el narrador deficiente.

Los viernes voy al taller de cuento y leemos unos cuentos preciosos. En este caso uno de Rulfo, del que no leí nada. Me quedo tranquila porque al final escribió tan poco que tengo disculpas: Solo El llano en llamas (unos cuentos) y Pedro Páramo, del que sabía que era una novela fundamental (y yo no la leí) de la literatura americana.
Del cuento sacamos la idea del narrador deficiente, en el cuento un loquito, alguien que sabe menos que nosotros. Y la consigna de hacer un cuento con un narrador deficiente. Entonces se me ocurrió Ninina y lo voy a llevar el viernes próximo. Me debo a mis lectores, es decir a uds.


 Ninina, Ninina, vení a ver, la pigmea puso huevos y uno es grande como un melón. Mamá era tan exagerada que siempre había que dividir por tres para saber la verdad. Yo me llamo Antonia, como ella, pero los cercanos me dicen Nina. Solo  Pedro me decía Ninina y  los chicos cuando me querían sacar algo me decían Ninina,  no entiendo porque esta señorita me dice Ninina.
Por ahí la conozco porque la cabeza no me da mucho. Dicen los demás, porque les juro que me puedo acordar con detalle el nombre secreto de cada pigmea. Esa se llamaba Emilia.  Eran nombres que le ponía a las gallinas, y mamá no sabía, en eso era inflexible: no tenían que tener nombre porque después nos las íbamos a  comer.
En mi infancia escuchábamos misa en latín , no como después que le pusieron guitarreada y parecía una fiesta  y la gente dejo de tener miedo y andaban pecando por ahí, total, era igual. Nadie va a misa ahora, pero la “Antonia grande” como decían mis tios, me llevaba cada domingo, porque casi  fue monja antes de venirse en la tercera del Comte Grande ,y me hacia rezar el rosario en latín. Cuando llegó a la Argentina lo conoció a papá y tuvieron seis hijos y yo era la mayor, y la única que sabía seguir la misa en latín. y  eso cuenta como ser la preferida . Por eso cuando yo me comía a las gallinas pensaba que estaba bien que tuvieran nombre y les decía para adentro “ora pro nobis. Emilia”, como cuando te tragas la hostia, te comés el cuerpo de Cristo, ahora en la forma de gallina.

Y esta tipa que me viene a ver, una negrita cabeza chiquita, me viene a llamar Ninina. No le retruco porque por ahí la conozco y me olvidé, como cuando para mi cumpleaños cayó mi nuera, la segunda esposa de Mariano y yo no me acordaba y estuvo una hora explicándome quien era y me decía ¿no se acuerda de Mariano? Mirá si no voy a acordarme de mi hijo que estuve como doce horas de parto y el doctor ese que me decía hace fuerza y me desgarré toda, tan tolola no estoy, que se cree, pero en la cabeza se me hizo que todavía estaba con Paula y esta nueva se me confundía. Hasta que me acordé y le dije “ah, vos sos la que reemplazó a Paula” y todos se miraron con caras, especialmente Mariano, que para mi todavía la quiere a la Paula.

Si estuviera Pedro por ahí no me sentiría tan preocupada, él siempre sabía lo que había que hacer, pero yo no se, desde que murió estoy un poco mareada. Entonces  me callo y veo que pasa.

 Este lugar no me gusta, tiene olor, como a acaroína, como cuando bañábamos al León, el perro que trajo Ricardo y al final se quedó hasta que lo pisó la chata del sodero,  pero no es exactamente eso.  Fuerte como a pis tapado con desodorante Poet  que compro suelto.

El otro día vinieron mis dos nueras a limpiar la casa porque dicen que había olor. La nariz  es como la cabeza, a veces parece que funciona y otras veces parece que no me funciona, pero me funciona, porque el olor de esta confitería si que lo siento.

