta, soy una chica sin humos, pero vengan a decirme de otra que le haya pasado lo mismo, que viaje a Hungría en pleno Odeón. Eso le da frío a cualquiera, che, aquí o en Francia.
Pero mamá me tironeaba la manga, ya casi no había gente en la platea. Escribo hasta ahí, sin ganas de seguir acordándome de lo que pensé. Me va a hacer mal si sigo acordándome. Pero es cierto, cierto; pensé una cosa curiosa.
30 de enero
Pobre Luis María, qué idiota casarse conmigo. No sabe lo que se echa encima. O debajo, como dice Nora que posa de emancipada intelectual.
31 de enero
Iremos allá. Estuvo tan de acuerdo que casi grito. Sentí miedo, me pareció que él entra demasiado fácilmente en este juego. Y no sabe nada, es como el peoncito de dama que remata la partida sin sospecharlo. Peoncito Luis María, al lado de su reina. De la reina y –
7 de febrero
A curarse. No escribiré el final de lo que había pensado en el concierto. Anoche la sentí sufrir otra vez. Sé que allá me estarán pegando de nuevo. No puedo evitar saberlo, pero basta de crónica. Si me hubiese limitado a dejar constancia de eso por gusto, por desahogo… Era peor, un deseo de conocer al ir releyendo; de encontar claves en cada palabra tirada al papel después de tantas noches. Como cuando pensé la plaza, el río roto y los ruidos, y después… Pero no lo escribo, no lo escribiré ya nunca.
Ir allá a convencerme de que la soltería me dañaba, nada más que eso, tener veintisiete años y sin hombre. Ahora estará bien mi cachorro, mi bobo, basta de pensar, a ser al fin y para bien.
Y sin embargo, ya que cerraré este diario, porque una o se casa o escribe un diario, las dos cosas no marchan juntas -Ya ahora no me gusta salirme de él sin decir esto con alegría de esperanza, con esperanza de alegría. Vamos allá pero no ha de ser como lo pensé la noche del concierto. (Lo escribo, y basta de diario para bien mío.) En el puente la hallaré y nos miraremos. La noche del concierto yo sentía en las orejas la rotura del hielo ahí abajo. Y será la victoria de la reina sobre esa adherencia maligna, esa usurpación indebida y sorda. Se doblegará si realmente soy yo, se sumará a mi zona iluminada, más bella y cierta; con sólo ir a su lado y apoyarle una mano en el hombro.
*
Alina Reyes de Aráoz y su esposo llegaron a Budapest el 6 de abril y se alojaron en el Ritz. Eso era dos meses antes de su divorcio. En la tarde del segundo día Alina salió a conocer la ciudad y el deshielo. Como le gustaba caminar sola -era rápida y curiosa- anduvo por veinte lados buscando vagamente algo, pero sin proponérselo demasiado, dejando que el deseo escogiera y se expresara con bruscos arranques que la llevaban de una vidriera a otra, cambiando aceras y escaparates.
Llegó al puente y lo cruzó hasta el centro andando ahora con trabajo porque la nieve se oponía y del Danubio crece un viento de abajo, difícil, que engancha y hostiga. Sentía cómo la pollera se le pegaba a los muslos (no estaba bien abrigada) y de pronto un deseo de dar vuelta, de volverse a la ciudad conocida. En el centro del puente desolado la harapienta mujer de pelo negro y lacio esperaba con algo fijo y ávido en la cara sinuosa, en el pliegue de las manos un poco cerradas pero ya tendiéndose. Alina estuvo junto a ella repitiendo, ahora lo sabía, gestos y distancias como después de un ensayo general. Sin temor, liberándose al fin -lo creía con un salto terrible de júbilo y frío- estuvo junto a ella y alargó también las manos, negándose a pensar, y la mujer del puente se apretó contra su pecho y las dos se abrazaron rígidas y calladas en el puente, con el río trizado golpeando en los pilares.
A Alina le dolió el cierre de la cartera que la fuerza del abrazo le clavaba entre los senos con una laceración dulce, sostenible. Ceñía a la mujer delgadísima, sintiéndola entera y absoluta dentro de su abrazo, con un crecer de felicidad igual a un himno, a un soltarse de palomas, al río cantando. Cerró los ojos en la fusión total, rehuyendo las sensaciones de fuera, la luz crepuscular; repentinamente tan cansada, pero segura de su victoria, sin celebrarlo por tan suyo y por fin.
Le pareció que dulcemente una de las dos lloraba. Debía ser ella porque sintió mojadas las mejillas, y el pómulo mismo doliéndole como si tuviera allí un golpe. También el cuello, y de pronto los hombros, agobiados por fatigas incontables. Al abrir los ojos (tal vez gritaba ya) vio que se habían separado. Ahora sí gritó. De frío, porque la nieve le estaba entrando por los zapatos rotos, porque yéndose camino de la plaza iba Alina Reyes lindísima en su sastre gris, el pelo un poco suelto contra el viento, sin dar vuelta la cara y yéndose.


