esperando al Rengo.

Siguiendo las recomendaciones de los lectores del blog, me acovache en la piecita de la Sirena e hice el mono con las cosas del Rengo
Para que no me agarrara de sorpresa (no sabia si él guardó las llaves) puse un post it en la puerta de lata. Decia," Rengo puto, entrá si tenes huevos" Ese fue el primero. El segundo, que fijé a los dos segundos, decía mas tibiamente"golpee fuerte, el timbre no funciona"
El departamento era decente, las canillas viejas de fundición  y bien  lustradas (nunca me imaginé a la sirena como una buena ama de casa, seguro que era simple magia, porque habiaí Cif, ni Mister Musculo en la alacena). Todo parecía listo como para que yo me sentara a mirar el botiquín, los cajones de abajo, las partes de atras de los aparadores para encontrar secretos. Es que no crean que solo se buscar en el google, tambien busco destellos en las cosas donde la gente posó sus manos.
No me extrañó que  la Sirena escuchara  Aznar, en sus distintas vertientes: folklore, rock, brasilero, la musica que había hecho con Pat Metheny. Pero tanto Aznar era un exceso, hasta para una mujer pescado.Y junto con los cd dormian  libros de Shepard, marcados con lapicera bic.Me tiré, gordamente, encima de la cama. La cama estaba deshecha. Leyendo Shepard se me pasa la vida.
No entiendo por que tienen mala fama los cantos de sirenas. Todos abominan de ellos. Yo lo se, ella no quizo engatuzar a nadie, mas bien era un pajaro espino, los de la historia ñoña. A menos cuando ella se cantaba, era para arrullarse, para dormirse, para creerse un poco que la alegria era posible. No era el canto chillón que supone ponerse algodones en las orejas, ni melodioso como el de esa Tara no se cuantos que le gusta a Jonatan. Era un canto argentino. Y tengo la teoria de que ella se ahogo en vodka porque  nunca  pudo lograr que el rengo le diera bola. Nunca.
Me hago un te, y escucho a Aznar. Y miro en ese mono del rengo, en esos vaqueros con el ruedo roto, en esos cd de jazz que solo pueden ser de él, viejos, en esos libros con tapas de los 80, con letra Helvetica, que estaban apilados como esperandolo, bajo la cama, en una valija de cuero duro marron, con los herrajes oxidados, en los  diarios que deberían oler a humedad y sin embargo aromaban a jazmines, ahi mismo, con una foto de ellos, sonriendo, arriba de un puente. El la abrazaba y ella era -creanmelo- una niña. Aznar canta.

Comentarios

GABU ha dicho que…
Cante lo que sea que cante,escuchar a AZNAR.hace que se me arme un flor de nudo en la boca del estòmago... :S

BESOS EN LA ESPERA QUE DESESPERA :(

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