martes, 31 de diciembre de 2013

deseos de noche vieja.

en el brindis de esta noche, pediré por Emma, mi nieta, para que Malena encuentre su lugar en la vida, para que Julian abra definitivamente su hermosa sala de ensayos y le vaya tan maravilloso como soñamos todos, para que Jorge se sienta bien en un sentido pleno, por salud y el amor para todos los mios, por mis lectores que me hacen el aguante, por los encuentros con los que quiero  y tambien brindaré por la felicidad de la otra.

La otra, yo.

La generosa, la mezquina
la que cuenta los dientes del caballo
la que espera las gracias
(la Gracia)
entongada con
palabras fuleras
que molestan
a la hora de tragarse la saliva.

La ilusa, la canalla
la que vivió equivocada
y pensó hipótesis que no logró verificar
con el método científico
de la prueba y el descarte.

La mejor, la peor
la que elige palabras con gusto,
con textura,
olorosas.
La que no entiende lo que pasa,
la que se confunde a cada rato La iluminada,
la mejor de todas
esa a la que no le entra en el marote
que las promesas
eran metáforas
chistes
chachara de living room.

La solemne a destiempo
que espera boludamente
 que le den explicaciones cuando la jodieron
o lo que sea

La otra,
la que sigue soñandola que quema las naves
pero apaga los incendios
la que tiene el reloj a deshora
de la vigilia
de la necesidad
de las patas en la tierra
de la verdad verdadera
cualquier cosa
que eso signifique
La otra,
yo

lunes, 30 de diciembre de 2013

demasiado tarde para ver puertos que valgan la pena y contrariando a Tuñon, no hay nadie esperandome

Ayer estaba hablando de puertos, de prostitutas de puerto, de marineros. De puertos que ya no son lo que eran y el viento me trajo la palabra Amberes.
Tuñon no estuvo en Belgica (ese paìs de chocolates caros, de orden y pasto cortado, de Tintin y  donde vio la luz Julio Cortazar). Tuñon estuvo en la Patagonia, en Rio Gallegos. Y escribio estos versos: Amberes, Gallegos, los puertos se parecen y las mujeres de puertos quizá también: Hemos llegado tarde a los puertos



ESCRITO EN UNA TRASTIENDA

EN TODOS los puertos del mundo
descansa la noche
sobre los navíos oscuros
y reza su rosario de lunas
el viejo lobo curtido y silencioso.
Palomas de las músicas vagabundas
picotean los fanales encendidos.
Tu recuerdo ha hecho hueco en mi mano sin luz.
Ah, llegar a tu cabellera rubia como a un puerto final.

Atracan los astros
y detrás de los grandes murallones de sombras
luces multicolores se roban las miradas
y las estrellas son afónicas
como la voz de la violinista tuberculosa
cuya tos en el bar es obligatoria.
El alcohol anda en zancos y las mujeres canallas
Pasean su olor a polvo y su cansancio.

En todos los puertos del mundo
hay alguien que está esperando.

Hasta muy cerca de los navíos
salen los patios
y entran por los oídos de los marinos.
Un sabor dulce, un amargo sabor.
En todos los puertos del mundo
hay vagabundos como yo
que asoman al asombro lejano
el corazón, como un barquito en la mano.

Hay una calle, larga borrachera,
pedazos de noche dispersada
y cuando llega el alba roja y con su clarín
revuela pájaros alucinados,
en todos los puertos del mundo
hay alguien que está esperando.


domingo, 29 de diciembre de 2013

y voy, tratando de zafar.



¿y mis palabras de fin de año? donde quedaron? Simplemente ¿voy tratando de zafar?
Y sin embargo la canción sigue... "no voy a tolerar que ya no tengan fe"

fuerte ¿verdad? No toleremos la falta de fe. Esperemos fuerte cosas grosas para nosotros.
Esperemos con ganas, a contrapelo de la Historia. Trascendencia. Grandes momentos. Que los hijos brillen, que se nos de esa que ni siquiera nos animamos a pedir.
Que la poesía de la vida nos resbale como miel por los ojos y por la boca aunque nos de verguenza, un poco, en este mundo de tanto tienes tanto vales.
Anímate a mas, como diría un comercial que te quiere vender algo. Pero anímate a mas vos.
Ahí esta la muerte, mostrando la enagua, amenazando, la muy guacha, prepoteandonos. Entonces hace eso, minusculo -quiza nadie lo advierta, invisible para la monada- que te marca alguna diferencia entre estar vivo y vivir.
No descuelgues las banderas de lo que alguna vez soñaste. Y aunque estes muerto para afuera, para adentro segui dandole a la manivela, a ver si suena un poco esta puta vida.
No voy a tolerar que ya no tengan fe. Los quiero con la actitud de las sirenas rusas de la cabecera del blog. Yo misma tendre esa postura, mirando el futuro. Si señor.
Retirense de acà los que dejaron de pedir cosas imposibles al año nuevo. Ya mismo.
a los tibios, la sirena, los vomita de su boca.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

