Una enfermedad que aqueja a las puberes, inexpertas y temerosas, a las jovencitas -arremetedoras y sin prejuicios, a las de ventipico que todavia no consiguieron un tipo como la gente, a las treintañeras que miran su reloj biologico con horror, a las separadas de casi cuarenta con tres pibes que mantener y él que es un hijo de puta sale con una de veinte, a las de cincuenta que buscan consuelo tratando de parecer de cuarenta, se hacen la planchita cada vez que salen, a las de mas de cincuenta que no entienden las reglas del enganche en la sociedad postmoderna y todavia no se rindieron, a las de sesenta que necesitan aunque sea una compañìa, a las de setenta que recuerdan con cariño siestas con el finado, bah, a todas las mujeres, inclusive a las que estan en el jardin y Santino ni las mira... es el miedo a no ser suficientemente atractiva para un hombre. Como este es un blog de sirenas, por si ud. no se ha dado cuenta, debe ser util a la sociedad. Yo suelo reirme bastante con How mee...
Comentarios
Saludos
Me hace acordar como que los argentinos somos los inventores del colectivo, un dulce y el asado.
Hay miles de anónimos que su dedicación y esfuerzo quedan ninguneados en el altar de la Ilustración: La Enciclopedia Británica; el moderno Códex para reescribir la Historia y que beban los creídos de esta fuente tóxica que altera los sucesos, omite orígenes y desvirtúa y sepulta las generaciones de los pensamientos y acciones hasta poder acomodarlos en beneficio del Sionismo.
En la inmensidad de las tantas reescritura de la historia cuya última armada fue bajo el gerenciado de autoridades de la Real Academia Británica, Hipatia (que significa excepcional-¡pero mirá que justo!-) trata de una increíble e inteligentísima mujer directora y custodia de la biblioteca de Alejandría incapaz de contener las ordas del obispo Cirilo que embriagado de brutalidad en nombre del muertito revoleado quemó una gran hoja del árbol de la sabiduría. Pero, hace unos miles de años que se sabe que el poder es conocimiento, y nadie quema un cheque tan grande sin cobrarlo.
Dicha la pequeña reseña, y en cierta consonancia con la metáfora de la poesía de la entrada, que una mujer con el bajón de su condición con el amor como arma, y el arma la supera pero sigue en sus trece, cayendo en una victoria pírrica odiosa explicando el origen de su venganza no buscando una salida, o tal vez por no encontrarla mata muriendo para empoderarse.
Cualquier varón que se precie, anhela respirar altura humana; los creídos ahora que está de moda se pajean con leyenda féminas.
Crack el otro Alejandro (que tengo entendido, así se llama el zumbón)
Beso