hikikomori

Nos hablabamos puerta por medio. El recien habia dejado de merecer ser llamado un chico, yo todavia me asombraba cuando me llamaban señora. Puerta por medio hablabamos periodicamente. Tenía segun sus propias palabras una patologia de japonés de ciudad. Decia que era un hikikomori y yo nunca habia leído en Freud ese recorte diagnostico, pero como buena gugleadora de estos tiempos, la neurosis que el llamaba asi era simple y llanamente una retraccion libidinal, una forma de despiste donde el quia se protegia metiendose adentro. Adentro de la casa, adentro de si. Por eso no abria la puerta y me escuchaba por detras, cuando queria. Tampoco era raro que yo cumpliera con mi mision de escucharlo y el no hablara. Hablaba yo un poco, le hacia saber que estaba ahi.Creo que es Cocteau el que hizo un monologo de la voz humana.
Pero eso no era un monologo, sino dos personas casi de la misma generacion (año mas año menos) inventando la realidad en la misa de la palabra.
No verlo no era obstaculo, el psicoanalisis no se asienta sobre miradas sino sobre la palabra, y mientras hubiera palabras habia lazo. ¿o acaso no sabe ud. que la posicion de acostado en el divan freudiano tiene que ver con que en la vida ya hay excesiva mirada y poca escucha?. No verlo me ayudaba a escuchar mas fino.Yo era una atenta lectora de su decir.
Un hilado de palabras iban y venian y alli se tejia algo y yo quiero suponer que ese tejido suturaba algo que no se muy que es. El pago fue religioso. Y un dia salio a la calle.
A mi no me vengan con cosas japonesas.
un dia se fue..

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