A cantar dulce y a morirse luego, no. A ladrar.

una lectora del blog,  me cuenta que escribe, ácido. Se espera de nosotras, las minas grandes que seamos buenas y dulces y resignadas y que no esperemos demasiado de la vida porque ya se nos dieron los dones que nos corresponden.
Nosotras, que no nos morimos jovenes como ellas (estoy hablando de Pizarnik y de Janis Joplin) le hacemos caso a la primera cuando habla de la segunda. (el verso en cuestión es lo que colgue en el titulo del post)

En Capilla

Ellas son habitantes de esquinas sin apuro.
Vírgenes blancas encerradas en capillas de vidrio.
Coronitas de rosas sin espinas en las frentes de las vírgenes blancas.
Hay floreros hechos de botellas de plástico y flores marchitas como las ancianas que dejan caer sus plegarias frente a los altares con candado.
Hace calor en esas jaulas de cristal pero ellas, las vírgenes, no se enteran.

Maria Yacobe, conurba como yo, pero del Oeste y como yo esposa de un solo tipo y con hijos grandes, que estudio cosas de las que no trabaja pero que tienen que ver con lo psi.(casi como yo, pero que  trabajè de eso, hasta hacer de una vocaciòn un oficio), todavía cree que escribe porque va a un taller.

No se da cuenta que es una escritora, no simplemente una que escribe.
Mi regalo de navidad es decirle Maria, si no te habilitas, vos, quien?
No podemos ser como virgentes encerradas en jaulas de cristal. Va de nuevo. A cantar dulce y morirse luego, no. A ladrar. Palabra de Pizarnik.

martes, 24 de diciembre de 2013


hace un medio año escucho a Pearl Jam.
Hoy recibí en el mail, algo que entendí es un regalo, con la expresa noticia de que lo podía usar, y de que ademas, estaba en venta. Yo no lo voy a comprar, porque nunca pongo guita en cosas de la amistad. Pero si es mio, lo puedo postear y además, el autor me ha autorizado. Tal vez es una coincidencia, pero la pintura se llama Sirena ahogada en vodka,burrito cordobés, changuito silbador y princesa melancólica. /(la puse en la columna de costado porque el link aparece roto aqui)

Mostrando sirena ahogada en vodka.jpg

sábado, 21 de diciembre de 2013

bajo presiòn.

si ud. se fija bien, a la derecha de la pantalla se va a encontrar con una frase de Bob Dylan... La vi cuando tenía 14 años o por ahi en un librito de rock ¿Agarrate, el Libro de Almendra? No se y no importa. Me pareció una frase idiota pero no la olvidè. Se me escapaba su sentido.
Un día en el Sirenas la necesité y la copié como se hacia en mi adolescencia: ponìas los poemas o las fotos que te convocaban como forro de la carpeta de la secundaria.
El blog es eso, un lugar donde poner lo que necesito, a la vista.
Resulta que esta misma tarde estaba mirando una pelicula en I Sat sobre un pendejo en crisis que se interna en un loquero y en un momento dice la frase, un tanto cambiada y con muchisimo mas sentido, se la adjudican a Bob Dylan, como parte de una letra. Y es asi:
si no estas ocupado en nacer, estas ocupado en morir.

Yo estoy bastante ocupada en nacer, lo que pasa, es que como en esta vieja canciòn de Queen me siento bajo presiòn. Tambien canta David Bowie, mirala, tiene la letra en castellano
Sep, casi todo el tiempo.¿vos no te sentìs bajo presiòn?

miércoles, 18 de diciembre de 2013

AGUA Y AJO

AGUA..NTARSE Y A JO..DERSE.
o tal vez, a algo infinitamente mas sabio, mas hermoso.. que es aceptarse-
Que placer ser lo que se es, sin intentar ser otra cosa, que cantidad de energia para disponible para el disfrute.
Nunca fui una purista del cuerpo, (la verdad sea dicha) sino mas bien un "cachivache" (aprendì el uso denigratorio de esta palabra en mi trabajo de psicologa, las adictas que hablaban de los que están en el fondo calificaban ese estado como cachivache o fisura)
Ese no cuidado me ha hecho pensar mucho sobre el cuerpo, la imagen del cuerpo en los otros, y en la mierda del modelo capitalista que atrapa al cuerpo de las mujeres en el Malestar constante, para que no se sientan bien consigo mismas y venderle cosas. Todo el tiempo.
La maternidad, hermanito, una Gloria. Bendito sea el hecho de haber parido y criado hijos. Pero te deja el cuerpo con marcas ¿no es justo? No si es justo pero tiene lógica
Me encanto este video,porque acerca al cuerpo real de las mujer (y casi todas las de este video son bellas mujeres) que pasò por el transe de la maternidad.
bancate ese cuerpo, bancate esa belleza sin photoshop, mujeres verdaderas, nada menos. Nosotras, las minas. La vida deja marcas, sepalò.
caguemosnos de risa de la muerte, estamos vivas y todas somos a nuestra manera, muy bellas. Que vea el que sepa mirar.

