2da. entrada de cuentos eroticos escritos por escritoras de blogs no eroticos
Despues del post del dia de ayer escrito porAnonimo Persa, le damos entrada a el segundo cuento erotico que trata de la dura vuelta despues de un agotador dia de trabajo. Ese momento complicado donde volves llena de bolsas, hecha fruta, pensas en lo que necesitan los chicos, en la cena, en la tintura.
Igual, trabajar "afuera" no siempre es malo.
De la novel autora de cuentos eroticos escritos por mujeres que no escriben cuentos eroticos, para Sirenas ahogadas en vodka, la Señorita Puloil, aca tenemos para la selecta teleaudiencia.
Igual, trabajar "afuera" no siempre es malo.
De la novel autora de cuentos eroticos escritos por mujeres que no escriben cuentos eroticos, para Sirenas ahogadas en vodka, la Señorita Puloil, aca tenemos para la selecta teleaudiencia.
Todo tiene su parte buena y su parte
mala.
Todo tiene su parte buena y su parte
mala. Este colectivo la deja en la puerta de su casa, eso es lo bueno. La
alternativa es colectivo, tren, y otro colectivo, pero el 56 se llena en
Retiro y la gente se baja en Ciudad Evita, entonces si no se sienta en la
primera parada, Alina tiene que ir apretada como una sardina entre otras
sardinas que trabajan en el puerto, o que vienen de hombrear bolsas o
ladrillos, de pie durante una hora, a los viandazos. Y eso es lo malo.
Alina consigue asiento, muy bien,
pero en el segundo asiento, muy mal. A la primera vieja o viejo, o
embarazada, tendrá que cederlo, sin ganas, sin vocación. Ahora va sentada. La
gente aprieta, empuja, pero ella va sentada.
Este tipo que esta parado al lado de ella
no es una vieja o una embarazada. Eso es lo bueno, lo malo es que no para
de empujar. Alina hace que duerme para no ver ningún discapacitado solicitar
con la mirada el asiento: el tipo la empuja en el brazo, casi a la altura del hombro.
El empujón late. Alina sigue con los ojos cerrados pero empieza a pensar que lo
que la empuja en el brazo es un pene. Se resiste a abrir los ojos. Lo bueno es
que en realidad no le molesta, casi diríamos le gusta, a fuerza de verdad
le gusta muchisimo, además por ahí es el celular del tipo, en el bolsillo, una
fundita de cuero con el celular. Ojala que no , piensa, Ojala que si, piensa
ojala que sea un celular/ojala que sea un pene. Un pene no puede ser algo tan
duro, pero ella no va a abrir los ojos, y mucho menos mirar su brazo. Ahora, en
el adormecimiento, ese empujón de pene la hace dormirtar casi de verdad,
todo su cuerpo es el brazo, toda la atención esta puesta allí. Empieza a
sentir un pertinaz hormigueo en el bajo vientre, pero muy abajo y muy adelante,
empieza a sentir una línea de tensión entre el celular (o el pene),
el brazo y allí abajo, en un lugar medio indeterminado, pero seguramente en el
exacto punto donde el clítoris dormía su sueño de artefacto inútil a la hora de
volver del trabajo.
Los celulares vibran, no laten. Y eso,
seguramente no es pene. Es una verga. Y de un tamaño sumamente interesante,
como hace mucho que no siente allá donde vibra eso que ella tiene entre las
piernas y que no es un celular. Una flor de pija, si las pijas fueran flores,
esa seria una orquídea. Y el lugar donde ella vibra como un celular es
efectivamente la parte mas interesante de su pubis.
Entonces viene lo bueno, una vieja
salvadora, que hace todo el ruido posible para que ella sepa que esta sacando
el boleto, aparece salvadora, la mando dios para terminar con esto, antes que
se ponga a acabar, y ella tiene que ceder el asiento. Alina hace que se
despierta, se para, aliviada, diciendo terminó esto que en realidad no era
nada. Se para, y la vieja ostensiblemente, jodida como toda vieja que sube a
joder a las seis de la tarde al colectivo 56, logra el milagro de que gente
compactada se reacomode en la lata de sardinas. Alina tiene buena conciencia.
