el preocupacional


Yo me di cuenta que cuando le dije “mamita” había perdido la chance de lograr ese trabajo, tan afin a mis intereses, a las cosas que se hacer.
 Pero no pude evitarlo. Ella me llevó a eso. Era una mujer de mi edad, no tenía canas por que ese tipo de mujer que fue a la facultad se creen gran cosa, pañuelos verdes les voy a dar, van a abortar de las patadas en el orto que les daría,ellas no usan canas, son todas rubias, y esta  era la encargada de lo psicológico en ese serie de controles de aptitud para entrar a la seguridad del municipio. Si bien yo no soy de ahi, porque  vivía desde hace dos décadas en el Barrio Pepsi, de Varela, había conseguido un contacto por un viejo compañero de la cárcel, donde los dos éramos  penitenciarios y después nos retiraron al mismo tiempo, de un mismo hondazo.
Le dije mamita en vez de licenciada, doctora o simplemente señora, y ni un gesto, pero vi que rápidamente me devolvía el documento y no me decía si me había dado el apto. Para compensar le di la mano muy fuerte, creo que demasiado que se me fue la mano,  y también creo que no ayudó, pero las cartas ya estaban echadas.
Igual me habían sacado sangre, hecho el electro, había llenado un formulario con una médica que tenía el pelo rojizo y las canas crecidas en la base. Pero lo de la psicóloga tal vez me había pasado porque ya estaba cansado. Estuve juntando orina desde las  ocho y la entrevista fue a las once. Ella lucía cansada.

En el mostrador el tipo que atendía me dijo que el apto final (no habló de la posibilidad de desaprobación, era un disco, repetía lo mismo a los veinte que fueron evaluados esta mañana fría de octubre)iba a estar en esta semana.

Cuando llegue a casa, la Nadia no estaba pero todavía quedaba garrafa, así que me puse la pava y me cebe unos mates hasta que me hinché las pelotas y revolee todo lo que estaba en la mesa. Después me puse a juntar la yerba, el azúcar y las galletitas desparramadas  sobre la formica. Contaba con ese trabajo en la municipalidad. Desde que estaba retirado del penal,  la plata no alcanzaba y yo sabía que cuando hubiera menos, la Nadia se iba a volver a la casa de sus viejos. Si yo la dejaba, claro.
Segui pensando en la psicóloga, y viendo como en cámara lenta la escena: ella me pregunta si me molestaba la evaluación psicológica, yo digo que no se dibujar, y agrego “mamita”

Lo más gracioso es que a la única que le digo mamita es a la Nadia, cuando necesito ser cariñoso y eso porque tengo en la punta de la lengua Mariacarmen, que fue mi esposa por veinte años y un día se  fue porque la apañaron las hermanas, y ma si, que se vaya, yo a la Nadia me la estaba trabajando hace meses y por tener mujer en casa ella no terminaba de darme bola
Por eso a la semana que Mariacarmen se fue, en la pieza se instaló la Nadia. Gane con el cambio, en vez de una de casi 50 se me hizo una de 25. Para que el chiste fuera perfecto necesitaba otra de 25, pero la verdad no creo que me diera el cuero si no tomaba la pastilla celeste.

No se que voy a hacer ahora, el retiro es plata fija y para dos alcanzaría si Nadia fuera Mariacarmen Alcanzaria porque  yo a la Mariacarmen no le paso guita, primero porque se hace la misteriosa y no se donde vive (y si se llevó a los pibes,  que los ayude a mantener las hermanas, que le dieron alas) Pero la verdad que alcanza para comer, y nada de vicios.  Vino bueno, por ejemplo. Un poco de merca que me vende el indio,  cara y buena y a veces yo  le pido. Y cuando me ofrece lo saco cagando pero después voy y le pido.

Ahora como sabía del preocupacional, desde que tuve la fecha, estaba mas limpio que una monja, porque no soy vicio, como los pendejo fisura que viven en este barrio, todos cachivaches. 
¿Dónde estará esta Nadia? No me gusta tomar mate solo.
Hay una vacante de custodia de mercadería en Neoviajem , pero averigue y tengo que viajar a Córdoba, a San Luis, y ya estoy viejo para andar subido a un camión todo el día. Este conchabo me venia al pelo, en la municipalidad, con uniforme , con horario, vigilando gilada o tal vez al intendente, o su mujercita,o estar parado a la salida de un ascensor, con cara de poker.

Yo no ando en cosas raras, porque tengo portación de armas, hace poco la renové, con todo. Incluso me hicieron el psicológico una minita que era aun mas chica que la Nadia, no como esta, una minita que podía envolver y hacerle creer que era un viejo tranquilo con gusto por seguir con la portación.

No voy a poder calentar el agua, porque la garrafa tiene que alcanzar para la noche, falta una semana para cobrar y no quiero cagarla calentando la pieza con hornalla. Mejor me tomo este ultimo mate así como está y voy a buscar a la Nadia a la casa de los viejos. Me tiene podrido esta pendeja no se que se cree, con ese rodete y esas tetitas duras, le tendria que haber encajado un hijo para amansarla, encima que perdí este trabajo, no está acá para atenderme cuando vengo y ni una comida decente sabe hacer, no como la Maricarmen que te hacia un guiso con nada. Dos papas y ya te hacia una comida de olla que te chupabas los dedos. Estaba gorda y abandonada, pero la verdad es que yo no le tiraba un mango para la ropa, ni siquiera para la navidad. Me contaron que ahora la vieron por Beraza y que parecía otra. Va a parecer otra de los sopapos que le voy a poner si se aparece por acá buscando "sus cosas". El documento de ella y de los chicos se los llevo la hija de puta, lo se porque busque en el cajón y no estaba.

Vos fijate que por una palabra te podés desgraciar. Que violento ni violento, yo siempre fuí un tipo respetuoso: a mi me respetas y yo te respeto: asi se forma el buen penitenciario. Tanto alternar con malandras no me cambió ni la forma de pensar: Yo hablo como un señor. El psicologico ese lo hubiera aprobado de taquito sino se me hubiera escapado el mamita. Todo invento lo de los dibujitos.

Ya es demasiado tarde, esta hija de puta tendría que estar aquí. Cuando venga ya va a ver quien manda.


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