viernes, 13 de diciembre de 2013

La maraña

Hay tantos post en este blog  que dan vueltas en calesita sobre la pregunta ¿quien soy? ¿soy la que fui? ¿puedo superar a esa que fui, siendo mejor, o mas feliz? ¿quien sere mañana? Es un mismo post en sus infinitas versiones. ¿Acaso, la parafrasis del subtitulo, que homenajea a Walsh (el violento oficio de escritor) forzandome sirenas, un plural de mujeres que nunca seré, lo imposible en mi oficio terrestre, no alude a eso?
Hoy y a raíz de un twit escrito al boleo, me responden con el Poema 92 de Juarroz
Es este.Lo saque pescando de la maraña de internet.

Competencia del que soy con el que fui,
del que va a apagar la lámpara
con el que la ha encendido,
del que desparramaba los colores
con el que los reúne,
del que no se veía en los espejos
con el que se contempla en el humo.

Competencia de mi voz con mi voz,
de las palabras que encontraba
con las palabras que me encuentran,
de los silencios que hablaban por amor
con el amor que dice su silencio,
de la luz de una tarde en cualquier tarde
con la luz exclusiva de esta tarde.

Competencia del que soy y del que fui
con el que seré o no seré mañana,
del que aún marca sus huellas
con el que todavía las borra,
del que empujaba al día
con el que ya ocultamente lo sostiene,
del que viene de ninguna parte
con el que viene de ninguna parte.

(gracias pibe, de http://www.aporias.com.ar/)

jueves, 5 de diciembre de 2013

siesta

Esta niña es mi prima. Hoy, al tocarle 

el talle, mis manos han entrado en su edad 
como en par de mal rebocados sepulcros. 
Cesar Vallejo - Trilce

Acabé enredado en la asistencia al velorio del tio viejo. Me lo pidió mi madre, artista exquisita de la estafa moral,  y no tuve reflejos para  zafar.
Me saludan y rápidamente me ignoran primos lejanos, hijos de primos, tipos con los que compartimos el estigma de la calvicie y el apellido materno. Otros allí tratan de adivinar mi filiación, por portación de cara. Alguien me ofrece un café demasiado dulce y aguado. Es ella.
 Se acerca y me tiende la mano, me pregunta por mi mujer de quince años atrás, y hace la mueca de una sonrisa  recordando las pastafrolas domingueras de otros tiempos. 

La abrazo en el ritual vacío del pésame, un tramite desagradable y necesario, pero al salir del abrazo me despierto  en el brillo de sus ojos, mientras dice mi nombre, rompiendo el tiempo en pedazos, como quien estalla un vidrio

Es un despojo de lo pudo haber llegado a ser, de lo que me prometía su cuerpo, puro jugo y nervio,  cuando iluminaba las siestas con sus tetas recién salidas, a los gritos,  metiendomelo  por todos lados y  con su olor dulce y pegajoso envenenandome-

No puedo decir, a menos que mienta, que le he dedicado mis primeras pajas. Nada de dedicación en esa inquietud feroz de la que me tenia que deshacer, desesperado y enfermo de hembra. como solo se puede estar a los quince. 
Me avergüenza verla hecha mierda, pero sigue siendo mas fuerte que yo, y al darse cuenta de su fealdad en mi mirada,  me desafía con los ojos aun verdes, hasta que aniquilo el aqui y ahora.  y atravieso el azogue de los ojos, como quien cruza al otro lado del espejo.
Luego se aleja, dueña de lo que hicimos a la hora de la siesta.
No aguanto mas ese lugar, ese olor a flores podridas. Igual, ya cumplí.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

que cuenta de como salir finalista en un concurso me costarìa 1440 pesos. Ganar un concurso, para mi, es otra cosa.

A veces mando cuentos o poemas a concursos. También mande un cuento a la revista La mujer de mi vida, a una sección que los pedía y ni dio cuenta del recibido.
Salí finalista en dos y ahora con este, en tres. El primero es el Metrovias del 2010 y el segundo Veredas de Sueño, de la Municipalidad de Lomas que se hizo en 2012 y todavia no entregaron los premios ni editaron los libros, una mierda, vea lo que le digo.

