del verosimil en los relatos.

kandor, claro. Mi novela.
La preocupación por que esté bien escrita.
Por que sea interesante, buena, sólida.
Algo imbecil, despues de todo, esa preocupaciòn.
Pensar en el verosimil de un mundo embotellado. En Kandor.

Casi que seria necesario la existencia de Dios para tener garantias
Un Hacedor de lo múltiple, que asegure la existencia de lo diverso, pero también los nexos y los puentes.
En las superman mexicanas que leia entonces el malvado Brainiac tenia la  tara de ir afanándose universos y embotellándolos, tal como Howard Hughes, el de los aviones y las herramientas, embotellaba su pis y guardaba sus uñas .Para Braniac, embotellar mundos era como para mi abuela embotellar salsa de tomate casera. Lo que quiero decir es que Kandor no debe ser el único, debe haber por ahí montones de  universos embotellados. Quizá nosotros mismos vivamos en uno y no nos hemos dado cuenta. El malvado Brainiac es una de las versiones posibles de Dios.

Yo también puesta a escritora o lectora (es igual, hoy y aca, mientras pienso esto)lo soy, un Dios, quiero decir. Por que poseo diferentes mundos a mi exclusiva disposición.
acá, ahora en mi mano derecha sostengo a este Kandor de papel, donde soplando las hojas, puedo ver a un viejo en su taller, haciendo pescaditos de oro, otro soplo y esta Remedios la Bella subiendo al cielo con un escándalo de mariposas amarillas, y si soplo hasta llegar a la primera hoja, claramente, se muestra como un coronel recuerda frente al pelotón de fusilamiento el día en que lo llevaron por primera vez a ver el hielo, que los gitanos presentaban como una de las maravillas del mundo.

Puedo también agarrar esta otra versión kandoriana donde un hombrecito intrascendente y obsesivo, amargado por las burlas pinta en miniatura una novia de mentira y un rato después esa novia se presenta en la pensión La Madrileña, donde vive. Mire Ud. este mundo kandoriano cuyo volumen y peso quintuplica al anterior, como Júpiter quintuplica el volumen de Mercurio. Aquí un púber escapa de un payaso parecido a Ronald Mc Donald y promete desesperadamente que si zafa de esa, va a ser asmático toda la vida. En este otro Kandor no es una ciudad, sino un barco, cuyo viaje a ningún lado comenzó hace un rato en la confitería London, y allí el alumno Felipe Trejo se felicita por su buena suerte al sacar un premio en la Lotería Turística. Y en este  otro mundo de papel, el intelectual Masotta está todavía en la Argentina, dando cuenta de por que el es un poco Roberto Arlt, qué lo asocia con el inventor lumpen de las medias vulcanizadas  y la galvanización de la rosa de bronce.

¿Qué no way de que Kandor exista? Pero, hágame el favor. Infinitos soles, infinitos universos, la posibilidad es infinita y el divino Hacedor no se repite nunca, así nos dejaba escrito ese  que supo ser peronista  y  que construyo un universo que empieza cuando  un grupo de perdedores llevaban  a pulso un atúd de modesta factura (cuatro tablitas frágiles) cuya levedad era tanta, que les parecía llevar en su interior, no la vencida carne de un hombre muerto, sino la materia sutil de un poema concluido.
¿Cómo serán los amores en Andrómeda, como la filiación en la ultima estrella atrás de la constelación del Minotauro, como será morirse en esos planetas que están al otro lado de los agujeros negros que jalonan como sierras, como cordilleras, como océanos, el vasto universo infinito. Cual será la pasión, el trabajo, el descanso en el mapa imposible de la materia y la antimateria que es un vórtice, un agujero al que se asoman los astrónomos, acaso sin entender, tal como los enterradores no pueden saber de la muerte mas que de sus vestiduras o su desnudez.

Pero si Ud. es incrédulo y no quiere ir mas lejos que lo que la escala humana permite, relájese y piense cuantos mundos simultáneos hay en el espacio, cuantos fueron escarbando la muralla del tiempo?. Y aun baje la escala, vaya Ud. a lo diminuto, en esta ciudad, y en este mismísimo momento ¿no advierte usted una sucesión de micromundos en un mismo barrio, en un mismo edificio, en un mismo lugar?

Las membranas que separan estos mundos diferentes pueden ser de cristal, de papel, de atmósferas, distancias, geografías, soportes, tiempos. Las membranas que unen estos mundos son las palabras que los habitan. Todo es texto.

Sangre, saliva ,tierra, mares, desesperanza, tripas, humores, pasiones, cadáveres pudriéndose al sol después de una batalla, risa franca de niños en  hamacas, jugos de naranjas maduradas en el sol de Andalucía, oro de los perdedores, hierro que termina siendo herramienta del trabajo en el campo, teclado de esta computadora, sonido cayéndose de un árbol en el bosque sin oreja que lo escuche, sin ser ruido, cruz de madera en ruta que recuerda el malhado día en que alguien dejo de ser, vino derramándose en la jarra, sexo que es amor, que es encuentro , que es un nuevo hijo que parirá la vida y será sangre saliva tierra risa ,humores pasiones, cadáver pudriéndose al sol. Eternidad.

Puras palabras mordisqueando sin asco el absoluto caos

un hermosisimo dibujo de Paio, argentino, claro.

Comentarios

Moscón ha dicho que…
Hay que sacar un pasaje hasta el otro lado de la calle Nilda no para cambiar de perspectiva en realidad es mejor conseguirse ojos nuevos y sumarlos a los viejos.

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