concurso de cuentos en honor a Cortazar.
En Lomas de Zamora el municipio largó un concurso de cuentos.
las bases del concurso están acá. Nada me gustaría mas que estar en una antología junto con uds. Los concursos de cuentos me ilusionan y también me agobian: Tengo un cuento perfecto para ese concurso pero es largo. Lo trate de mutilar y pasó lo que tenia que pasar: lo malogré.
Entonces busque otro, mas corto, que estaba en el blog. También era muy cortazariano, No es extraño, sueño a veces con Cortazar. Lo uso para decir mis cosas, para encubrir lo que me pasa. Para acentuar el efecto y engañar a los jurados le puse un epígrafe, parte de un poema. Lo busque con cuidado, no hago las cosas sin ton ni son, aunque pueda dar ese efecto. Luego le saque al texto los errores de ortografía, le cambié una o dos palabras, no mas, y lo imprimí.
Ya estaba publicado en el blog, pero lo pongo de nuevo,porque el blog no me trae suerte pero yo querría que si. Y para compensar la torpeza, la estupidez de volver a colgar el cuento -a quien puede molestarle? - y como novedad, abajo del cuento, el poema de Cortazar, que por otra parte he leído hoy por primera vez.
Cuando el Río dela Plata
se mixtura con el mar, lo marrón persiste un rato largo. El agua carga sangría
del Paraná, lleva moléculas de tanta miseria y verdor y tanta tierra roja, ella
no entrega así nomás su esencia a la anodina y persistente agua marina.
El mar, desde acá, parece, mas que agua, un enorme cobija turquesa que dos invisibles deidades sacuden tomada por orillos que no llegamos a apreciar.
Las mujeres recostadas semejan enfermas graves o hombres capturados por la modorra despues de una comida copiosa. Están entregadas.
Un mozo, viejo, con callos plantales que lo hacen caminar como un contrahecho, calzado con zapatos de cuero lustrados en exceso, con cordones, atraviesa cubierta repartiendo sundaes recubiertos de sirope naranja y azul .Al derretirse el helado se forma un reguero de baba gomosa sobre la popa. El mar, que es limpio, salpica y la injuria se lava
Las mujeres permanecen con los ojos cerrados, envueltas en batas, todas iguales, un poco amarillentas, que supieron de mejores tiempos. Las batas son o fueron de Colmegna, la tradicional casa porteña de baños turcos, un bordado da testimonio.
Este ramillete de mujeres están hermanadas por la mirada perdida y el estigma del desaliento, que les refulge como si fuera una cruz de fuego en la frente..
Al terminar el sundae, se empiezan mover, parece como si estuvieran en una sala de espera de medico y ya pasó demasiado rato y nadie sale a dar explicaciones.
Coloradas por el sol de noviembre, y despeinadas por los vientos que asolaban la planchada, no es necesario una mirada atenta para advertir que ninguna es hermosa, sino todo lo contrario y algunas, como yo, tienen poco pelo .Y como lo tienen largo, parece aun menos pelo. Unas cabelleras lamentables.
Dos horas ha que zarparon de la costa de Quilmes. El preámbulo fue la subida a un pequeñísimo lanchón donde permanecieron paradas tal como se hace en un colectivo suburbano o en un ascensor atestado: digo, ignorándose unas a otras
Solo abordaron la nave cuando llegaron a la mitad del río, donde las cartas náuticas indicaban la posibilidad. Me gustaría saber la eslora para explicarles bien.
Puedo decir que ninguna fue obligada. Mansas como corderos. Es que siempre hacemos eso, nos entregamos sin saber (yo hago eso, me podría haber pasado).
Inclusive, al levantarse, noto que abajo de la toalla en la que recostaba su cabeza segundos antes, está su bolsito de mano. No se como pudo hacer. A mi me lo retiraron ni bien ingrese al barco.
El mozo de los cayos plantales intenta tranquilizarla. Le dice que la nave es Das Narrenschiff y que el viaje será placentero. Le habla de cartas marinas, del Caribe, inclusive creo que escuché la palabra Mediterráneo.
