sirenas que nadan en lluvia púrpura
En segundo grado la sirena hizo con su pesima letra y pluma cucharita y el tintero involcable que siempre le encharcaba el portafolios de cuero con herrajes (odiaban a los niños,esos gestos son un estilo) volvamos, hizo una oracion para los deberes que religiosamente cumplimentaba mientras Madre le hacia tomar de prepo la leche (la sirena era entonces un alfeñique y debia tomar la leche so pena de mamporro) .
A la sirena nadie podia entonces suponerle una carrera en la docencia, porque siempre tenia el guardapolvo en pesimas condiciones y en vez de jugar a la señorita le gustaba cantar español o a voz de cuello hacerse la artista bajando secretamente la escalera como la estela raval y los cinco latinos, envuelta en una sabana como una mujer de atena, boqueando abominables temas tales como la balada de la trompeta-La sirena, convengamos era muy desprolija y tal vez lo sigue siendo, pero tenia pasta de poeta.
Lo digo de verdad, servia para casi nada,era una inutil, pero tenia pasta de poeta a los siete años. Sin genealogia, sin relacion con nada ni nadie, la sirena era un proyecto de poeta.
Y seguro que lo hubiera sido si una mediocre maestra de primaria no le hubiera tachado con rojo y poniendo un regular inolvidable en la oracion escrita que salia de una pluma cucharita empapada lo sufiente como para hacer manchones secados a secantes, con tinta azul lavable que oleaba dentro del tintero involcable hasta yacer en su destino final de cuaderno Laprida forrado en papel araña azul .
La oracion era
La oracion era
La luna va a lavarse a la mar.
(la mediocre maestra tacha la mar y pone "el" mar) : la sirena carecia entonces de las palabras para explicar que se trataba de una figura retorica, y cosas como esa y solo se puso un poco triste, muy poco. Pero le jodieron para siempre la carrera de poeta. Y por eso hoy no se ha ganado el premio Miguel Hernandez porque si lo hubiera hecho alguien le hubiese mandado un mail y ella ya estarìa comprando un pasaje para Alicante, donde creo que hubiera gastado el premio en turrones para regalar a su vuelta, como una estrella de hollywood bajando la escalerilla (làstima, las mangas de los aviones nos sacaron la vanidad de poder saludar desde las escalerillas) saludando como un gato chino de la fortuna.
Che, la lluvia no es purpura pavota: es el reflejo de la luz.
Che, la lluvia no es purpura pavota: es el reflejo de la luz.
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