Los que estaban

Cerveza roja, Julian, cerveza negra, Daniel, dos fernet con coca, Leo y jugos y limonadas las damas.
Pilones de papas fritas con cheddar, pilón de pollo frito con salsas que fueron desaprovechadas. Poca luz, En las paredes cuadros y frases -seguramente hermosas-que no me detuve a leer.
Verónica que siempre es generosa conmigo, me regaló el libro que se ganó en el sorteo, y me compró un libro de una mina grande -¿casi como yo?- que tenía el pelo rosa y una dificultad evidente en la movilidad: Me lo compró (y era de Eloísa Cartonera, con sus tapas hechas a mano en cartón reciclado) porque ame su lectura. Marina Cavalletti /(yo tambien tengo un apellido francamente italiano, con una ele doble en el medio, que alude a la alegria) Me acerque a decirselo, que habia amado sus poemas, ella hubiera merecido mi apellido y yo tal vez, su nombre marino.

Veronica, que hizo un chiste donde unía su profesión de contadora, su apellido de documento contable y su lugar de residencia, La Plata, es una fina poeta, ademas de una generosa amiga. Escribe cosas como estas:
No quiero que te guste todo de mí/ Sólo lo indispensable/ Sólo lo que te conduzca hasta mi cuerpo/ Carretera/ Ese trastorno”.

Además yo misma me gané un libro en el sorteo. Todavía no lo miré : es como una sorpresa de lectura
El Leo me trajo un par en prestamos, un Soriano que le pedí y El corazón de las Tinieblas, de Conrad. que va de lleno a mi amor por la literatura norteamericana. También me trajo Tokio Blues y no le dije por cortesía, eso que siempre digo "Murakami esta sobrevalorado": La gente ama Tokio Blues y yo le tengo inquina. 

Tengo el pelo de un color raro. Muy oscuro (casi negro) y con mechas totalmente violetas.Me lo hice yo misma echando kilos de color fantasia en mi poco pelo.  Creo que me queda bien aunque dicen que lo negro te hace tener rasgos mas fuertes, te envejece.  Y lo violeta no te deja pasar desapercibida. Acaso no quiero pasar desapercibida, acaso ya  no me importa que me envejezca,
Tenia un vestido bastante hermoso, como una larga camiseta de algodón, anaranjada, (es mi vestido matambre de pollo)  Es una versión "sirena en vodka" extrema. Bordea el ridiculo y la actitud rock. (por llamarla de alguna manera) Parezco una heladera naranja con él y sin embargo me gusta. 

Previendo la luz escasa, lleve el kindle, que me costó poner en valor (?) .Mucho tiempo que no lo usaba pero estuvo bueno no tener que pelearme con el papel y la presbicia. Los pendejos leían de sus teléfonos celulares. Me daba un poco de risa. Pendejos, esa peste. Había un chico/chica que en otro evento me emociono con unos poemas de la penuria y el orgullo trans y gente rara. Acaso yo tambien lo soy. Un recién editado al que le hubiera dado patadas en el culo para que leyera mas fuerte, con mas actitud, para no malograr sus lindos versos. Un treintañero que me hizo reír con una poesía que giraba alrededor de la pileta familiar, el útero de la madre y la gracia de lo infame-familiar.  Y mucho amor, y sobre todo esa constante que es la angustia de la vacuidad de sentido de la vida que se sutura escribiendo, haciendo el amor, escuchando música. cogiendo, tomando, o las cosas que hacemos los monitos marchadores entre el vagido inicial y la muerte. También una chica venezolana que no conocía el invierno y que hizo una version propia del Ojalá de Silvio Rodriguez. Daniel me codeaba diciendo "epa, el nivel de despecho que puede tener una mujer". Si, Daniel, no sabes... yo si se. Una mujer despechada hace palidecer a los dioses del Olimpo, ellos pueden aprender de nuestro despecho... 


Podria haber leído los versos mas escandalosos del evento, mas que los de la rusa que leía con un desparpajo divino, y un acento ruso, que no se porque me hizo acordar a como hablaba Luca Prodan, el efecto "traduzco lo que pienso y pongo las palabras, levemente, mal"
 La rusa era muy graciosa pero los versos que no leí eran mas escandalosos. Es que estaba mi hijo y es de mal gusto. No hacía falta.Sin embargo leí un poema que tenía una palabra tabú. Estuvo muy bien hacerlo y el poema fue el que mas le gustó de los dos porque escondía mi amor a mi familia. El lo captó claramente. 

Mucha gente -generosos todos, esos calores, un martes, un enero- para escuchar a nosotros, vanos lectores de poesías

A los que estaban,mi agradecimiento infinito: Daniel, Leo, Julian, Veronica. Por no haber tenido vergüenza de mi. 

Las cosas que leí: 
Cada pulgada de amor http://sirenasahogadasenvodka.blogspot.com.ar/2017/01/cada-pulgada-de-amor.html y el freudiano  que sin mencionarla habla de la angustia "instinto o pulsion".

Last by no least: agradecimiento a Peces de Ciudad, la editorial que me dio cobijo para que mis poemas fueran mas allá de los espacios virtuales, poniendo carne al poema. Mi carne, mi voz. ahi, aullando en la tierra. 

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Comentarios

Moscón ha dicho que…
Tremenda descripción del ambiente y un cierto frenesí de la interacciones que ocurrieron.
Y lo tuyo(lo que leíste) francamente tiene la ternura coloquial en la descripción de vos con tus afectos y tu territorio doméstico en cruce con la obsolescencia a la que no renunciamos, porque es casi un abandono descartar eso que alguna vez hizo de nuestra vida mas llevadera. Cuesta desprenderse de los cachivaches casi como no amar a los retoños, y relatarlo.
vodka ha dicho que…
gracias Ale. Yo me desprendería del 70 por ciento de las cosas que mi hombre guarda en el cuartito del fondo (cables, pedazos de cosas que no serviran nunca para nada, no se muy bien como describirlo, para mi, el Caos de antes del Génesis) El Daniel que vino era nuestro común amigo de El aguante Populista . Vos no hubieras desentonado para nada. Para mi, que estuvieras, hubiera sido un pivot. Los pocos lectores de fierro del blog -no tengo por que esperar lo que no doy- de alguna manera me acompañan, ya no el acto subsidiario de leer, sino en ese otro, mas intímo, mas legítimo, que consiste en narrar, aunque sea absurdo.
Nanda ha dicho que…
Hermoso tu relato, Nilda y tus ganas de ponerle el cuerpo a la poesía!
Frodo ha dicho que…
Me hubieses dicho lo de Tokio. A mí también me parece sobrevalorado, pero no sabía cuál otro llevarte, y me pareció que los otros dos eran libros "veteranos", quería llevarte uno de ahora, ja!
Vamos a ver si Daniel me putea... si es que pasa de la segunda página.

A mí me encantaron los dos que leyó la descarada muñeca rusa, ¿cómo se llamaba el poema? ¿poesía del monotributo no?

La pasé muy bien. Con los tres que compartí la mesa (más allá de vos, que ya te conocía) la pasé diez puntos y me hicieron sentir muy cómodo.

Un beso!
Nos vemos la próxima! Y te venís con libros bajo el brazo eh jajajaj

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