Ella vuelve a la poltrona, busca su bolso tanteando en la almohada , y por primera vez (es tarde) se da cuenta que en el mar (como en la vida) no hay por donde escapar. Yo cierro los ojos, intentaré dormir, mientras la nave va.

las bases del concurso están acá. Nada me gustaría mas que estar en una antología junto con uds. Los concursos de cuentos me ilusionan y también me agobian: Tengo un cuento perfecto para ese concurso pero es largo. Lo trate de mutilar y pasó lo que tenia que pasar: lo malogré.
Entonces busque otro, mas corto, que estaba en el blog. También era muy cortazariano, No es extraño, sueño a veces con Cortazar. Lo uso para decir mis cosas, para encubrir lo que me pasa. Para acentuar el efecto y engañar a los jurados le puse un epígrafe, parte de un poema. Lo busque con cuidado, no hago las cosas sin ton ni son, aunque pueda dar ese efecto. Luego le saque al texto los errores de ortografía, le cambié una o dos palabras, no mas, y lo imprimí.
Ya estaba publicado en el blog, pero lo pongo de nuevo,porque el blog no me trae suerte pero yo querría que si. Y para compensar la torpeza, la estupidez de volver a colgar el cuento -a quien puede molestarle? - y como novedad, abajo del cuento, el poema de Cortazar, que por otra parte he leído hoy por primera vez.
das narrenschiff.
Ya no hay
laberintos
(…)
A nadie tienen que los tema y vocifere,
ningún adolescente de encendida espada
irrumpe de la nave y corre a ellos para morder por fin
el alegre, jugoso durazno de la sangre
ningún adolescente de encendida espada
irrumpe de la nave y corre a ellos para morder por fin
el alegre, jugoso durazno de la sangre
Julio
Cortazar- Las ruinas de Cnossos
Oxidadas por la sal
marina, que no respeta a fierro ninguno, las poltronas gritan a quien las
observe que deberían haberse renovado hace una década. Lona verde y naranja, a
rayas horizontales, en una trama que en algún momento fuera clásica pero que
ahora, definitivamente está fuera de lugar, puesta por un escenográfo torpe.
Las lonas quemadas por el sol, no obstante, resisten el peso de estas mujeres.
Cuando el Río de
El mar, desde acá, parece, mas que agua, un enorme cobija turquesa que dos invisibles deidades sacuden tomada por orillos que no llegamos a apreciar.
Las mujeres recostadas semejan enfermas graves o hombres capturados por la modorra despues de una comida copiosa. Están entregadas.
Un mozo, viejo, con callos plantales que lo hacen caminar como un contrahecho, calzado con zapatos de cuero lustrados en exceso, con cordones, atraviesa cubierta repartiendo sundaes recubiertos de sirope naranja y azul .Al derretirse el helado se forma un reguero de baba gomosa sobre la popa. El mar, que es limpio, salpica y la injuria se lava
Las mujeres permanecen con los ojos cerrados, envueltas en batas, todas iguales, un poco amarillentas, que supieron de mejores tiempos. Las batas son o fueron de Colmegna, la tradicional casa porteña de baños turcos, un bordado da testimonio.
Este ramillete de mujeres están hermanadas por la mirada perdida y el estigma del desaliento, que les refulge como si fuera una cruz de fuego en la frente..
Al terminar el sundae, se empiezan mover, parece como si estuvieran en una sala de espera de medico y ya pasó demasiado rato y nadie sale a dar explicaciones.
Coloradas por el sol de noviembre, y despeinadas por los vientos que asolaban la planchada, no es necesario una mirada atenta para advertir que ninguna es hermosa, sino todo lo contrario y algunas, como yo, tienen poco pelo .Y como lo tienen largo, parece aun menos pelo. Unas cabelleras lamentables.
Dos horas ha que zarparon de la costa de Quilmes. El preámbulo fue la subida a un pequeñísimo lanchón donde permanecieron paradas tal como se hace en un colectivo suburbano o en un ascensor atestado: digo, ignorándose unas a otras
Solo abordaron la nave cuando llegaron a la mitad del río, donde las cartas náuticas indicaban la posibilidad. Me gustaría saber la eslora para explicarles bien.