martes, 18 de octubre de 2016

La marcha de mañana por las mujeres asesinadas por varones que creen que son sus dueños.

No soy una gran feminista, pero soy mina. Muchas de las cosas que se cuentan en este relato de la Revista Anfibia, de la UnSAM, me han pasado. Otras no. He vivido mi condición de mujer con mas alegría que pesar o miedo.
Claro que cuando era nena el almacenero con la excusa de hacer elegir un queso, me levantó y me apoyó, claro que he sentido miedo a algunas amenazas,
Pero mas allá de lo que me pasa a mi con ser mujer, me tengo que solidarizar con cada hermana muerta por que el tipo que le toco en suerte pensó que ella era un adorno, y la mató por que era suya.
Mi humilde aporte a la movilización de mañana es replicar esta nota

http://www.revistaanfibia.com/ensayo/como-convertirte-en-fe . . .

lunes, 17 de octubre de 2016

SUEÑOS EFECTIVAMENTE SOÑADOS: chipa, nescafé y el fin del mundo

Acabo de despertarme: me calenté un poco de agua en la pava -el microondas, que tiene la edad de mi hija mayor, se empeña hace un mes en no funcionar, a pesar de que sus alegres números verdes de maquina del siglo 20 avisa que está pronto- Me hice unos chipas de bolsita, intentando que sean light y calculando calorías para que cada uno sea de 50. Es una cantidad despreciable de calorías, menos que una rodaja de pan con mermelada light.
Los tengo congelados para que no me agarre el chipa tsunami y los descongelo de a uno (sin microondas para mi desayuno de nescafé y computadora) Cuando a mi cabeza llega la palabra tsunami pienso en la película del indio Solari, que no quiero ver, por la sencilla razón de que la inteligencia cuando no hace composé con la humildad (la verdadera, la que  brilla, no ese subproducto vomitivo que es la falsa humildad) es, a mis valores, el peor de los pecados. O casi. El peor de los pecados debe ser la crueldad.
También cuando pienso tsunami pienso en el sueño de esta madrugada donde se había corrido la bola de que en un par de horas llegaba el fin del mundo: la gente le daba crédito, o mas o menos. Pero bastante. Y por todos lados había alienados. Yo veía desde mi ventana ¿era la ventana de un micro que iba por un camino de cornisas? que "enfrente" se tiraban al vacío. Como si enfrente hubiera otra cornisa -el coyote y el correcaminos- y las personas probaran su buena suerte arrojándose a la nada Algunos planeaban bastante, por el impulso, otros caían por un rato en un colchon que otros habian arrojado. La fuerza de la gravedad no aplicaba lo suficiente para que la cosa fuera puro derrumbe. El planeo era la norma, aunque he visto a aquellos que no acertaban a caer en el colchón, y simplemente iban como avioncitos de papel.
Abundaba la prodigalidad. Una prodigalidad mesurada porque si el mundo no se acababa se iban a tener que pagar las cuentas y los destrozos. En las oficinas, nadie lavaba las tazas, que se acumulaban mugrientas, como nunca y el dia de ropa casual se había transformado en un descontrol Yo misma pensaba en quedarme de tetas o de ropa de fiesta. Regalé  un dinero a un grupo de adolescentes que estaba en mi casa (no eran mis hijos) para que salieran.... vayan a tomar un helado, no se queden adentro, decía. Si el fin del mundo me agarra, no quiero que sea rezando: los dioses y vos saben que fui una buena mina y nada desesperado, sacado de la galera, me salvará, si no me salva una vida intentando el amor a los otros, en la medida humana.