En este caso, salir finalista cuesta plata, parece. No voy a poner un mango. Mi vanidad no llega a tanto.
La editorial De los cuatro vientos dio difusión a un concurso que  llamó XXIX Certamen Internacional de Poesía y Narrativa Breve. Dicen que recibieron 810 participantes y que un cuento mio salió entre los 170 elegidos. Hasta acá, alegría y confite.
Pero para publicarlo tengo que pagar 180 mangos por pagina y La Joya del Atlántico dicen que tiene 8. O sea 1440 $ y me dan diploma y 32 ejemplares.

Que se yo. Ni en pedo. Para eso me autoedito. Y ya. Casi preferiría no haber ganado nada. Un premio es otra cosa.

domingo, 1 de diciembre de 2013

la canciòn del deseo, que nunca tiene sentido

Un poeta que ignoraba (como tantas otras cosas) hasta hace dos minutos, me trae los lamentos de la erótica de un hombre en la monogamia. Se llama- el poeta- Jose Watanabe. y es peruano.

Entiendo perfectamente de que habla, aunque, por supuesto no soy un hombre casado, ni tengo pene al que consolar- Lo cuelgo  porque habla de las sirenas o vaya a saber por que otras empatías.


EL TRASNOCHADO

Mientras mi mujer duerme
con sus dulces entrañas cerradas,
algunas noches
mi pene despierta.
Sólo estamos tú y yo, solos, le digo,
ella dormirá hasta mañana.
Mira alrededor. Una vena azul
cruza toda su tristeza.
Escucha la canción del deseo
que nunca tiene sentido.
Luego pregunta: ¿Otras?
El mundo se ha acabado,
ya no hay más mujeres, le digo.
Ninguna mentira lo derrota,
y porfía: ¿y los ángeles?
El cielo también se ha acabado,
y las sirenas
y todas las quimeras.
Entonces suspira, se emboza
y se queda dormido.

sábado, 30 de noviembre de 2013

la puta

Eramos 3, y ella había tenido polio apenas nacida, en el 55. Para el tiempo de este relato ni siquiera nos podíamos llamar adolescentes, eramos puberes que querian crecer, ninguna había conocido varón, pero ganas no nos faltaban. Explorabamos.

A èl lo habiamos hallado mediante un ardid que el tiempo descartó: las bromas telefònicas. Llamabamos a un numero al azar y veìas que pintaba: el tenia 18 y nos habia dado bolilla. O tal vez tenia mas. Diecinueve: un exceso.
Quiero imaginarnos a las tres pasandonos  el telefono (negro, rotundo, con disco), riendonos guarangamente, como solo se rien las mujeres a los 13 años. Y cada una desarrollaria su linea: pagaría  el oro del Perù para ver cual era mi argumento de seducciòn a los trece,  por ese entonces, yo había leído a Kafka -las otras no- y hombre (19 años) tambien.  Tengo un vago recuerdo asociado a Kafka.
El no vivía en el sur, pero accedió a venir a una confiteria a conocernos a las tres.
 Ella, que habia tenido polio y sufria una renguera que la avergonzaba como si tuviera la culpa, no viene. Solo yo y la otra. Llegamos, (en secreto, claro, mi vieja no me hubiera dejado) y hablamos un rato: era demasiado grande para nosotras, no nos gustò demasiado y ese fue el fin del asunto: lo que mas me acuerdo es que yo hablaba de Kafka.
Volvemos encendidas a contarle a la ausente, los detalles (que el tiempo borrò) . Nos recibe la madre, indignada. Me dice "vos sos una puta, le robaste el novio a mi hija". Yo no entiendo nada, salvo el insulto y la injusticia del insulto.
Voy a la casa de la otra, me recibe la madre y me ve llorar: le cuento el suceso y le pido que confirme mi justificación "yo soy buena".

En fin. Hubiera querido que la segunda madre se olvide con los años del suceso. Hace poco -vieja y senil- me vio y me dijo ¿te acordas cuando viniste a casa llorando y me decías "yo soy buena"
Le dije que lo había olvidado. Pero no.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

encontrado adentro de una mochila negra

una rotring, un lapiz, una libreta de anotaciones
una netbook, una calculadora cientifica
un gps, un pen drive con canciones  de talking head.






martes, 26 de noviembre de 2013

el infierno repudia a los que dicen amarse.

Este es el segundo cuento de monjas que tiene este blog. Y tiene moraleja.
El autor es Andrés Neuman.(copy and paste de La Mujer de mi Vida)
Para que te compongas, alma.