No lo vio, (y cuando uno no ve, podemos decir “ eso no existió”) y al lado de
ella hay solo una mujer que subió apenas en Retiro, un hombre con cara de bueno
y un tipo que se agacha a mirar por la ventana. Ninguno de los tres con cara de
tener esa dura verga, prueba de que dios existe y es capaz de pensar en las mujeres.
De la verga nada. Puede quedarse tranquila. Pero no, eso es lo malo.
Alina se va corriendo hacia atrás, en
verdad no tiene que bajar hasta media hora después, va arrastrándose hacia la
puerta de atrás, como puede, como si ya tuviera que bajarse, hasta que da con
él. O con ella, con la dura pija que sentía su brazo. El brazo le manda al
resto del cuerpo indicios para que reconozcan el roce, especie de señales
químicas. Su orto, que ha atravesado mochilas, carteras, vientres femeninos y
masculinos en su viaje por el pasillo del colectivo, en un momento dado lo
detecta, tiene la certeza que ese roce es el de el dueño de lo que ella esta
buscando, oomo si las señales quimicas hubieran reconocido un identik. Se
acomoda adelante, por que hay tres filas de personas paradas en el pasillo del
56. Lo bueno es que no hay manera de avanzar o retroceder. Lo bueno es que
parece totalmente casual su nueva ubicación en el colectivo. Lo malo es que si
el no es un subnormal se tiene que dar cuenta de que no es casualidad.
Alina se para delante de el. Y el la
sigue teniendo parada, pero ahora ella le vio la cara. No importa la cara, lo
que importa es eso duro que el le clava, Lo malo es que la clava fuera de
lugar, en un lugar que a ella no le interesa, en el medio de la nalga y ahí no
sirve. Lo bueno es que el colectivo se zamarrea tanto que ella rápidamente se
la puede colocar allí, donde un poco mas abajo, un poco mas adelante le
late todo.
Alina trata de pensar en las cosas
pendientes para esa noche, trata de desentenderse de su concha húmeda. Ya eso
no es una vagina, un pubis, no es la parte de adelante, no es el bajo vientre:
eso es a esa hora de la tarde y gracias a esa impensada verga una concha
mojada. Lo malo es que no puede pensar en otra cosa. Lo bueno es que siempre se
puede salir de una situación incomoda. Lo malo es que si sigue ahí va a acabar
sin lugar a dudas, como hace rato que no acaba.En el 56 que va a Ciudad Evita,
lleno hasta las chapas.
Alina decida no seguir jugando a eso. Y
baja del colectivo, para tomar el que viene atrás. El 56 tarda mucho y va
a estar en la esquina lo suficiente para construir para si misma una historia
que le otorgue un lugar de victima inocente, de pensar que el tipo tiene la
culpa y hasta va a decir en la casa que se tuvo que bajar por que un tipo la
estaba molestando y ella prefirió descender del vehiculo a hacer un escándalo,
eso no le gusta, y Nico se va a enojar con el mundo en general, la va a
consolar y nuevamente la va a invitar a trabajar juntos en la ferretería de su suegro,
ya se van a arreglar, no se puede salir mas asi, ves Alina como esta la calle..
Alina sigue en la parada y de repente, lo
bueno, es que el tipo se bajo una cuadra después de ella y viene derecho.
Lo malo es que no sabe que va a hacer. No
es la clase de mujer que tenga sexo casual
Lo bueno es que tiene muchas ganas. Lo
bueno es que siempre puede haber una primera vez. A veces, la concha manda. Eso
es lo bueno.
Comentarios
Mariposat de
http://blogs.clarin.com/erotica/
Me encantó eso de que si las pijas fueran flores, esa sería una orquídea!
Besillos!
el nigger
se deja.... y bue, a veces las cosas terminan así de bien... salu2...
O sea, si a mi me pasa lo que a la sra. ALina, reprimo el deseo (de existir) y le doy flor de boleo en el orto al maleducado. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa
el porno feminista es que te hagan cosas consentidas y vos no hagas nada, porque seria como afianzar lo heteronormativo? No tengo idea. La menor: Se que a una amiga lesbiana, casada y todo con una mujer, le gustó.