 Observaba mas raptos de desapego y "hago lo que siempre quise" desesperados e inutiles, que de verdadera condolencia. Voy a visitar a su trabajo a un amigo que ahora no puedo p no quiero identificar No entiendo porque esta vestido con un traje de miliciano ruso azul, de una tela peludita tipo paño lenci.El me dice que es de un antepasado ruso pero yo se que todos sus ancestros son criollos Es alguien absolutamente lejano a lo ruso. . Ahora pienso que también puede ser de milicia paraguaya, aunque el color esta definitivamente mal y el paño lenci pica. Si fuera de una tela rustica verde, podría estar acorde, pero no ¿que hace algo ruso en mi sueño? Viene su mujer y me ve ahi y se pregunta que hago. Yo explico que estoy (y es verdad) simplemente viendo por la ventana a la gente arrojarse al vacío. Es una lastima que haya venido, me gustaría quedarme ahi, tal vez dormir un rato. Me acomodo sin transición en un ómnibus (nadie usa esa palabra, lo sé) en un asiento de dos, Hay gente parada y yo parezco no darme cuenta y nadie me pide el asiento, donde voy casi en cuchillas, o enroscada, como una cria. Al rato, mucho rato, pienso en que la gente vendrá cansada como yo cuando tomo el 37 en corrientes y solo me siento llegando a Pavon, y cedo mi lugar y pido disculpas. Esta llegando el limite de horario. No se si llega el fin del mundo.
Me parece que este nescafé debe estar frío. El chipa ya me lo comí. No importa, me gusta el café frio.
Lo mejor de mi sueño es que nadie lloraba desesperado, ni los suicidas que eran muchos, lo mejor es que quiza me diga el inconciente, que se termino un ciclo:
Este 2016 vino malo.

martes, 11 de octubre de 2016

la sirena puesta a escribir erotica.

Erotica 1

Te llevo mi humedad cautiva
para que se te haga agua en la boca
estoy en tus manos amables
no hay posibilidad de traiciones
cuando solo lo hacemos de jugando
mi espalda contra tu pecho
como un mar me abro
para que entres
siendo uno los dos.
Y hacemos lo necesario
 para que abrigues
tu carne en la mia
te deslizas bienvenido
todo vos
agarrado de mi cintura
y me empujas hacia tu cuerpo
en un gesto inequívoco de cariño
entre palabras sonsas
como música de acompañamiento
vaivenes como de valsecito
celebraciones de cuando se llega a destino
tan al mismo tiempo

Después, reímos asombrados


(foto de Robert Maplethorpe)


domingo, 9 de octubre de 2016

fotos de La Boca

anduve por la Boca, sacando fotos . Las del edificio, son de la Usina del Arte. La mina de la bufanda azul soy yo.









Buenas intenciones. (unos versos de la sirena)

 

Buenas Intenciones


Me prometo no darle tregua al sinsabor
y  cuando me encañone,
apalear al  asesino
Y tener victorias
Y celebrarlas como valiente
Ser tan santa
como a la madrecita de Lujan
y si no ves mi aura 
no estaría siendo mi asunto.


El vaso esta medio lleno,
pequeña saltamontes
y se puede tragar de un saque
sabiendo que será llenado
una y otra vez 
por la vida.

¿que es eso de mezquinar 
alegría por las dudas?
¿a que Amo cruel e idiota
obedezco cuando
intento darme por vencida?

me ordeno respirar hondo
la felicidad a  bocanadas
me exijo atorarme con los bienes
que la vida ofrece sin catalogo
.
¡mirad los lirios del campo
mirad que no tejen ni hilan.!
y si lo dice la Biblia
no puede ser bolazo.

