Seis días en una casa cerca del mar, en otoño, casi nadie. Un ciego sube el médano, es un hombre con las marcas inequivocas de la pobreza, y lleva un pantalon pijama celeste, de los antiguos y el pelo largo atado en colita. Es viejo, y trae un palo. Cuando aparece de la nada en lo alto del medano , intuyendo o sabiendo de su presencia, le pregunta a Jorge si es hombre o mujer. Soy hombre dice él. Amigo, ¿para donde está la casilla del guardavida? El ciego propone con el palo una dirección, absolutamente correcta. Jorge se ofrece a acompañarlo, pero el ciego viejo le contesta que no es necesario, que seguro el guardavidas se va a ocupar, lo va a venir a buscar. Jorge se queda arriba del medano y ve bajar al ciego con el palo (¿dije que el medano es muy alto?) y efectivamente, a mitad de camino al mar viene el guardavida -que estaba tomando mate- corre, lo abraza y le convida uno, a la manera uruguaya, con el termo bajo el brazo. Cuando yo llego,él me dice, con eso po...