puberes, carajo!

Hoy estaba leyendo el blog de Eterna Cadencia y aparecio un texto de Sergio Olguin, que escribiò una novela donde busque (me busque) cosas de Lanùs, porque la novela se llama, justamente Lanus. Este texto (y acá un fragmento) prologa un libro de Fabian Casas. Lo copiamos para el sirenas, la parte que me convoca. Años setenta. Populosa barriada de Lanús. Entre los pibes del barrio había una palabra que despertaba nuestras más oscuras e imaginativas fantasías con solo nombrarla: “Siroco”. Al atardecer, mientras esperábamos que llegara la noche cargada de ovnis, alguien contaba que a tal vecina se la había visto salir de Siroco, o que Menganito había terminado en Siroco con la rubia que nos gustaba a todos. Decirle a la compañera del banco adelante “te voy a llevar a Siroco” era la mayor obscenidad que se nos ocurría. Teníamos 10, 11, 12 años y el nombre del albergue transitorio de Lanús (que era el único que conocíamos) era también un canto de sirenas, un territorio en el que ansiá...