¿como será tomarse en serio?
¿como será no dudar 
de que somos dignos de ser amados?

A falta de eso
rengueamos en vida
con la prótesis de las palabras

Avanti, me susurra Almafuerte
cuando me ve cansada

desde adentro del  poema.

Resultado de imagen para caer



sábado, 8 de octubre de 2016

mi primera lectura publica.

hoy fui a un bar en San Telmo, al encuentro generado por la editorial independiente Peces de Ciudad, y leí un cuento mio. Este http://sirenasahogadasenvodka.blogspot.com.ar/2014/05/ya-no-hay-hombres.html
Me hubiera gustado que venga algún lector del blog. Ya se que cada uno tiene sus cosas, ya lo se.
Bueno, igual, de alguna manera me acompañaron.
Porque yo no hubiera escrito una sola linea si no hubiera sido por mi blog. Y mi blog es basicamente los que leen mi blog.
nada, eso, putos.

Los manicomios

La ley de salud mental que este gobierno tira para atras es una ley de desmanicomializacion. No alcanzaba con la ley porque cerrar el manicomio, y no crear nuevos y a la vez no generar presupuesto y respuestas alternativas era insuficiente. Pero marcaba un rumbo y la necesidad de hacer viables alternativas.
Como con todas las cosas, el Pro marca un retroceso, vamos para atras, para el encierro, para la privatización, para la psiquiatrización del padecimiento.
Que puedo decir yo que Franco Basaglia no haya dicho ¿que nadie se cura en un manicomio? ¿que el manicomio esta al servicio de su autoconservacion? ¿que es una institución indigna, que genera indignidad?
Lean a Bassaglia o a quienes lo siguieron aquí  allí y en todas partes. No es falta de inteligencia, es una decisión política lo que un país hace con sus locos.
Que el Borda no tiene gas, se dijo hasta el cansancio. Y ahora los medios  y los ciudadanos se apispan de las condiciones terribles de la vida en los manicomios, que terminan naturalizando los que viven alli,los que trabajan y los que van de visita.
Y las autoridades, que dicen que no hay plata, y aquellos a los que las autoridades tienen que alertar de como las cosas son.
El aislamiento no cura, ya se sabe, y para “desmanicomializar” hay que poner muchisima plata y romper muchisimas corporaciones, y cuando hay guita todo se pervierte. Zorros en gallineros si te meten la mano en el bolsillo ¿uds. se pueden imaginar los intereses que hay atras del gran aparato manicomial? Corporaciones de profesionales, de no profesionales, proveedores de insumos, de remedios, de alimentos. Muchisima gente que vive de los manicomios.
Lo que pasó en Córdoba pasa en todos lados. La falta de enfermeras, de dignidad en cada uno de los actos cotidianos de la rutina manicomial , el tratamiento de una persona reducida a cosa, a numero,  se borra a fuerza de naturalización. Decimos 300 camas y son 300 almas.   La enfermedad mental sin cuidado es injuria sobre injuria.
El horror esta en la mirada del recién llegado,en lo que coagula una foto. La retina pierde en la costumbre la discriminacion de eso monstruoso que vos vesy se  termina por no llamar a escandalo. Estoy hablando del acostumbramiento del profesional que trabaja en el manicomio, la de la mucama, la de la enfermera que hace lo que puede y puede poco, que se queja hasta que un dia no se queja mas o transforma su queja en una letania inutil. Deberia arder la queja como una molotov, y romper todo. Romper todo ¿entendes? hasta que no quede piedra sobre piedra de la vieja institucion manicomial operando.
Lo que pasa en los manicomios es un síntoma social. No se trata de una docena de descerebrados que armaron un lugar siniestro  ignorado por los demás  Quien quiere oir que oiga, el rey esta desnudo y ha llegado la hora de que una vez y para siempre aqui allà y en todas partes hagamos algo colectivo por nuestros hermanos, los locos. Si no, nunca seremos un pueblo digno.
Si no, en una semana estamos en otra, y ah, si, los loquitos ¿que cosa no? La indignacion no alcanza, hermano, no alcanza.
Todo el tiempo mientras escribo esto, me acuerdo de los versos de Almafuerte ¡que grite y vocifere vengadora, ya rodando en el polvo tu cabeza!  Así tendría que ser nuestra indignación colectiva. Profunda y duradera: como los que rompen las bolas con las ballenas o el oso carolina, el calentamiento global o la concha de dios. Porque el manicomio es asunto de todos. Esto no es Trieste (lugar donde la desmanicomializacion fue un hecho)pero aca, en la Argentina tampoco, da vicino, nessuno e normale.

