volveriola

no me dio ganas de hacer todo ese viaje. Ir primero hasta Retiro, luego subte, luego tren y bajarme cansada y medio dormida en Temperley, cruzar la plaza esa medio marina, con malditos barcos de cemento de adorno y despues tomarme un bondi y llegar casi hasta coto y donde vos vivias hay una plazoleta de formas irregulares, un pulmon verde, pero poco verde, unas mesitas donde no se sienta nadie, unas pintadas de Los Andes, tachadas por las pintadas de los de Temperley, de un mal gusto supino, en cuatro, un mal gusto que incluye escupideras, gorros piluso e insultos homofóbicos
Igual fui y lo hice
Para nada. El barrio tuvo el buen gusto de cambiar. Pero ahi en esa vereda jugabamos a las bolitas, en esa calle que no pasaba nada, poniamos los sacos y haciamos arcos, a vencer una y mil veces, y temperley quedaba lejos de todo, menos de nosotros.
Alguna vez volví, cuando todavia ustedes vivian ahi y me senti terriblemente extranjero, como si hubiera nacido en Hungria o en Polonia y no le hubiera podido dar un sentido a nuestros abrazos, de mi parte forzadisimos, de la parte de ustedes, ni pude entender que eran.
Pero cada tanto tengo que venir a buscarme. Mis hermanas no viven lejos: Claro, no en la casa natal, pero no lejos. En un edificio de veinte pisos en la parte cheta de Lomas de Zamora, una estación antes.
Yo me acuerdo del bar Camaro, donde pulía el artificio de tratar de parecer interesante, donde iba con mis discos abajo del brazo,con algun libro (seguro que Adan Buenos Aires)
No quiero recordar demasiado, es malo para la salud.


Comentarios

José A. García ha dicho que…
Vivimos aprendiendo a olvidar, pero siempre recordamos no hacerlo.

Saludos,

J.

Entradas populares de este blog

refranes

ud. piensa que es poco atractiva? : la teoría de Barney