un retrato para el taller de Lamberti

Cuando me encargaron la escritura de un retrato de alguien conocido o famoso, caí en la cuenta de que no solo no había conocido a nadie famoso, sino que me sentía inhábil para contar como era cualquiera Finalmente lo elegí al Rafa porque estaba muerto, y asi no me podría desmentir y porque con unas cuantas postales podía trazar las encrucijadas de cómo su vida había rozado la mía. Lo conocí promediando sus sesenta, siempre llegando tarde, y enojándose para desde ese enmismamiento impedir hacerse cargo del enojo de otro. Un día me conto que esa estrategia le daba mucho resultado en su casa, eso de hacerse el distraído. Conmigo no era necesario pero creo que no tuvo tiempo para darse cuenta. Judio circuncidado, rengo, petiso, hermético pero no por sentirse superior a nadie, sino como mecanismo de defensa de elección. Le tenía mucho miedo a la vejez y una tarde se murió en el trabajo de un bobazo sin llegar a orillar el deterioro. El Rafa era físico o algo así. Trabajaba en un organismo oficial que se ocupaba de lo atómico, y era profesor de matematicas en el CBC, había tenido un par de hijos que no habían heredado su nariz de turco de medio oriente, que venía por los genes de un turco de Esmirna, su padre, caído en las pampas y trabajador de poca monta en la embajada, Yo no le conocí esa nariz pero si la historia de que lo había hecho infeliz en su adolescencia. El estaba muy orgulloso de sus hijos con narices normales y un desenvolvimiento social que era natural y no ortopédico como el suyo. Tambien tenía una hija que yo siempre sospeche torta, pero nunca lo pude confirmar y la cuestión ya no me interesa. El creia que yo era mas buena de lo que en realidad era. Lo deje en su equivoco . Otra cosa asombrosa es que ordenaba los billetes a disponer en el día por número,yo le perdonaba esa neurosis obsesiva a todo galope.En su favor diré abrazaba fuerte, sostenía el abrazo en la despedida y ahí es cuando yo piensaba que nadie sabe nada del otro. Un dia donde todo el conurbano estaba inundado navegamos en su cochecito por Lomas de Zamora,vadeando calles anegadas, yendo desde Pavon a Camino Negro como dos borrachos,pero en auto. Charlaba con él sin pensar que un año mas tarde descansaría en sagrado o seria polvo flotando en el aire. A él le encantaba semblantear que era un lubrico turco, pero yo sabía la verdad,era un turco que le tenia miedo a las mujeres. La suya estaba estudiando para dar el examen de inspectora y estudiaba en Clacso. Por eso no paseo por Turquia como hubiera deseado. Supe por su boca de su estadía en Japon por asuntos de trabajo y de las ganas de tener una puta joven japonesa en su cama. Colgaba en su blog fotos de mas joven, vivía en villurca, y le gustaba comer comida del medio oriente,fuimos a Sarquis un par de veces y me gusto mucho nunca haber sido mala con él.

Comentarios

El Demiurgo de Hurlingham ha dicho que…
Bien contado lo que escribiste.
Saludos.

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