viernes, 7 de octubre de 2016

la señora vieja."La edad es un país extraño en el que nos encontramos viviendo de forma inesperada",

Lo leí en el blog de Eterna Cadencia.http://www.eternacadencia.com.ar/blog/filba/item/la-senora-vieja.html

Maravilloso, se expuso en la primera mesa del Filba sobre cuerpo, la autora,   Rae Armantrout




Ra
Por Rae Armantrout. Traducción de Patricio Grinberg.
Hay muchas palabras en inglés que se refieren específicamente a las mujeres viejas: arpía,  vieja bruja, viuda, vieja gruñona, vieja gaga o urraca, vieja o viejita. No hay tantos términos para los hombres viejos. Todas estas palabras tienen una connotación negativa o, al menos, despectiva. Todas -y esto es un lugar común- sirven para diferenciar "a las mujeres de cierta edad" y para convertirnos en una especie aparte.
Para esta discusión, se nos ha pedido que escribiéramos sobre nuestros cuerpos. Pero, ¿poseemos nuestros cuerpos? ¿Son nuestros? (el inglés hace trucos extraños con el verbo "poseer"). Definitivamente, nuestros cuerpos hacen cosas más allá de nuestra voluntad. Sangran. Envejecen (y dejan de sangrar). El poeta George Oppen escribió, "El viejo / nuevo a la edad como los jóvenes / a la juventud". Es verdad. La edad es un país extraño en el que nos encontramos viviendo de forma inesperada, sin importar cuánto hayamos pensado en llegar. Como cualquier cosa que desconocemos, puede ser aterrador, pero también interesante. Soy vieja desde hace algunos años, eso creo. Pasé los 60. ¿Debo esperar hasta cumplir 70 para decir que estoy vieja? Algunos lo hacen. Yo decidí no esquivar las palabras nunca más.
Entendí que era vieja no por cómo me sentía sino por cómo me trataban. La mayoría parecía no verme en absoluto. Aquellos con los que me relacionaba, mozos o barmans, me llamaban de forma condescendiente “señorita”, como si eso me gustara. Tal vez podría gustarme, si fuera tan loca como ellos creen. Otras veces me llamaban “querida”. Si los cuestionaba, y claro que lo hacía, contestaban que solo trataban de ser amables. Lo voy a creer cuando se lo digan a alguien de 30. Pero claro, no nunca se atreverían, el cliente podría pensar que están coqueteando y ofenderse. Que te llamen querida es lo mismo que te digan linda. Los chicos son lindos, pero los chicos tienen futuro aún. Una vieja es el epítome de lo inútil. Es incluso vista como más inútil que un viejo. Tal vez, se deba a su corta vida reproductiva y tal vez porque no se espera de ellas nada demasiado importante, menos aún en su madurez. ¿Qué deberíamos hacer o cómo deberíamos sentirnos ahora que nos percatamos de nuestra inutilidad? Celebrarla, tal vez. Las viejas son inútiles como los poetas también lo son. Soy doblemente inútil, entonces. Estamos a la vanguardia del descubrimiento de nuestra propia inutilidad. ¿Pero, no somos todos en realidad inútiles? ¿Quién necesita a la especie humana? Claramente, no otras especies, ni siquiera el universo.
¿Por qué la gente tiene la necesidad, apenas nos ven, de referirse indirectamente a nuestra diferencia, a nuestra edad? Porque eso los hace sentir incómodos. Les recordamos la muerte y el cambio, todas las cosas que no pueden controlar. Somos emisarios de otro país, un lugar al que le tienen miedo pero por el que no pueden dejar de sentir curiosidad, un lugar donde finalmente van a vivir. ¿Deberíamos decirles lo que se siente? No nos creerían. Los viejos, incluso las viejas, todavía tienen esperanzas, ambiciones, pasiones, deseos. No sé si eso es bueno o malo. Algunos de nosotros, los que hemos aceptado nuestra inutilidad, podemos tomar con pinzas esos deseos y ambiciones.
A veces, de hecho, es un alivio ser invisible. Pero, por otro lado, si quiero ser un emisario de esta tierra extraña, debo aparecer. Y, como poeta, debo hablar. ¿Siempre tengo que decirles cómo es? No. ¿Por qué cargar con ese peso? Debemos recordar la ventaja que tenemos sobre los jóvenes: nosotros nos recordamos jóvenes, ellos en cambio no pueden imaginarse viejos.
En mis poemas obviamente puedo ensayar distintos roles, elegir qué voz usar. Puedo imponer autoridad, o un tono de autoridad, ese que nunca me dejaron usar. Entonces, puedo alterar la autoridad desde su interior. En un poema puedo ser alegre, provocadora, sexy o sarcástica -formas que nadie asocia con la vieja, la vieja gruñona, o puedo ser directa y confrontativa.  Este próximo  poema mío “El lamento de una vieja en otoño” hace alguna de estas cosas. Es una especie de caricatura (o imitación satírica) del poema de Williams Carlos Williams “Lamento de una viuda en primavera”. En su poema una mujer no encuentra razón para seguir viviendo luego de la muerte de su esposo. Ella piensa ahogarse en un estanque. Williams es uno de mis poetas favoritos, pero este poema me molesta. Empieza así “el dolor es mi jardín”. Voy a leer mi poema basado en el suyo. Es bastante corto y termina conmigo apropiándome de la palabra vieja

