Nosotras, las hembras
Prodigios por todos lados. Una lectora ocasional guglea el nombre de un pequeño pueblo perdido en las Sierras Chicas. Aparece un cuento que escribí, nostalgiando un lugar de infancia, tal vez la infancia misma. Tratando de encontrarme con la que era, un torrido verano , orillando la pubertad, la que leia Susy Secretos del Corazòn (un comic de amor, que vino antes que las Corin Tellado y que hace composè con mi interés en los correos sentimentales de las revistas de mi madre) en esa casa de las sierras.
La lectora ocasional me escribe y los prodigios se suceden: tiene mi misma profesión, es coetánea, y lo mas sincrónico es que ha comprado la casa de mis tíos abuelos.Ademas, como yo, escribe poemas. Los de ella son sutiles y orientales, los míos, a veces me falta fe para pensar que son buenos. La lectora ocasional se transforma en una amiga de mail (eso existe?) y en esta semana santa fui a su casa y ahora es una amiga a secas: La casa se llama Macondo. Y puedo decir -con justicia y sin mentir-que estaba en Macondo cuando murió García Marquez.
Le debo eso, la hospitalidad y un montón de historias que nos contamos. Historias de mujeres, como eso que hacían las hembras antiguas mientras avivaban el fuego, o tejían edredones para abrigar la prole. Tantas historias. En el medio y caminamos sierra arriba y sierra abajo, mirando el verde y el agua.
Tambien le debo el conocimiento de este poema
Absolutamente propicio para el blog.
Gracias Fernanda, por haberme alojado, y no hablo de la casa.
Alejandro Crotto, Las hembras son criaturas asombrosas
A cada vuelta sangran su furia de seguir vacías.
O las golpea el rayo que las pone
a fabricar más cuerpos en sus cuerpos.
Paren sus frutos frágiles, viscosos,
dan leche tibia.
Tierras de leche y miel,
miel con fondo de flores persuasivas.
¿Ves sus ojos, la fuerza que las tiene?
No hay nada más hermoso.
No vas a acostumbrarte nunca.
Alejandro Crotto (Buenos Aires, 1978), Chesterton. Bajo la luna. 2013.
La lectora ocasional me escribe y los prodigios se suceden: tiene mi misma profesión, es coetánea, y lo mas sincrónico es que ha comprado la casa de mis tíos abuelos.Ademas, como yo, escribe poemas. Los de ella son sutiles y orientales, los míos, a veces me falta fe para pensar que son buenos. La lectora ocasional se transforma en una amiga de mail (eso existe?) y en esta semana santa fui a su casa y ahora es una amiga a secas: La casa se llama Macondo. Y puedo decir -con justicia y sin mentir-que estaba en Macondo cuando murió García Marquez.
Le debo eso, la hospitalidad y un montón de historias que nos contamos. Historias de mujeres, como eso que hacían las hembras antiguas mientras avivaban el fuego, o tejían edredones para abrigar la prole. Tantas historias. En el medio y caminamos sierra arriba y sierra abajo, mirando el verde y el agua.
Tambien le debo el conocimiento de este poema
Absolutamente propicio para el blog.
Gracias Fernanda, por haberme alojado, y no hablo de la casa.
Alejandro Crotto, Las hembras son criaturas asombrosas
A cada vuelta sangran su furia de seguir vacías.
O las golpea el rayo que las pone
a fabricar más cuerpos en sus cuerpos.
Paren sus frutos frágiles, viscosos,
dan leche tibia.
Tierras de leche y miel,
miel con fondo de flores persuasivas.
¿Ves sus ojos, la fuerza que las tiene?
No hay nada más hermoso.
No vas a acostumbrarte nunca.
Alejandro Crotto (Buenos Aires, 1978), Chesterton. Bajo la luna. 2013.
Comentarios
ah, me encanta esa sirenita azul.
Saludos.