un van gogh
caminar por las orillas de la ciudad, despues todo es campo y ver belleza en lo cotidiano. En un muro, una sombra, una hora del día.
La belleza no está en las cosas. La belleza está en el ojo que mira.
Eso me sirve de aliciente. En el otoño soy bella para quien sabe mirarme. Como ese muro, como esa sombra.
Van Gogh, y este cuadro ni siquiera es uno de los famosos... y su belleza estallando en esa hora donde a pura siesta las orillas te piden que tengas cuidado, que no hay nadie, que estas en los bordes.¿algo asecha?
inquietante.
hermoso.
Se llama La casa del arbol rojo y es de 1890
Comentarios
A vos te gusta, a mi no, pero mas allá del gusto, me molesta la cotización de los palurdos.
Norman Rockwell, Nine, Dalí, por tirar algún nombre, pasan cómodos las toscas, primitivas e infantiles estampas del belga.
Básico y recargado, como meter un gol con el culo; vale, si festejamos la incompetencia.
Ni van go, ni Miró, picaso o cualquiera de la galería de esperpentos que un grupito de engrupidos inflaron a pedos, junto al gordo siqueiros pintando a soplete el sótano del abuelo de maru botana, idolatrado por plasmar changuitas de colores.
No hablo mas, me voy a pintar.