el prefacio de Kandor.

En 2011 empece a escribir una novela. Me daba mucho placer hacerlo, a mano alzada, sin buscar congruencia, ni continuidad.
Sin planificar, tampoco, iban saliendo personajes como porotos de la chaucha. Y el argumento se construía solo: tenia que ver con la represión de los setenta, de "a donde van los desaparecidos" pero también tenia una dimensión arbitraria. Alguien guardaba un mundo encerrado en una botella, como yo recordaba que pasaba en las historietas de Superman. Ahora pienso que el mundo era Kripton, pero cuando escribí la novela pense que se llamaba Kandor. Había magos chinos, guerra del opio, y amor conurbano.
No se, pasaron muchos años.
La novela se frenó, y pensé en corregirla con  Carlos Busqued que escribió Bajo un sol tremendo, o con Selva Almada, la de Ladrilleros y tambien Gabriela Cabezón Cámara. Supongo que si sacara lo innecesario podría desbrozar el camino para irle dando forma y terminarla. Supongo, y bien, que necesito ayuda para hacerlo.
Y después metermela en el culo, no importa. No lo hago sino por el placer.
Hoy volví al archivo de mi novela y encontré una especie de prefacio, que no se si va a formar parte, supongo que no, es absolutamente innecesario y no hace a la trama. Es mas bien una reflexión sobre lo verosímil y la creación.

Entonces acá el prefacio de Kandor, que posiblemente no estarà en la novela, pero que fue escrito para ella.


KANDOR. NOVELA
AUTORA, NILDA ALLEGRI

Puesto que no hay lecturas inocentes, empecemos por confesar de qué lecturas somos culpables..." Louis Althusser

A los que se preguntan como hacer entrar en el verosímil de una novela un mundo embotellado les respondería que la existencia de Dios es una hipótesis necesaria para casi todo. Un Hacedor de lo múltiple, que asegure la existencia de lo diverso, pero también  nexos y los puentes. El universo es una gran novela.
El malvado Brainiac tenia como tara ir afanándose universos y embotellándolos, tal como Howard Hughes, el de los aviones y las herramientas, embotellaba su pis y guardaba sus uñas .Para Braniac, embotellar mundos era como para mi abuela embotellar salsa de tomate casera. Kandor no debe ser el único, debe abundar tirados  por ahí otros universos embotellados. Quizá nosotros mismos vivamos en uno y no nos hemos dado cuenta. El malvado Brainiac es una de las versiones posibles de Dios.
Yo también lo soy, un Dios. .¿No me ves? Dueña de diferentes mundos construidos solo para que yo paseara por ellos, ama de lo Todo.
Acá, ahora en mi mano derecha sostengo a este Kandor de papel, donde soplando las hojas, puedo ver a un viejo en su taller, haciendo pescaditos de oro, otro soplo y esta Remedios la Bella subiendo al cielo con un escándalo de mariposas amarillas, y si soplo hasta llegar a la primera hoja, el coronel recuerda frente al pelotón de fusilamiento el día en que lo llevaron por primera vez a ver el hielo, y  los gitanos errantes que lo presentaban como una de las maravillas del mundo.

Puedo también agarrar esta otra versión kandoriana donde un hombrecito intrascendente y obsesivo, amargado por las burlas, pinta en miniatura una novia de mentira y un rato después esa novia se presenta en la pensión La Madrileña, donde vive.
Pase y vea Ud. este mundo kandoriano cuyo volumen y peso quintuplica al anterior, como Júpiter quintuplica el volumen de Mercurio. Aquí un púber escapa de un payaso parecido a Ronald Mc Donald y promete desesperadamente que si zafa de esa, va a ser asmático toda la vida. En este otro Kandor no es una ciudad, sino un barco, cuyo viaje a ningún lado comenzó hace un rato en la confitería London, y allí el alumno Felipe Trejo se felicita por su buena suerte al sacar un premio en la Lotería Turística. Y me agobian los mundos, quiero contarles uno donde el intelectual Masotta está todavía en la Argentina, no se cagò muriendo en España, y esta dando cuenta de por que el es un poco Roberto Arlt, aquel inventor, ud. sabe, que queria patentar las medias vulcanizadas  y   la rosa de bronce.

¿Qué no es versomil que mi Kandor exista? Pero, hágame el favor. Infinitos soles, infinitos universos, la posibilidad es infinita y el divino Hacedor no se repite nunca, dejeme citar a Marechal, para que no lo olvidemos, no yo, no aquí, porque el me construyo a los quince un universo cuyo lunes es  un grupo de perdedores que llevaban  a pulso un atúd de modesta factura (cuatro tablitas frágiles) cuya levedad era tanta, que parecía llevar en su interior, no la vencida carne de un hombre muerto, sino la materia sutil de un poema concluido.
¿Cómo serán los amores en Andrómeda, como la filiación en la ultima estrella atrás de la constelación del Minotauro, como será morirse en esos planetas que están al otro lado de los agujeros negros que jalonan como sierras, como cordilleras, como océanos, la Tierra Media, el infinito?¿ Cual la pasión, el trabajo, el descanso, en el mapa imposible de la materia y la antimateria, vórtice, agujero al que se asoman los astrónomos, acaso sin entender ninguno de nosotros,  como los enterradores saben de la muerte mas que de sus vestiduras o su desnudez.

Cuento con su incredulidad y entonces pelo este otro argumento. Relájese y piense cuantos mundos simultáneos hay en el espacio, cuantos fueron escarbando la muralla del tiempo?. Y aun baje la escala, y vaya  a lo diminuto, en esta ciudad, y en este mismísimo momento ¿no advierte usted una sucesión de micromundos en un mismo barrio, en un mismo edificio, en un mismo lugar?

Las membranas que separan estos mundos diferentes pueden ser de cristal, de papel, de atmósferas, distancias, geografías, soportes, tiempos. Las membranas que unen estos mundos son las palabras que los habitan. Todo es texto.

Sangre, saliva ,tierra, mares, desesperanza, tripas, humores, pasiones, cadáveres pudriéndose al sol después de una batalla, risa franca de niños en  hamacas, jugos de naranjas maduradas en el sol de Andalucía, oro de los perdedores, fierro que termina siendo herramienta del trabajo en el campo, teclado de esta computadora, sonido cayéndose de un árbol en el bosque sin oreja que lo escuche, sin ser ruido, cruz de madera en ruta que recuerda el malhado día en que alguien dejo de ser, vino derramándose en la jarra, sexo que es amor, que es encuentro , que es un nuevo hijo que parirá la vida y será sangre saliva tierra risa ,humores pasiones, cadáver pudriéndose al sol. Eternidad.


Puras palabras mordisqueando sin asco el absoluto caos.

Comentarios

JLO ha dicho que…
me gustó... y ahora con esas referencias me arrepiento de no haberte preguntado cuando me acusabas de abusar de los superhéroes, me pregunto que significan según una psico que también hace referencia a ellos! ja...

vos sacala... me regalas una y la leo después de Rayuela... si, no la leí, bah. no leo novelas te cuento.... salu2... y me gustó el conteo!!
Nanda ha dicho que…
agrandé la letra para leer el prefacio de Kandor y me parece muy bueno de verdad, justamente me gusta porque no hace a la trama en sí,tiene algo de ensayo y mucho humor.


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