EL LAMENTO DE LA VIEJA EN OTOÑO
                                                                           Para WCW

El dolor es el negocio de la esquina
Donde los globos de halloween 
se colocan con el último helio
El mostrador es dorado 
Con bolsas numeradas
De caramelos Werthers
Nadie es Werther
Ayer por la noche un periodista
Mencionó a una “víctima anciana”
No me llames así
Soy vieja
Y obstinada.
 (por supuesto, la sirena ahogada en vodka suscribe con ahinco y virulencia)

martes, 4 de octubre de 2016

La loca en el negocio

LA LOCA EN EL NEGOCIO


Calzaba setenta años
o alguito así
flaca por morfi escaso
piernas largas
los tacos altos para el desguace.


Las piernas demasiado desnudas
hasta los muslos
casi seguro que agachada
quedaría su sexo
gritando al aire
ni se si llevaba pollera
pero tenía un sacón de piel
que le debe haber quedado
de los buenos viejos tiempos


Cuando entró
las empleadas
susurraron estrategias
para sacarla del negocio
frente a mi silencio canalla
o simplemente cómplice


Te caía la ficha de solo verla
la loca
vestía como una mina que va a una cita
pero todo derrumbado
se había pintado
con detalle
como solo las locas hacen
Yo me pregunte si habría una forma dulce
de pedirle que se retirara
sin que duela
¿como explicarle del olor que tenía
que su arreglo minucioso no bastaba?


Señora, acompañemé
le habrán dicho
agarrándola del codo
evitando el escandalo.


Por ahi fue linda de joven
las que no lo fuimos seguro que de locas
iremos con baton, como mendigas
Era imposible no reparar en ella
no sopesar su deterioro
no pensar en el visón
estragado por la polilla.


Mejor muerta, pensé
sin saber si te estoy hablando
de ella o de mí.



.

(me da ganas de ilustrar estos versos con una foto de Alda Merini, una poeta que supo de la locura y el manicomio, que escribia cosas como
A quien me pregunta
cuántos amores he tenido
le respondo que mire
en los bosques para ver
en cuántas trampas ha quedado
mi pelo. 



algo viejo que merece volver a leerse.

cateterismo

La mañana se desliza entre nescafé y el viaje a la clínica, él manejando con auto mientras el otoño, otro otoño, otro mas, casi rutina y des...