corregi un cuento del 2015 con las sugerencias del taller de Lamberti, Aca está.

Un cuento de Navidad.


 En el cielo unos ángeles soplan sus trompetas, ensayando Es una víspera pesada, caliente, y el río arrastra camalotes con bichos malos, y los pájaros huyen en bandada hacia el palmar, como golondrinas, haciendo dibujos caprichosos y apretados en el cielo, apurados por la hora y los truenos. Con las patitas en la tierra está volviendo la ruta, a dos cuadras o más de las casas,Alina tiene en la cabeza que puede llegar a ligar una bici usada, que por ahí la Jenni recibe algo nuevo y le pasa su bicicleta, algo relacionado con la justicia, un deseo que surgió en el momento exacto en que su prima recibió, la navidad anterior, una bicicleta usada pero linda, con calcomanías de Barbie. Un poco rayada, y allí se le veía lo plateado de abajo y con un timbre que no sonaba bien. La mejor bici del mundo.. Como Alina y Jennifer no creían en papa Noel, bien sabían el origen de esa bici. La había traído sin misteriod, la patrona de Claudia, hace un año. Se la había dejado de regalo, junto con ropa de invierno en verano,y unos pesos de aguinaldo adentro de un sobre entregado con mucho espamento, como si le dejara una herencia, y no algo legal. Claudia, su tía, madre de Jennifer y de otros cinco primos varones que fueron emigrando ni bien cumplieron los deiciseis, había agradecido pero no era tarada y en la cena explicó que la gorda había sido todo lo generosa que marcaba la ley. Y como a la nona le seguía pareciendo un don, le había explicado el asunto del aguinaldo. La Claudia estaba en blanco y eso era tan raro y tan bueno en el pueblo que no podia mas que agradecer su suerte, cerro el asunto la nona Pero la bicicleta había sido un regalo regalo. Y en eso estaba la magia.Esta navidad también podría haber un milagro. La patrona de Claudia, que todos llamaban por adelante la doctora,y por atrás la gorda, era dentista, y trabajaba en el hospital Al darle lo que le sobraba y seguro se quería sacar de encima, ,muy ampulosamente, mientras se servia una empanada con mas gula que cortesía,hacía su buena acción de navidad.. Cada nochebuena, desde antes de que ella tuviera memoria,la traía a Claudia en el auto, el único día, aunque en otros el camino fuera un barrial o arreciara la tormenta,con el paquete de ropa de invierno, y eso era lo mas parecido a un triste gordo de navidad. Saludaba a la nona y entregaba los paquetes, dos sidras, y estrellitas para los chicos. Entre los truenos y el ocaso, ahora la Claudia y la doctora pasan a su lado sin verla,porque las sombras bajaron. La llenan del polvo del camino, porque hace rato que no llueve. y estacionan nomas, ahí, en la puerta de la casa de la nona. Bajan dos cajas, pero ninguna cosa grande como una bicicleta. Alina se demora porque no quiere darle besos a la gorda, porque no quiere ser parte de esa escena .Si lo supiera la nona, que creía como en el catecismo en la diferencia de clases, la pondría en vereda. Alina advierte que no le va a quedar otro remedio que empezar ese año o el otro a trabajar limpiando casa, que para eso ya esta en edad. Todavía es demasiado chica y está el asunto del horario de la escuela y que todos descuentan que ella si va hacer la secundaria. Pero de limpiar casas no zafaba y aunque en el aula de sexto entre todos habían hecho una cartulina sobre los derechos de los niños, ella sabía que minga de que se era niño hasta los 18, como decía la maestra.No en el pueblo, seguro, por ahi en la capital. Un año, con suerte dos mas Estaba decidido que no se iba a ir a Buenos Aires, como su madre, a la casa de sus primos en la Villa 11 14. Aunque la quiera llevar. No, con la nona estaba bien y no le joderia hacerle de enfermera. Había visto fotos de la villa y prefería quedarse con su abuela, su río. En Buenos Aires hay mucha gente y hay robos y aquí lo peor que te puede pasar es que el río se lleve todo. Pero no a ellos, la casa estaba arriba. Acá no te puede pasar nada. Nada. Alina sabía que ahí no le iba a pasar nada nunca. Ella andaba muy bien en bicicleta, pero laJenny no sabia andar, entonces se montaba y Alina la guiaba, agarrándola del manubrio y del asiento (que estaba forrado con un plástico con barbie princesa) y la ayudaba a salir. Mas tarde, le daba un empujón de atrás, cuando la Jenny ya mantenía el equilibrio i. Una vez que la Jenny no