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Mostrando entradas de julio, 2013

el beso del idiota impiadoso

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Hay una novedad, que era propia de los trenes, los tranvias y los trolebuses, pero no de los colectivos. Los asientos enfrentados. El truco para no desarrollar intimidad es no mirar. Uno viene con sus cosas, con sus roscas. Se mira adentro, mientras viaja hace como que está solo, en  un tubo mientras cruza la ciudad de arriba para abajo, de abajo para arriba. Pero a veces, como en el extraño caso del idiota impiadoso y la gorda no es suficiente ecotomizar la mirada A los hechos me remito. La carroceria de asientos enfrentados propone una intimidad extraña. Hoy frente a mi se sienta un joven idiota. Con su cara babeante, su vozarron que no sabe de medios tonos, el idiota(*) me pide un beso. De entrada. Se sienta y me dice "me das un beso". Es apenas algo mas que un niño. Decido no tener miramientos y le digo que no, que no le darè un beso. Por que tener escrupulos? Simplemente porque se le nota lo deficiente a la legua? No tengo nada contra él, simplemente no quiero darle

una abuela

En vez de gripe, me agarró fuerte una infecciòn de crisis en la escritura. Algo pasò (no lo voy a contar) que me hizo sentir que escribo al pedo. Lucho contra esa sensación, digo, es solo desaliento, un espejismo y sin embargo ... Como un gato, me lamo las heridas. Para colmo de males he ganado con un cuento que publiquè en el blog ( Das Narrenschiff ) una tercera menciòn en un concurso en honor a Cortazar en Lomas de Zamora. Una tercera menciòn es casi un premio consuelo, para quien aspira como yo a un reconocimiento imposible, y ademas cuando me envian el mail de aviso, confunden mi nombre: Ponen Matilde en vez de Nilda. Una insignificancia, que leo como una señal infausta Ayer -por la seca en las ideas propias- colgue un texto de una mexicana hablando de su abuela y pensè en escribir el mio. Busque en el gugle, poniendo mis propias coordenadas, que había ya dicho yo de mi abuela Dirce (pronunciese Dirche) y aparecio esto, del 2010. Posted on   18 septiembre, 2010 Mi abuela no be

no somos tan buenas

Sigo en el tw a Alma Delia Murillo, periodista mexicana. A ella, como a mi, se nos murio la abuela de muy viejas De la mia, voy a contar la historia (el pedazo que no contè) en cualquier momento: Ahora, y con su permiso el texto de Alma. Las mujeres, claro, no somos tan buenas Que estamos aquí de paso. El furioso paso de mi abuela sobre esta tierra duró noventa y siete años. Doña Paz Villaseñor Herrera, madre de mi madre, murió el sábado 20 de julio alrededor del mediodía. Doña Paz fue partera, entre otros niños, me trajo al mundo a mí. Me cortó el ombligo, me dio la atávica primera nalgada y le dijo a mi mamá “es niña”. Le gustaba repetirme esa historia: no querías llorar, no querías comer. Tenías la carita chiquitita, carita de pellizco. El sábado llovió todo el día. A la muerte le sienta bien la lluvia, la muerte es hembra, pienso. La lluvia también. Llanto dentro del llanto, un útero dentro de otro. Lluvia terca, pertinaz, incesante, consistente, lluvia fina y poderosa. Me gus

sirenas de antaño.

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un sueño

Los tres entraron como decididos  a comer rico, pero cuando agarraron los platos y fueron al buffet hasta lo rico parecia pasado, definitivamente incomestible: El purè una goma. y len cuanto a la carne, las lonjas de cerdo asado, con salsa barbacoa, se iban apelmazando. Algo pasó, no puedo recordarlo. Pero dejò tras una discusiòn el restaurant . Tal vez era Rodizio. Y sin que él la siga, ella rumbeo por un caminito de grava, con un canterito de pasto en el medio, entre enormes àrboles (alamos o pinos) y se quiso tomar el primer colectivo que pasara. El colectivo no la acercaba, mas bien la alejaba de su destino (su casa): Pero lo tomó igual. Pensaba hacer alguna combinaciòn extraña. Salir de alli y volver a casa. Fue tomando uno y otro colectivo y cada vez mas lejos. Terminò tratando de tomar un tren. Pero no iba a ver trenes hasta el dia siguiente y ni siquiera era el Roca Inclusive pasò un billete de dos pesos por la ventanilla y el vendedor de tickets le dijo: no tomè los trenes con

