arriba, en el eter

estaba buscando un poema para mandar a un concurso -sin demasiada ilusiòn ¿para que quiero una medalla, yo, que no voy a buscar nunca ninguna acreditaciòn de curso? y revolviendo en los blogs encontre un texto en prosa. Me di cuenta que era un poema, y lo adecentè y lo traje

dice borges algo de lo siniestro de las duplicaciones, sabran perdonar, quien lo han leìdo en el otro blog. De todas maneras, ni yo me acordaba. ¡que cosa en balde escribir, y sin embargo, que oasis en un mundo donde todo parece tener precio y escribir sigue sirviendo para nada!

Aviones que escriben en el cielo

Hubo entonces

un avión que escribía en el cielo

con humo blanco

Subíamos las caras al frescor de la mañana

 y mirábamos hasta que el trazo firme se deshacía

en dehiscencias de tules

 y al rato las volutas del cigarro celestial, ilegible trazo,

nublaban el azul

.
Puede ser que fuera domingo

y el aire mixturaba olores a tucos

con el picor del carbón y la carne asándose

 en sede de domestica parrilla

Necesitaba ese avión de un cielo sin nubes,

 necesitaba de nuestro asombro.
 del  verano, casi seguro,

( en las primaveras el viento es fuerte

 y no vale la pena gastar en humos que duran nada)

Debí haberlo sabido para no gastar amor

en medio de las tormentas

Tan frágil en el lapso que ocupaba en el cielo

y su trazo perdura en mi retina,

una foto vieja,

que sin embargo esplende.

Hubo de haber un tiempo con aviones que escribían en el cielo

con humo y gente que levantaba la mirada hasta el cielo.

Gente pequeñita, pero gente al fin,

en la maravilla de ver en el cielo pizarrón

y un avión siendo la mano que movía la tiza.
He visto maravillas.

He vivido.