estaba Alina la había agarrado y dado una vuelta por el frente y Claudia la vio y se bajó enseguida, con culpa. Nunca había deseado tanto algo. Un año entero. Pero junto con un montón de cosas inútiles, la nona le enseñó a no mostrar nunca el deseo, y así, de puro sofocar ganas, cada día hablaba menos. Por eso no escribío la cartita de navidad, como recomendaban los programas de la tele: '¿para que? Ya se sabia que papá noel no existía, su padre verdadero vivía con tres medios hermanos mas chicos con la de Montiel, hacia tanto tiempo, que cuando la cruzaba en el mercado, la Montiel, su viejo y los chicos, la saludaban sin enfasis, como a un extraño incomodo. Y su madre había mandado el giro mensual por western union que la nona hacía rendir sin invertir en lujo alguno, para comida y a veces zapatillas en cuotas. Los ángeles soplaban sus trompetas cada vez mas fuerte. La tormenta amenazaba arruinar la noche buena. Hoy se reunían todos, incluso su mamá vendría, pasadas las doce, y ya era hora de armar la mesa adelante, y poner unas luces, y era una mesa grande. Claudia y el marido (que no era el papa de Jenny, pero era lo mas parecido que había por ahí, en esa casa de mujeres) y la madrina vieja de Claudia y la nona y también alguno de los vecinos que estuviera solo, por ahi venia Don Orlando a saludar y se quedaba, siempre hacia eso, decia vengo a saludar y al primer convite ya estaba comiendo empanada sentado y contando chistes. Don Orlando estaba solo, y de todas maneras era bienvenido. Era de la edad de la abuela. La gorda pasa de vuelta y ahora si que la ve, y le toca bocina y le grita feliz navidad. Llegada a casa, Alina entra al baño, se pega una ducha rapida y va a la pieza y se pone sus chinelas lindas, y un vestidito tan liviano que parece de papel y se hace, ella misma, una trenza cocida que envidiarían las chicas del patin en la sociedad de fomento. Ese pelo suyo era mas lujo que una ropa de marca. Cuando sale al patio, ya se hizo de noche. No son los pájaros los que chillan, sino la familia alrededor de la mesa, y crujen las empanadas en la grasa, y las bombitas de luz parecen estrellitas del cielo. Los angeles con trompetas se han dormido, porque no hay mas truenos ni refucilos, y en las narices se siente el olor a tierra mojada que trae un viento manso, se ve que cerca ha llovido. El patio esta mojado, pero no de lluvia, la abuela ha regado para aplastar la tierra y hay en el arbol la sorpresa de una cartulina enorme con un arbol de navidad con bolas de papel glase en cada rama. Ella mira la escena como de afuera. Su primo mas pequeño (ha nacido hace nada) berrea en el carrito como un cristo recién nacido. Sus padres lo rodean, y brindan con cerveza helada y hay como unas gallinas cruzando el patío y entonces nadie necesita un pesebre de cartón. El universo da vueltas. La noche es buena . La Jenny se acerca y le muestra un celular sin linea que la gorda le dio para ella, porque lo cambió y Claudia dijo que le va a poner una linea adicional, que no es tan caro. El Lito le entrega a cada uno, y a ella también las estrellitas y las enciende y salen todos corriendo, y ella va para la calle A lo lejos, con una mochila, e intemitente por la luz de la estrellita que destella, mejor que una estrella de Belen, adelantado a la hora prevista ve venir a su madre, que de lejos parece otra chica de su edad. Jenny no le presta la bicicleta, entonces sale por el camino, corriendo a la vera de su prima, que pedalea y pierde el equilibrio en cada pozo. Suenan guarangas y alegres cumbias santafecinas en la radio, muy fuerte. Y el vestidito de papel de Alina flamea como una bandera, porque con la noche vino la fresca y por suerte no se escucha rugir el leon que guarda adentro el río nilda allegri/ 24 de diciembre de 2015

Comentarios

El Demiurgo de Hurlingham ha dicho que…
Bien narrado ese cuento, en que la protagonista tiene tan difícil el festejar, en ese ambiente tan poco propicio, que le da tan pocas opciones.
Muy bien la descripción de la dentista, del falso respeto con que la tratan.
Saludos.
José A. García ha dicho que…
Cada día que paso encuentro menos motivos para festejar algo, lo que sea, o a quien sea.
Pero bueno, dicen que así es la vida.

Buen cuento, eso sí.

Saludos,
J.
vodka ha dicho que…
que podemos hacer para que recupere la joy du vibre?

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