infancia
volvi al barrio y los viejos se habían muerto. Donde estaba la almacen de la paraguaya y al lado, justo donde había una casa abandonada desde que yo era niña, habian hecho un edificio bajo, de tres pisos, propiedad horizontal sin portero, y algunos departamentos todavia no habían sido vendidos. Los bebes de mi época habrian crecido y posiblemente esos dos que charlaban en la esquina yo los habría conocido de infantes pero ya no. El barrio olía distinto, y me afanaba en encontrar aquello en lo que habia abrevado de niño.
A poco entendí que los arboles eran los mismos,algunas casas habían mejorado el frente, otras seguian iguales pero diferentes, no se que buscaba allí, tal vez la alegria, el estupor, el arreglarme con nada,la confianza en que alguien proveeria cada una de mis necesidades, la fe.
Comentarios
Tengo nostalgias peores,las de cosas que no pasaron,como mudarme.
Y cuando volvemos al lugar donde vivimos esa supuesta felicidad casi todo ha cambiado: lo poco que se conserva como era entonces ya no significa lo mismo para nosotros, y lo horrible que no veíamos nos golpea los ojos.
Cuando se muera alguno de mis tíos de Pergamino me iré derecho al cementerio, y de ahí de vuelta a casa. No me merezco el sufrimiento de ver cómo es realmente ese barrio que quise tanto.
Abrazos.
Saludos,
J.
¡Qué hermoso tango, por favor!
Cada vez que voy a visitar a mis viejos algo diferente encuentro.