barrio chino

lo chino tiene que ver con el misterio, la lejanía, lo imposible de pensar .
Pero allí no lo hay o tal vez si., oculto, tras la falsa apariencia de un barrio comercial.
Imaginad la trastienda donde esas tripas se limpian para estar acomodadas en cajones de plastico en el supermercado Ichiban, las cajas olorosas adentro de los containers, los llantos en los baños de empleados de Casa China.
Me marean las infinitas cosas gourmet de Tina y compañía, y quiero comprar cada sal del Himalaya condimentada con curry, quiero comprar todos esos tes, los que tienen canela y cardamomo y gastar fortunas en paquetes que no se que tienen adentro ni como cocinar tales legumbres.
Quiero traerme a casa cosas que no entiendo lo que son, aunque las mire detenidamente, como quien busca consejo en el horoscopo.
Necesito ser millonaria y adquirir pares de media tan angostas que solo le entran a mujeres que andan de aca para alla con tacos stiletto, y  todas las ridiculeces, todas las imbecilidades que venden en el barrio chino.
Sentarme atras del supermercado, en un cajon de embalaje tomar el te como una china, con las manos sucias de desembalar salmon y armar el sutil y perecedero sushi de las gondolas,  e ir, cuando se cierra la cocina y pedir, ya no el deslucido chaw fan que comí en Mendoza y Arribeños sino otras cosas que el precio y la prudencia me impidieron probar. Cosas con ostras hervidas y sopas con bolas inmundas de pescado. Mil violetas, algas, hongos abominables. .Hasta marearme, como borracha y que me tiren a la calle los dependientes peruanos del barrio chino.
Quiero esta en el barrio chino cuando todo es peligroso, se fueron los turistas, los chinos están jugando por dinero poker en reductos alejados y sórdidos con luz violeta y mujeres medio desnudas, y las chinas acunan niños, pensando en la hora en que vendran sus maridos y viejos recuerdos de la verdadera china, y tal vez alguien puede mirar como me asesinan, desde un departamento del bajo Belgrano, mas allá de la vía, con un telescopio que es para mirar las estrellas. O suicidarme tirandome abajo del ultimo tren que va para retiro, vacío, casi absolutamente, porque Retiro de noche es una estación de malandrines, putas desesperadas y provincianos sin pensión.
Quiero estar yéndome del barrio chino cuando sacan los botes de basura y salen gatos de todos lados y los dragones de piedra se sienten desorientados mientras una nube de papeles de helados melona hacen remolino y hace frío, como en la China con nieve y montañas,  y no queda nadie y buenos aires se muestra la ciudad idiota, apocaliptica, casi muerta, donde cae una nieve blanca que lo cubre todo y me va engullendo como una serpiente que no me vi venir.

mis fotos de ayer..



Comentarios

Frodo ha dicho que…
Muy buenas fotos!
¡Esto es el barrio chino!

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