No estaba muy de acuerdo con que vinieran a limpiar mi casa, no soy una sucia, yo la limpio sola. Y menos de acuerdo con que tiraran cosas sin que yo pudiera mirar.  Por ahí tiraban algo que yo usaba, como esas sabanas que tenía con florcitas de alelí. Seguro las tiraron o Paula se la robó, pero no puede ser porque Paula se separó de Mariano antes de que Pedro se muriera en el hospital. No sé. La cuestión es que vinieron a limpiar y me pusieron a ver la televisión  y al rato me trajeron un mate cocido y me dormí en el sillón y cuando me desperté estaban los chicos, mis varones, y habían traído empanadas y comimos todos juntos como cuando vivía Pedro y había como media docena de bolsas de consorcio negro en el pasillo, que se llevaron y cuando pregunté no me dijeron nada.Comé esta de verdura que te hace bien y no la vas a repetir, dijo Ricardo.
La otra nuera, me dijo Nina no se haga problema por nada, nosotros nos ocupamos, después mire que lindas sabanas limpias le pusimos y la vamos a llevar a un lugar donde siempre va a estar limpio. Eso me pareció raro y entonces Mariano le dijo cállate y a mí no me anda bien la cabeza y le pregunté si me iban a matar y el Ricardo, que nunca habla, dijo Mamá como se te ocurre, y la mujer dijo enseguida el sábado la venimos a buscar y la vamos a llevar a tomar el té a una confitería.
A mi me sonó raro por la diabetis, yo no puedo comer dulce, pero tampoco tomo la metformina porque las pastillas son grandes y se me atragantan, pero como me dijo de las masas finas y soy muy golosa, esta semana me tomé todos los días la pastilla, la partí y me la tragué.
 Así que cuando hoy vinieron todos Ricardo, Mariano, y  la nueva y la otra, la gorda, de Ricardo, que ahora no me sale el nombre para llevarme a la confitería, solo me extrañó que me quisieran bañar y me sacaran el medallón que es la Virgen de los Milagros que me regaló Pedro cuando éramos novios .La gorda dijo yo se lo guardo y cuando quiera se lo pongo, otro día.  Yo dije que me bañaba sola, y lo único que logré es que se quedaran en el baño las mujeres hablando entre ellas, por miedo a que me cayera o algo así, que estúpidas. Cuando estaba Pedro él me bañaba porque una vez no supe salir de la ducha pero fue una vez sola, y a mi me gustaba que estuviera Pedro, porque era mi marido y cuando me bañaba me tocaba.
Así que fuimos en el auto de Ricardo la gorda, el y yo y pararon en Las flores Porteñas a comprar masas. Son muy ricas las masas de ahí, hay unos merenguitos chiquitos y unas que tienen como bizcochuelo abajo y una cremita de limón, pero donde se vio que uno tenga que llevar masitas cuando se va a una confitería a tomar el té. Cuando estacionamos estaba la nueva Paula y Mariano y yo dije esto no es una confitería, pero decía Residencial y me pareció que sí. 
Estas cosas modernas yo ya no las entiendo. Mi nieta me dijo que en la facultad hay un baño donde van las mujeres, los varones y los maricones, todos juntos.  Así que vinimos a esta confitería y tenía un jardín donde había puras viejas, muchas en sillas de ruedas, no como yo, que ni uso bastón y gente. La negrita dijo que es porque es sábado y claro, ya se sabe,  los sábados y los domingos la gente rica va a tomar el té afuera.  Adentro hay este olor, pero había menos en el comedor donde en una mesa nos sentamos todos: Y vino un señor y dijo “hola Ninina” y a mí no me gustó nada. La gorda le dijo “ella va a estar muy bien acá” y Ricardo y  Mariano medio lloraban,  eran medio dramáticos como mi mamá, cuando hablaba de cuando casi era monja y yo no entendía y en un momento el señor me presentó a la negrita, me dijo como se llamaba pero ya me olvidé, y ella me llevó a una pieza y cuando volví ya no estaban mis hijos y me dijo todo va a estar muy bien, su dormitorio tiene vista al jardín, es de los buenos y para usted sola. 
Se fue y me dejó el paquete de las masitas, pura porquería había quedado, bombitas húmedas que seguro se las metieron sin que se dieran cuenta. Pero igual me las comí, porque había tomado la pastilla.

Ahora estoy en a esta pieza, se fueron todos  y había preguntado cuando me vienen a llevar mis hijos, que quiero ir a mi casa y de nuevo “Ninina, quédese tranquila, ahora esta es su casa” y yo pienso que no entiendo nada como hacen las cosas ahora, me quedo quieta y recuerdo  cuando me comía a cada pigmea y todos los nombres: Concheta, Fabricia, Feliciana, Emilia, todas pigmeas; “Ora pro nobis.Adore te devote” no me acuerdo mas, pero seguro que despees si. Ah, la gorda se llama Mabel, ¿viste?.Va y viene.
Cuando venga la negra esa pata sucia le voy a decir dígame Antonia y después me callo y me quedo quieta hasta que me vengan a buscar.
-       

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Muy bueno, Vodka 🤗
Moscón ha dicho que…
Si me toca espero que no duela la dilución de la conciencia de lo percibido, haciendo corto circuito con lo recordado o no recordado.
¿Quien dijo que el universo no se transforma?
vodka ha dicho que…
espero no tener olor a pis, nunca.
José A. García ha dicho que…
Los cuentos de Rulfo son fundamentales para entender la literatura latinoamericana. Ahora, la novela, no sé... no me llegó.

Y publicaron un libro de las cartas que le mandaba a la novia que después sería su esposa, que son muy interesantes también, donde se puede ver parte del proceso creativo de varios de los cuentos y de la novela.

Saludos!

J.
Anónimo ha dicho que…
Genial, conmovedor, profundo, simple, perfecto.
Me encantaría escribir así! 👏👏👏
vodka ha dicho que…
la concha del pato. Alguien que me elogia y ni siquiera se el nombre. Anonimo, si lee esto la proxima vez ponga su nombre.
Anónimo ha dicho que…
Hola, Nilda... Buen día... Estoy como en trance luego de leer tu cuento... Me conmueve y me perturba, todo junto... Hay un predominio de lo sensorial allí, algo como la escritura devenida carne, pulsión, espasmo... Realmente te movés muy bien en esas aguas difíciles, complejas, como diría por allí alguien avezado... Te mando un gran abrazo... Soy Daniel Goñi y somos contacto en Facebook...

Entradas populares de este blog

refranes

ud. piensa que es poco atractiva? : la teoría de Barney