cagando a pedos a las mujeres que creen que las sombras de grey son un modelo a imitar.

si ud.no se ha dado cuenta (yo lo he tratado de disimular)para no peder lectores, este es un blog que habla de mujeres.
Uno puede creerse que trata de sirenas. Pero no.
Estoy escandalizada por que a las mujeres les gusta 50 sombras de Grey, un pequeño best seller sadomaso, donde la mujer es una geisha agarrada para dar placer sin recibirlo. El placer (del cual abomino) de la sumisiòn. Minas de cualquier estofa que se arrancan las camisas frente a la violencia de los hombres (que jamas llamare violencia de genero, para mi es violencia a secas, celebran la sumision. ¿intentaran reproducirla? Lo desaconsejo.  La diferencia entre una geisha y una mujer potente es que la primera hace cosas en el supuesto que el partener es el amo, lo cual aniquila toda posibilidad de ternura, de cariño. El amo no muestra jamas ternura, a lo sumo, tira perlas a los chanchos
No se trata en si mismo de las practicas, advierto que las mismas pueden existir en la premisa de que  no hay sumision, sino encuentro, solo por el propio placer de hacerlo: Como cuando haces una comida para los que queres, cocinando para la gente que queres, obtenes placer. Mirandolos comer lo que cocinas, gustando del mismo plato, algo sencillo, puede ser una comida de olla,  comiendo vos misma. superando en el afecto de hacerlo, en el afecto de lo que se recibe,  el acto mecanico y biologico del alimentarse para vivir.
Hay gente que coje como los perros, cada uno en sus cosas, o como en las famosas sombras, siendo uno el perro malo y el otro el perro sumiso.
Comer con otros y cocinar para otros puede ser un acto de amor. La sumision en cualquier nivel de la vida es mortifera, abomino de que las mujeres celebren relaciones mortiferas. Setenta balcones y ninguna flor, cincuenta sombras y ningun orgasmo femenino.
Cada uno goza como puede: yo me guardo para mi, no solo en el sexo sino en la vida, el derrape de ternura. El encuentro de dos que se celebran como premisa.
Por eso, para celebrar lo femenino traje dos cosas. Un texto de Galeano donde se habla del miedo, las mujeres y los dientes que se caen y una foto de mujeres comunes, como ud. y yo (espero que este blog sea leido por mujeres) para ver como se puede gozar de la vida, con lo que haya.
La vida, mis amigos, son cuatro días y en mi caso, ya pasaron tres.

El miedo

Esos cuerpos nunca vistos los llamaban, pero los hombres nivakle no se atrevían a entrar. Habían visto comer a las mujeres: ellas tragaban la carne de los peces con la boca de arriba, pero antes la mascaban con la boca de abajo. Entre las piernas, tenían dientes.
Entonces los hombres encendieron hogueras, llamaron a la música y cantaron y danzaron para las mujeres.
Ellas se sentaron alrededor, con las piernas cruzadas.
Los hombres bailaron durante toda la noche. Ondularon, giraron y volaron como el humo y los pájaros.
Cuando llegó el amanecer, cayeron desvanecidos. Las mujeres los alzaron suavemente y les dieron agua de beber.

Donde ellas habían estado sentadas, quedó la tierra toda regada de dientes.