él es el verdadero pintor de las ninfas equívocas.

No es el otro, el viejito ese que dejo mantenerse por gente de plata, y pinto 300 cuadros en su vida.
El mio es el verdadero.
El mio camina despacio rápido muy serio sube baja y piensa piensa todo el tiempo y se cuida de lo que dice. El espera lafamaeldinerolapiedadelsolelfuturolaguerralapaz ,piensa siente cruza los dedos se ríe mucho cocina y no me tiene nunca. El pinta ninfas equivocas, quiere ser un pintor ambulante como el chico negro amigo de andy warhol, o alguno así. quizá como los que aparecen en aquella parís de pacotilla en un americano en parís horrible película con música de gershwin y brillo de oropel y papel mache y pintores de mentira pintando en un parís que parece el del tiempo de la maga juntando piedritas verdes y hojas de árbol y allí Olivera y a mi pintor de ninfas equivocas no lo podrías encontrar con talita ni con la maga porque no había nacido aun.
El es el pintor de ninfas equivocas porque el mismo es tan equivoco, llama a equivoco, como las palabras que son siempre equivocas, rozan el sentido pero simplemente lo rozan,afiladas, y no dicen nunca lo que quieren decir. Y pinta para arriba, para abajo, con brocha gorda, con plumín, con las manos, ocres, azulinos, azules de Persia, de Turunbul, añiles, albos negros, blancos negros como la negra noche como la blanca paloma y se da corte porque el pintor de las ninfas equivocas gusta de presumir como un pequeño gallito de riña.
la revista ñ de hoy dice que el pintor de las ninfas equivocas es el conde polaco Balthus. Mi conde polaco no es Balthus. Pero como no tengo ningún cuadro de él (todos están colgados en los pasillos del laberinto y no los puedo descolgar y meter en la maquina de copiar cuadros de laberinto, porque la maquina no funciona, no se que le pasa, no acabo de darle cuerda y se pone a chirriar y a escupir aceite ) voy a pegar uno del pobre sucedáneo de mi verdadero pintor de ninfas equivocas.
El cuadro de acá arriba es de Balthus. Pobre. Mujer japonesa, sirviente filipino y ser conde y polaco no es suficiente para llegarle a los talones a mi verdadero pintor de ninfas equívocas.