la sirena y la falta de feminismo

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Una quiere mirarse de reojo en el vidrio y verse bien. Desde que el tiempo es tiempo pasò así. Yo soy de las que van a trabajar con la cara lavada y no me enorgullezco de eso. Justifico mi decidia, en esas  mujeres  que quizà fueron lindas en su juventud y no saben ser lindas de viejas, no encuentran el nucleo de su belleza y se llenan la cara de botox y de siliconas deformandose como si estuvieran tomando corticoides. Ayer vino un nuevo seguidor al blog, desde Sevilla. (en el cafe de chinitas, dijo paquiro a frascuelo,  soy mas valiente que tu, mas gitano y mas torero!! cantaba yo esta mañana mientras el frio me torcia las manos en este dia de perros)  Le pispie el blog y aparecio esta sirena, la mas inesperada.

sirenas ahogadas en vodka

El tipo es un debil mental, pero le pasò de todo. Y està contando sobre las penurias de la vida, a una multitud de gente, que lo escucha, por unos breves minutos, con extrema atenciòn. Cuando dejà la introducciòn y se mete en el nudo del relato, el microfono se apaga. Los demas lo ven hablar y esperan que alguien arregle el desperfecto tècnico. Entonces se escucha con claridad. ESO ES TODO LO QUE TENGO QUE DECIR DE VIETNAM Y NO DIRÈ MAS. Asi pasa con los blog. Ocultan lo principal, entre lo que se muestra a una multitud, de no importa cuantos lectores. Nadie puede decir todo.

casi certeza

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aguardo oscuras noches sin lunas ni soles sobre inmoviles landas Jean Genet                                                                                                                                                y mas allá hay monstruos ¡cuidadme de la caida! poned en volandas tules como escudos para que pueda hamacarme en el mientratanto Venid a mi, liana salvadora pan nuestro de cada dia ilusion ¡a vos te grito! Me agarro de lo que me das vida balanceandome en el risco cierro los ojos y cuando los abro laterales lunas pasan en abanico por el cielo de menguante a creciente de creciente a menguante demasiado rapido, hermano Ella, la muerte siempre sorprende quien lo diria no te angusties, mujer ¿acaso la jovencita no tenia ventisiete? y que vachachè Pero ahora es casi certeza el campo oregano mortajas de color ciclamen que odiaria con fuerza y me taparán sin abrigarme cuando la perra me muerda llenandome el utero de ovillos o  el corazon  e

border

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La compañera de Mundo Aquilante (ver blogroll) me advirtiò que la seca tiene que ver con la Luna en Marte. No se, no se... La rabia cuando me sube por las cañerias del cuerpo se transforma en desazón, no puedo hacer de la rabia acto. Bailar como si tuviera las zapatillitas rojas magicas, demoler hoteles a la manera de un rock star, tirarme de la punta mas alta de la iglesia esa que hizo Gaudi, dar vueltas como el demonio de tasmania hasta largar los bofes como una criatura en la calesita, gritar y gritar sacando la ira que no me conozco, sentir la bronca que drena en la sangre con anguilas de neurotransmisores y parecer electrica, un rayo que rompe piedras.Odiar como una diosa griega y tomar venganza volviendo bicho a quienes me han ofendido. Me gustaria derrapar como un yonqui, como alguien que perdio la fe,  no hacer la limpieza, no levantarme, ayunar hasta quedar exangue Pero no, la niña duerme en casa y en un reloj daràn las diez Nada, la rabia se me transmuta  en desesperanza 

ostracismo

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Nunca pase diez dias sin escribir el blog. Me saca de la melancolia de los mares (de los males) la foto de las alegres sirenas playeras que me enviara un amigo de la casa lo que puedo escribir los arboles cayendo sin ruido porque nos han confirmado que el bosque està vacio  y somos absolutamente zen.

Por que solo pienso en tì.

SI ME PREGUNTAN, FINGIRE DEMENCIA.

la grieta.

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Habìa una grieta. y quise negar su existencia. La grieta estaba allì, fisurandome por ahi se escurria lo mas mio como una herida como un vortice como un remolino que arrasaba con todo  y yo, una Dorita volando a la tierra de Oz Habia una grieta y me dolìa en el cuerpo sentia que se me abrian en dos las palabras que escribir carecia de sentido imposible de parir algo bueno Llenaba la grieta con buenas intenciones pero se las iba tragando una a una La grieta era tan importante que en vez de ver la pared veia la grieta. La alimentaba con angustia con pesar La grieta era voraz como un pajaro con hambre Un pajaro que me come la carne del alma.