Mi único pecado

Por Andrés Neuman

 Cuando conocí a Juana, aunque ya no era sor, me volví loco. O no. Me explico mal: se volvía loca ella, y por lo tanto yo.
Sor Juana abandonó el convento cuando tenía treinta y nueve años. La noche en que la conocí, ella me dijo que todo había sido culpa de la menopausia. ¿Qué dices?, objeté yo, pedante, ¡la menopausia empieza a los cincuenta! Juana se me quedó mirando como esos curas que están a punto de castigarte y deciden absolverte. Se me quedó mirando con una sonrisa helada, invitadora, con esos ojos negros como sus dos pezones, y contestó tranquilamente: ¡Tú qué vas a saber de la menopausia de las monjas! Quince minutos después, Juana pagó las copas. Veintidós minutos después, milagro, encontramos un taxi libre en la Gran Vía. Cuarenta y tres minutos más tarde, ella daba alaridos encima de mí, inmovilizándome las muñecas.
Acostarme con Juana, y no me entiendan mal, fue como recuperar la fe. Gracias a ella encontré la luz, la senda, el gozo divino, más o menos por las mismas razones por las que ella los extravió para siempre. Sospecho que me explico mal. Es lógico: hablar de Juana me trastorna la lengua. Lo que intento decir es que Juana, siempre según su relato, perdió la virginidad con un fraile gordito una semana antes de colgar los hábitos. Para ser precisos, digamos que perdió la virginidad con seis o siete frailes, no todos ellos gorditos, a los treinta y nueve años de edad. Fue, en sus propias palabras, probar apenas uno y ya quererlos todos. Todos. Todos. Todos. Huelga decir que la repetición no es mía, sino de Juana. Así lo contaba ella, con los ojos entrecerrados y las piernas bien abiertas, después de cada orgasmo. Esta imagen me recuerda de inmediato el sexo de Juana: angosto, acogedor, velludo. Procuraré no desviarme demasiado.
En cuanto Juana comprendió que nunca más sería digna a los ojos del Señor, cosa que comprendió rápido, se dejó crecer el cabello, se buscó un trabajo de ayudante en una veterinaria y dedicó todo su tiempo libre (todo, todo, todo) a fornicar con hombres de cualquier aspecto, raza y condición. El único requisito, según contaba Juana, era que no se enamorasen de ella. Y que se lo prometieran desde el primer día. Yo ya he estado casada, les decía (nos decía), con el más grande Él de todo el universo. Viví comprometida con mi Señor desde los dieciocho hasta los treinta y nueve. Y como es imposible aspirar a entregas más altas, yo ahora quiero sexo, sexo, sexo. Aunque sé que por eso me voy a condenar.
Cualquiera que no se haya acostado con Juana, y reconozcamos que esa posibilidad empieza a ser remota en Madrid y alrededores, podría reírse de esa frase suya: sé que por eso me voy a condenar. Y creería quizá que se trataba de una excusa pía, por no decir barata. De un subterfugio para redimir su comportamiento pecaminoso. Pero bastaba una sola noche con ella, por no decir un breve coito, apenas un amago de penetración, para comprender hasta qué punto la afirmación de Juana era severa y transparente.
La vida sexual de Juana era mucho más que eso. Que vida, me refiero. Y de no haber sido tan arrasadora y entusiasta, estaría tentado de decir que se trataba justo de lo contrario: de una muerte sexual. Con sus correspondientes, y absolutamente inevitables, resurrecciones carnales. Puedo imaginar, casi puedo oler los equívocos que esta declaración despertará en las mentes más perversas. Éxtasis espasmódicos. Succiones misteriosas. Burdas acrobacias. Inverosímiles duraciones. Por Dios, por Dios, por Dios. Nada más lejos: lo de Juana era distinto. Más llano. Sin técnicas orientales. Sin posturas incómodas.
Lo de Juana era algo que nuestra civilización casi ha perdido: pura lascivia. Con sus tentaciones irrefrenables, sus remordimientos sinceros y sus reincidencias fatales. Lo increíble era que estos ciclos que a la gente vulgar pueden llevarle días, meses, años, Juana los resumía vertiginosamente en unos minutos: los mismos que durase el sexo. Intentado una aproximación científica, digamos que las mujeres normales experimentan las fases de excitación, meseta, orgasmo y resolución. Juana en cambio padecía rubor, enajenación, arrepentimiento y recaída. Sin parar. Con la naturalidad de una tormenta de verano.
Desde la primera noche que pasé con Juana en su casa, rebotando en el sofá de la salita de estar, asistí boquiabierto a la liturgia que se repetiría siempre. Ella me desnudaba con brutalidad, me mordía con ansia, me rechazaba brevemente, se arrancaba las bragas y me atraía dentro de ella. Entonces daba comienzo la parte más asombrosa, la que terminaba de capturar mis sentidos y que, de alguna forma, terminó por condenarme: Juana hablaba. Hablaba, aullaba, rezaba, suplicaba, lloraba, reía, cantaba, daba gracias. Para hacerla ingresar en aquel trance no hacían falta hazañas físicas. Sólo había que dejarse llevar. Aceptarla. La recompensa era, sin excepción, apabullante. Entre los cientos de obscenidades bíblicas que Juana profería durante el acto, a mí me fascinaban sobre todo las más simples: «me fuerzas a pecar, maldito»; «por tu cuerpo ya no tengo perdón»; «me llevas al infierno». Algún escéptico podrá objetar que eran meras exclamaciones de doctrina. Pero a mí, siendo honesto, esas cosas me conquistaban. Soy un hombre corriente. No suelo despertar grandes pasiones. Y nunca jamás, entiéndanme, había llevado a nadie hasta el infierno.
Mi tragedia era esta: ¿cómo fornicar después de Juana? ¿Valía la pena salir de las voluptuosas llamas del averno para reposar en las mediocres blanduras de un colchón cualquiera? Con Juana cada embate era un acontecimiento. Un placer deplorable. Un acto de maldad trascendente. Con las demás mujeres, en cambio, el sexo sólo era sexo. Mecánica anatómica, deseo satisfecho. Desde que conocí a Juana todas mis amantes ocasionales, y muy especialmente las progresistas, me parecían tibias, previsibles, de una normalidad desesperante. Lo que hacíamos juntos no era terrible, ni atroz, ni imperdonable. Ninguno de los dos perdía sus principios al hacer lo que hacíamos. Con el tiempo fui pasando de la apatía a la fobia, y llegué a detestar los gestos vacíos que intercambiaba con mis amantes. Las pequeñas contracciones. Los grititos moderados. Los tímidos gemidos. Ya no podía estar con nadie que no fuese Juana. Sin ella, el sexo carecía de promesas.
La última noche que vi a Juana, iba vestida como de costumbre: falda ancha y zapatos viejos. Sin maquillar. Un poco despeinada. Y con la carne erizada, temblorosa, como en espera de un terremoto. Cuando ella se arrancó las bragas y contemplé de nuevo su sexo oscuro, no pude evitar besarla y susurrarle al oído: Estoy enamorado. Juana cerró las piernas de inmediato, se ovilló en el sofá, elevó el mentón y dijo: Entonces vete. Lo dijo tan seria que ni siquiera tuve ánimos para insistir. Además, era yo quien había incumplido su promesa. Me vestí avergonzado.
Mientras cruzaba la salita, oí que Juana me chistaba. Me volví hacia ella con la esperanza de que hubiera cambiado de opinión. La vi acercarse desnuda. Caminaba rápido. Se notaba que tenía los pies fríos. Me miró fijo a los ojos con una mezcla de rencor y compasión. No se puede ir al infierno por amor, me dijo. Después se apagó la luz.
Todavía hoy, cada vez que pienso en Juana, se me doblan las rodillas y se me seca la boca. Mi vida, por supuesto, siguió adelante. No me va mal. He vuelto a acostarme con otras mujeres. Yo no me enamoro, ellas no enloquecen. Nos vemos de vez en cuando. Fingimos encontrarnos para cenar. Bromeamos con cortesía. Nos aburrimos gratamente.
A veces me miro al espejo, acerco la boca a la boca y me pregunto qué ha sido de mis infiernos. La respuesta es sencilla: nada. Nunca he tenido un infierno propio, como Juana. Mi único pecado fue perderla.

