aniquilacion de los subibajas.
Las casas en sus fondos tenían subibajas y hamacas colgadas entre caños, home made, hechos por las manos sabias de los hombres grandes que sabían usar herramientas sin cableado, aprovechando restos de tablas de madera pintadas con sobrantes de látex.
Es una pena la aniquilación de los subibajas en manos de nuevas tecnologías lùdicas
El arte del subibaja te impelìa a encontrar un contrincante adecuado para poder jugar, un enemigo a la altura del conflicto. Alguien con quien medirte, en tu propio peso -como lo hacen los boxeadores- con tu propia fuerza. Balanceando, bailando. Mientras jugabas en el subibaja la vida cambiaba de perspectiva y charlabas, despreocupadamente y el cuerpo hacia su tarea, con músculos que te impulsaban y podías cantar y sentir la fricción del aire.
Subir de golpe y quedarte arriba,estaqueado,era vértigo sin vuelta.Mal negocio a los dos minutos
Lo contrario aburría por que dominar al pequeño es cosa de cretinos. Humillar a uno que no te llegue a la cintura es de mala gente.
Lo maravilloso era encontrar un amigo con el que ir a jugar, y dejar pasar el tiempo acompañado, viniendote grande como en esas peliculas de velocidad ascelerada donde ves como una flor se va abriendo.
Balanceándote con alguien de tu peso,con un par,arriba abajo,musicalmente,en equilibrio, te permite
esa gracia de la armonía, enseña secretos que podran usados cuando sea necesario.
A falta de disciplinas chinas aprendí en los subibajas
el arte zen
de la conversación entreverada con
el barro en los zapatos
el cielo entre los pelos
y saber que nadie gana
que nadie pierde
cuando arriba abajo
casi como en un baile
armonizados
nos dejamos llevar
Metaforas por todos lados
para quien sabe leer el mundo
para quien busca migas de pan
que te permitan volver
que te permitan amañarte para ser feliz.
Ante la aniquilación de los subibajas, una puerta al placer, al saber, al conocimiento, ha sido clausurada.
Es una pena la aniquilación de los subibajas en manos de nuevas tecnologías lùdicas
El arte del subibaja te impelìa a encontrar un contrincante adecuado para poder jugar, un enemigo a la altura del conflicto. Alguien con quien medirte, en tu propio peso -como lo hacen los boxeadores- con tu propia fuerza. Balanceando, bailando. Mientras jugabas en el subibaja la vida cambiaba de perspectiva y charlabas, despreocupadamente y el cuerpo hacia su tarea, con músculos que te impulsaban y podías cantar y sentir la fricción del aire.
Subir de golpe y quedarte arriba,estaqueado,era vértigo sin vuelta.Mal negocio a los dos minutos
Lo contrario aburría por que dominar al pequeño es cosa de cretinos. Humillar a uno que no te llegue a la cintura es de mala gente.
Lo maravilloso era encontrar un amigo con el que ir a jugar, y dejar pasar el tiempo acompañado, viniendote grande como en esas peliculas de velocidad ascelerada donde ves como una flor se va abriendo.
Balanceándote con alguien de tu peso,con un par,arriba abajo,musicalmente,en equilibrio, te permite
esa gracia de la armonía, enseña secretos que podran usados cuando sea necesario.
A falta de disciplinas chinas aprendí en los subibajas
el arte zen
de la conversación entreverada con
el barro en los zapatos
el cielo entre los pelos
y saber que nadie gana
que nadie pierde
cuando arriba abajo
casi como en un baile
armonizados
nos dejamos llevar
Metaforas por todos lados
para quien sabe leer el mundo
para quien busca migas de pan
que te permitan volver
que te permitan amañarte para ser feliz.
Ante la aniquilación de los subibajas, una puerta al placer, al saber, al conocimiento, ha sido clausurada.
Comentarios
P.D.:En mí el subibaja ejerce una fuerza extraña porque cada vez que veo uno,primero no puedo resistirme a subirme y segundo una vez allí no puedo parar de reirme!! =)
BESOS RESTAURADOS