blood Vodka.
.

salía la porquería amarilla
y solo después la
limpia sangre roja.
Ahí descansaba; y es
que la sangre te pone un límite
En los accidentes de
infancia, primero la sangre
luego, una costra, y a veces
la pus, y un agua como
de luna,
como de haber
enjuagado ropa
y al otro día, la
orla roja doliente.
Mi madre pateó unos
sifones
Y se le clavaron los culos en la pierna.
Aún se ensañan conmigo porque
en vez de ayudarla, me escondí
en el dormitorio de mi abuela, aterrada.
Era muy niña, sepan perdonarme, cincuenta años después.
Otra vez,
Malena gritaba que al
hermano se le había salido un ojo
al resbalar de la pileta de lona.
Lo agarré como en una Piedad, le puse una toalla
y lo lleve con el
padre.
Un corte de boxeador en el arco superciliar
que se arregló con la gotita de pegar plásticos.
Todavía podes buscarle la cicatriz en la cara.
El patio mostraba un reguero de sangre que se desleía
en el agua de la pelopincho.
Cuánta sangre,¡ si yo les contara!,
ha corrido debajo del
puente
Sangres menstruales, de partos , de operaciones
santas y podridas.
Sangres de hijos, de venas, de arterias
de vaginas, de heridas, de rodillas lastimadas
ensuciada con merthiolate
sangre del sexo, de la enfermedad,
de los infinitos análisis de laboratorio
la sangre que se detiene volcando azúcar en la herida
la sangre que no se detien, llevando al cerebro su respiro.
Olor a herrumbre de mi
sangre
que he chupado, como todos,
para sanarme en salud.
Pequeña vampira , sobrevivo
a la mortalidad
Soy esa roja sangre mía, agua con hierro
en el pañuelo, en el trapo, en la toalla,
en la bombacha, en el apósito
en la sabana, en la zalea del quirófano
en el algodón, corriendo por entre las piernas
este cuerpo , esta sangre.
Ajena . Mía.
Comentarios