Andrés Neuman nació en 1977 en Buenos Aires, ciudad donde pasó su infancia. Hijo de una familia de músicos emigrantes, terminó de criarse en Granada, en cuya universidad fue profesor de literatura hispanoamericana. Entre sus libros destacan las novelas @El viajero del siglo@ (Alfaguara), @Bariloche@ y @Una vez Argentina@ (Anagrama), los libros de cuentos @El último minuto@ y @Alumbramiento@ (Páginas de Espuma), la colección de microensayos @El equilibrista@ y el volumen @Década@ (Acantilado), que reúne sus libros de poesía. Ha recibido, entre otros, el Premio Hiperión de Poesía, el Finalista del Premio Herralde y el Premio Alfaguara de Novela. Su página web es www.andresneuman.com. 

domingo, 24 de noviembre de 2013

En los camalotes cantan las sirenas, pero Ulises camionero no las oye, sólo escucha la radio. Y acà la calandria silba y me encuentra en vela.

VIENTO SUR



No hay túnel que dure cien años, mi vida.
Mirá como se arruga la tiniebla,
la procesión de pálidas se desbarranca,
los funcionarios inauguran ruinas.
Y vos y yo fundamos aires buenos.

Dónde estará la plata de mi río,
sólo barro y olitas de minué.
En los camalotes cantan las sirenas,
pero Ulises camionero no las oye,
sólo escucha la radio.

Llueve liquen en los decrépitos televisores,
buenas noches a todos, mariposas y difuntos.
Transmiten en cadena las cadenas.

El cemento se cansa de ser cobija de la Pampa.
Por los baches asoma la luz mala,
resucitan cardos y maíces,
abran paso a las luciérnagas curiosas que verán.

