el beso del idiota impiadoso
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Hay una novedad, que era propia de los trenes, los tranvias y los trolebuses, pero no de los colectivos. Los asientos enfrentados. El truco para no desarrollar intimidad es no mirar. Uno viene con sus cosas, con sus roscas. Se mira adentro, mientras viaja hace como que está solo, en un tubo mientras cruza la ciudad de arriba para abajo, de abajo para arriba. Pero a veces, como en el extraño caso del idiota impiadoso y la gorda no es suficiente ecotomizar la mirada A los hechos me remito. La carroceria de asientos enfrentados propone una intimidad extraña. Hoy frente a mi se sienta un joven idiota. Con su cara babeante, su vozarron que no sabe de medios tonos, el idiota(*) me pide un beso. De entrada. Se sienta y me dice "me das un beso". Es apenas algo mas que un niño. Decido no tener miramientos y le digo que no, que no le darè un beso. Por que tener escrupulos? Simplemente porque se le nota lo deficiente a la legua? No tengo nada contra él, simplemente no quiero darle ...