solo para mujeres.
Una, sépalo bien, cualquiera -no estoy hablando de mí, sino de Ud., señora- anda de muerte, para sostener una identidad única. Cree que no miente cuando dice "esta soy yo, madre de tres, abogada, docente, esposa del Tito, especialista en lasagna, visito a mi madre viuda dos veces por semana y me compro la ropa en Falabella con tarjeta del Galicia los días de descuento".
Una, sepa y acepte, ha leído o intuye de la complejidad que la habita, aunque se haga la distraída
Si es una mujer de bien, sabe que también es
la Otra.
La que no muestra, la que no Es. La que no fue
y no será. La adultera, la lujuriosa, la mezquina, la canalla, la que comería
hasta el fondo de la olla directamente con las manos, tomaría del pico de la
botella bebida blanca, se levantaría al compañero de Expedición que tiene 10
años menos, al tipo que miró tan lindo
en aquel bar, partiría con el buquebus con destino al Uruguay sin dejar, previamente, las camas tendidas, ni
la cena preparada y con toda la guita que hay escabullida en la casa,
escuchando rock de los ochenta a todo vapor, molestando a la gente que viaja cerca,
sin que le tiemble pulso como al protagonista de La Uruguaya, de Mairal.
Y que a los hijos y al marido los atienda la suegra.
Sin embargo una es solicita, le pela la fruta a todos y vela por que el mundo sea seguro y amable para los que quiere. No se va. Se olvida de los excesos, que por otro lado, nunca tuvo, nunca fueron para ella
Si una es lo suficientemente infame consigo misma, puede renegar dela Otra. Y vivir propia la vida
como si no supiera que hay otra, como si fuera el obelisco de Luxor que está en
París, de una sola pieza, sencilla como
un poema de Benedetti, como un cacho de carne sin otra vocación que la de ser
eso. Una que cumple con las vacunas, con el pago en cuotas de la tarjeta y de
verdad es feliz con el asado de los domingos. Nadie lo niega.
Y que a los hijos y al marido los atienda la suegra.
Sin embargo una es solicita, le pela la fruta a todos y vela por que el mundo sea seguro y amable para los que quiere. No se va. Se olvida de los excesos, que por otro lado, nunca tuvo, nunca fueron para ella
Si una es lo suficientemente infame consigo misma, puede renegar de
La negadora no
contaba con los sueños y con las cosas que se pone a imaginar cuando la
imaginación se va para el lado de los tomates, en el insomnio, en el colectivo,
mientras hace las milanesas, le pone las medias a los hijos chicos, y espera.
Porque parte de la vida una se la pasa esperando -el colectivo, que el arroz
esté a punto, que el ciclo de lavado centrifugue, que te atiendan en la
farmacia- Esos momentos suelen ser buenos para que la Otra venga Y te hable.
Ahí, disfrazado, se aparece todo: los siete pecados capitales, lo que Moisés escribió en las tablas que no debería hacerse:, en los sueños se sabe, Ud. "no es tan buena". Pero los sueños son de difícil interpretación, y la mayoría de las veces se olvidan
Tal vez ud. es una afortunada -o una canalla-y no analiza o aun no recuerda sus sueños. Puede pasar. Tampoco tiene fantasias diurnas, o las minimiza tanto que cuando insisten, se toma un rivotril o mira series hasta que ya dela Otra no queda nada.
Pero el meollo de este post es recordarle (este es un blog moral) que para ser esa ama de casa solìcita, esa madre amorosa y preocupada, esa -vamos- Marge Simpson del subdesarrollo, ud. anda matando mujeres a garrotazos. ¿que mujeres? las que no se anima a ser, las que quisiera ser y no serian compatibles con la vida que eligió vivir, incompatible como un artilugio de computadora viejo en ese nuevo cpu que le regalaron.
¿que se hace con las que no somos? Bueno, mija: se las mata a garrotazos, como en el juego del topo.
Ahí, disfrazado, se aparece todo: los siete pecados capitales, lo que Moisés escribió en las tablas que no debería hacerse:, en los sueños se sabe, Ud. "no es tan buena". Pero los sueños son de difícil interpretación, y la mayoría de las veces se olvidan
Tal vez ud. es una afortunada -o una canalla-y no analiza o aun no recuerda sus sueños. Puede pasar. Tampoco tiene fantasias diurnas, o las minimiza tanto que cuando insisten, se toma un rivotril o mira series hasta que ya de
Pero el meollo de este post es recordarle (este es un blog moral) que para ser esa ama de casa solìcita, esa madre amorosa y preocupada, esa -vamos- Marge Simpson del subdesarrollo, ud. anda matando mujeres a garrotazos. ¿que mujeres? las que no se anima a ser, las que quisiera ser y no serian compatibles con la vida que eligió vivir, incompatible como un artilugio de computadora viejo en ese nuevo cpu que le regalaron.
¿que se hace con las que no somos? Bueno, mija: se las mata a garrotazos, como en el juego del topo.
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