Viento sur, olor a transparencia,
silbo de la calandria,
madrecita cantora del primer rayo de la aurora.

La sopa de los pobres llega al centro,
y su vapor al reino de los cielos.

Ventolina que barre tormentas,
lavadero del alma, nos deja serenitos,
reciclando la pena en vasto amor.
Silbo de la calandria y vidalita de la esperanza.

Darle cuerda al amanecer, empujar un poco al Sol,
al buen día meterlo en casa.
Silba la calandria y nos sorprende en vela,
amuchados, con ganas de seguir.

Estación claridad, vamos llegando...

viernes, 22 de noviembre de 2013

Musica y humor, las dos cosas que mas "molan" en la vida.

Juli, mi hijo,  me había hecho conocer el Cannon y también este video que había olvidado.
Hoy el detective Marlowe, un amigo de la casa, mando un link a una orquestaciòn del cannon y también a este youtube, hermoso, donde no podes mas que sonreír, aunque seas un amargo.
ES QUE HOY ES EL DÍA DE LA MÚSICA,   y la sirena tararea en su charca, hipnotizando a todo lo que pase por allí. Tararea el canon, claro



pd. gracias marlowe

jueves, 21 de noviembre de 2013

¿a quien le amarga un dulce?

Hablaba hoy con Fernanda y me dijo algo que para mi es un axioma. Que un buen piropo te puede levantar el dia, y recordè este post. Tiene tres años...y sigo pensando lo mismo.

martes, 14 de diciembre de 2010


politicamente incorrecta: el caso de los piropos.

Que calor hace en el conurbano, joder!!! Iba yo vestida de negro. Calzas negras, negras sandalias y un vestidito de modal negro arriba de las calzas que me hace lucir moderna pero que tiene el proposito de disimular la zapan.
Nada, olvidable. iba yo por la calle acalorada como una buena menopausica, muy cansada, realmente muy cansada. A contramano un tipo arrastrando un carro. Un cartonero, nos cruzamos, mirada como diciendo que calor hijo de puta, ambos rejuntados en el mismo sentir. El, arrastrando su carro y yo arrastrandome.
Me mira y me dice "mami, vos si que estás linda", y yo le regalo mi mejor sonrisa, como si fuera un galan de telenovela.
Creo que los dos contentos (yo por lo que el tipo dijo, el por mi sonrisa), seguimos nuestro camino. Nadie resulto herido, no hubo acoso ni asco.
Se que las feministas abominan de los piropos, pero no hubo ninguna violencia ni en la mirada del tipo ni en mi sonrisa.
Que digan lo que quieran, a mi me van los piropos... Por ahi porque no estoy en edad de merecer, por ahi porque si un tipo que arrastra un carro con 38 grados a la sombra abre la boca para decir algo, no puedo menos que ponerme feliz de que tenga una mirada amable hacia mi.
tengo poca conciencia de genero, se ve, hermana.
nota de la redacción: la sirena no es linda,ni joven, ni agraciada. Pero es una mina agradecida.

ç

Laura15 de diciembre de 2010 00:28
Piropos para el pueblo!
Responder

Anónimo15 de diciembre de 2010 05:33
a) vos brillas con luz propia
b) me haces tanto bien.
cosas sencillas.
ra.



Responder

Mundo Aquilante15 de diciembre de 2010 10:28
totalmente, si el piropo es con amor y cordialidad (palabra que viene de corazón) adelante pues! el libidinoso no me va para nada y los saco a las verdaderas puteadas como por ejemplo: -No soy tu bebe la concha de tu madre- o (cuando te dicen el gran HOLA libidinoso-¿qué hola? porqu eno te saludas el miembro forro!- En fin, no soy feminista pero no me gustan los pajeros que me ven como un objeto. Ahora las galanterías me encantan, son cariñosas. Ese don nunca te hubiera hecho ningún daño ni nada que vos no quisieras. Los otros putos sí los veo capaces.
Saludos desde Mundo Aquilante!
Saludos desde Mundo Aquilante!
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GABU15 de diciembre de 2010 12:52
Yo tambièn soy un pescaù y pa' colmo cuando algùn señorete confundido en el azar de esta life me tira un piropo,soy capaz de desenfundar un arsenal de puteadas dignamente enviado por cualquier barrabrava del mundo entero!!!
jajajajajajajajajaj

P.D.:Sin ir màs lejos caminaba yo un dìa por la zona portuaria de Puerto Madero acomodàndome la delantera cuando escucho una voz que casi rozàndome el oìdo me dice:"si se unen los mares con los rìos,unamos tu pecho con el mìo" ¿? :S