Puedo decir que ninguna fue obligada. Mansas como corderos. Es que siempre hacemos eso, nos entregamos sin saber (yo hago eso, me podría haber pasado).
Las recibió el mismo
hombre del sundae con sirope, pero con otro uniforme, asegurándose que no
resbalaran en la escalerilla, que llegaran salvas a la planchada, a los
deteriorados camarotes del único subsuelo..Ellas no se dieron cuenta lo extraño
del asunto, no sabían de rituales de barco, de capitanes, de que
-necesariamente-tendrían que haber visto mas gente.
Ahora, mientras la necesidad de dejar testimonio me impulsa a esta crónica, en este preciso momento, una que está a mi lado, se agarra con el puño su bata de toalla y lo increpa, le pregunta como se llama el barco. Insiste que es hora de develar el destino del premio dela Lotería Turística ,
no quiere que se note pero está asustada. Yo conozco los signos: está
asustada. El sol la ha puesto como un camarón, el pelo revuelto, la bata
abierta que deja ver que abajo continúa (pese a las indicaciones en contrario)
vestida con ropa de calle, para irse presta si fuera necesario (ese es el plan)
Ahora, mientras la necesidad de dejar testimonio me impulsa a esta crónica, en este preciso momento, una que está a mi lado, se agarra con el puño su bata de toalla y lo increpa, le pregunta como se llama el barco. Insiste que es hora de develar el destino del premio de
Inclusive, al levantarse, noto que abajo de la toalla en la que recostaba su cabeza segundos antes, está su bolsito de mano. No se como pudo hacer. A mi me lo retiraron ni bien ingrese al barco.
El mozo de los cayos plantales intenta tranquilizarla. Le dice que la nave es Das Narrenschiff y que el viaje será placentero. Le habla de cartas marinas, del Caribe, inclusive creo que escuché la palabra Mediterráneo.
Ella vuelve a la poltrona, busca su bolso tanteando en la almohada , y por primera vez (es tarde) se da cuenta que en el mar (como en la vida) no hay por donde escapar. Yo cierro los ojos, intentaré dormir, mientras la nave va.
Las ruinas de Cnossos
Ya no hay laberintos
ni reyes de mirada plana, imprecatorios,
inventando por gestos las leyes de la tierra.
Las calles se repueblan de monstruos cabizbajos
confundidos entre las vendedoras de pasteles y peinetas,
sin decretos ni claustración, caídos
a la irrisión de las miradas que los siguen y enumeran.
Ni prestigio, ni nombres execrados,
ni hermanas lamentándose en los muros.
Envueltos en bufandas se pierden en los huecos del tráfico
con paquetes que llevan a sus casas,
a las pensiones familiares donde comen y duermen.
A nadie tienen que los tema y vocifere,
ningún adolescente de encendida espada
irrumpe de la nave y corre a ellos para morder por fin
el alegre, jugoso durazno de la sangre.
ni reyes de mirada plana, imprecatorios,
inventando por gestos las leyes de la tierra.
Las calles se repueblan de monstruos cabizbajos
confundidos entre las vendedoras de pasteles y peinetas,
sin decretos ni claustración, caídos
a la irrisión de las miradas que los siguen y enumeran.
Ni prestigio, ni nombres execrados,
ni hermanas lamentándose en los muros.
Envueltos en bufandas se pierden en los huecos del tráfico
con paquetes que llevan a sus casas,
a las pensiones familiares donde comen y duermen.
A nadie tienen que los tema y vocifere,
ningún adolescente de encendida espada
irrumpe de la nave y corre a ellos para morder por fin
el alegre, jugoso durazno de la sangre.
Comentarios
Es difícil engañar al jurado del Municipio, tiene un equipo de letras que investiga...
En cuanto al equipo de letras que investiga del municipio,lo que tendria que hacer -ademas de investigar lo que se le cante- es expedirse. El concurso cerro en octubre, llame en noviembre para averiguar y no tenian fecha, porque "habian recibido demasiados cuentos" y era una sola persona, ademas peleada con su jefa, por lo que pude entender. Es mas, no sabian cuando iban a expedirse.
Des narrenchiff sera bueno o malo,pero es absolutamente creacion de esta, la dueña del blog.