TODAVÌA ESTOY CAGÀNDOME DE LA RISA!!!
jajajajajaajajajjaj

BESOTES DIOSA DE LOS 7 MARES ;)
Yo tambièn soy un pescaù y pa' colmo cuando algùn señorete confundido en el azar de esta life me tira un piropo,soy capaz de desenfundar un arsenal de puteadas dignamente enviado por cualquier barrabrava del mundo entero!!!
jajajajajajajajajaj
P.D.:Sin ir màs lejos caminaba yo un dìa por la zona portuaria de Puerto Madero acomodàndome la delantera cuando escucho una voz que casi rozàndome el oìdo me dice:"si se unen los mares con los rìos,unamos tu pecho con el mìo" ¿? :S

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Tio Pepe15 de diciembre de 2010 18:44
  1. Totalmente de acuerdo con vos!...por qué no podemos aceptar un piropo oportuno y mejorador del ego? eh!!?? por qué habrían de ser siempre para las jóvenes y agraciadas? Ni siquiera lo aprecian!!!...mi hija es una diosa y se fastidia cuando le dicen algo por la calle...
  2. Usted sabe que voto a dos manos la disposición del piropo diario obligatorio. No hay mejor política sanitaria que el piropo, la palabra amiga, es gratis, no es adictiva y no tiene contraindicaciones.
  3. Prefiero un piropo de obra de construcción (cito últimas versiones: "Con esos jamones tengo para comer bifes de acá hasta que me muera", "Ella toma el yogurcito para sacar cuerpo") al "Boludaa sos una diosa totaal" con tonadita palermeña. Los primeros me sacan sonrisas los segundos nauseas.
  4. Sos una mujeraza inspiradora sirena!

  5. Isaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa NILDIIIIIIIIII!!!!!
  6. Enorme Sirena, enorme!! Aplausos para usted. Que pena no haber sido yo quien la piropeara, porque esa sonrisa de respuesta debió ser un regalo divino. Saludos, y más aplausos !!

martes, 19 de noviembre de 2013

Solo se que no soy yo a quien duerme, nanaranà, nanaranà nararanaaa...................

Justo que pensaba en vos, nene, caí muerta
¿Qué le dio al pequeño dios
del centro gris del abismo? 
Sólo sé que no soy yo a quien duerme
Sólo sé que no soy yo a quien duerme 

Dime nene. dónde ves ahora

algo en mí que no detestes? 
Qué sola y triste voy a estar en este cementerio
Qué calor hará sin vos en verano


lunes, 18 de noviembre de 2013

anti down desde el down

Si me dejo estar en la indolencia, en esta pendiente suave del barranca abajo, con los motores apagados, parece la muerte. Entonces desde el  pozo, planeo ascensos, tallo escalones en el barro, me agarro de las raíces que hacen de ramas, para tomar coraje, para ascender en vuelo.
Arriba hay cielo, pero no el cielo de los justos, sino el cielo soleado de los picnis, de las ganas puras, de las piernas que no pesan, del -como decirlo- alma liviana.
En el pozo la inmovilidad es cómoda, adormecedora, podria acovacharme en esa nada, dejarme estar,morir sin ruido esta alma mía.
Escupo como el veneno que se chupa de una mordedura de serpiente, el anodino malestar de la rutina. No me abandonaré hasta que venga la muerte verdadera,la sin retórica, la que no podré contar.
Me agarro a las raíces que son como ramas y se que todo puede venirse abajo, asciendo despacito y empieza el lunes. Gracias por llenarme de música, vida.

viernes, 15 de noviembre de 2013

¿como te puedes reir hermosa? La sirena Julia que baila con tachos y calles y el mar ¿quien no?



POR PROBAR EL VINO Y EL AGUA SALADA...


Julia que baila con tachos y calles y el mar
ya será, ya será
la prometida del rey de los locos, quizás,
o tal vez partirán en la madrugada
con el nuevo sol en la nariz.
Por probar el vino y el agua salada,
para olvidarse de ser rey y ser feliz.
Los cucús lloran, los diarios no salen jamás,
ya no hay pan, ya no hay sal.
Las niñas han regalado sus piernas al mal,
Satanás volverá
a bien castigarnos
por dudar del rey de este lugar.
Por probar el vino y el agua salada,
por la gente murió nuestro rey en paz.
¿Cómo te puedes reír así, hermosa,
cuando forzaste mi mente?
¿Cómo te puedes reír así, hermosa,
cuando mataste mi gente?
Por probar el vino y la mermelada...
Julia que baila con tachos y calles y el mar,
ya será, ya será
la prometida del rey de los locos, quizás,
o tal vez, partirán en la madrugada
con el nuevo sol en la nariz.
Por probar el vino y el agua salada,
para olvidarse de ser rey, y ser feliz.

algo viejo que merece volver a leerse.

cateterismo

La mañana se desliza entre nescafé y el viaje a la clínica, él manejando con auto mientras el otoño, otro otoño, otro mas, casi rutina y des...