Trabajo en obra: la cocina de un poema.

Mi amiga Fernanda es poeta y trabaja sus poemas como un orfebre la joya.
Yo la envidio tanto. Ella agarra la palabra, la pone aquí, la pone allà. La lee en voz alta. La reemplaza.
La lleva a la medica de palabras, le toma la talla, la fiebre, la hace sonar como campanita, y el resultado esplende.

Y le sigue dando vueltas y cuando tiene el poema, se fija donde ponerlo para que luzca, como hacen los que cuelgan cuadros. No los cuelgan a la que te criaste, lo cuidan, para el cuadro luzca.

Ella siempre me malcria, me dice que le gustan mis poemas, me da animos. Yo quisiera que fuera mi maestra de poemas. Que me tomara de discipula, como hacian los maestres antiguamente, que agarraban a un tonto del pueblo para adiestrarlo en las artes de la herreria, de la manufactura de guantes, de cualquier cosa.

No es tan dificil ni tan facil que alguien se ponga a leer tus poemas para mejorarlos. Tres veces quise participar en talleres que no cuajaron en acto: Una vez fue con Gabriela Cabezon Camara, que se quedo con mi telefono para avisarme, otra con Osvaldo Bossi que no me contesto el mail y la tercera con Angela Pradelli que tenia el cupo lleno y tambien quedo en avisarme, pero no.

Con mi amiga Fernanda que no se gana la vida mirando poemas de otros, no hay dinero de por medio, esta la amistad,nomas. No es bueno la amistad en estas cosas porque supongo que no puede decirme, nilda deja estas metaforas que ya las gastaste, buscate otras.

Hoy a las cinco de la mañana escribi este poemita pensando en mi abuela, que ya murio hace como 27 años.
Pero como yo ya era adulta, la recuerdo de lo mas fresco.Lo escribi en la cama, tratando de que luz del celular no despertara a Jorge. Y se lo mande a Fernanda, para ver si me lo ayudaba a ponerlo mas lindo.
Espero que lo haga, yo se que adentro de èl hay algo que puede mejorar.

Se llama Minestrum o Pulenta.  Y es este. Tengan cuidado, es un poema en obra. Esta lleno de cascotes y mugre.

(post scriptum: 2 de enero de 2016. Empecé un taller con Osvaldo Bossi y le arregle, dos o tres cositas, quedó mas simple, ya está adecentado)


Mi abuela estaba postrada
con dos pasitas rubias en vez de riñones,
y en la cabeza cana y lacia,
por afuera y como siempre,
las dos peinetas
y por adentro 
un par de tutucas.

Entre cobijas las patitas flacas
que envolvian
músculos laxos como tiras de papel al viento
después de  haberles servido
 
para caminar la casa
más de noventa años
cortando yuyo
organizando el caos
dando de comer al hambriento
minestrum o pulenta.

Mi abuela, mujer que nadie podría adjetivar
de frágil o inservible 

En esa época de la que les hablo
moraba en una pieza
en nuestra casa natal
que remedaba
 despojada escenografia de  geriátrico 
(una silla-trampa con bacinilla
la cama ortopédica
 lugares para sentar a las visitas)

Yo iba un rato con mi cría de brazos
y hablaba con ella
la reina obrera
sin alarmarme por los desvaríos
 Algunas cosas imprescindibles
tenia la obligación de preguntarle
antes de que partiera a pudrirse en la tierra
por ejemplo
como era ese pastiche de panceta picada
con perejil y ajo que se metia arriba de la sopa.
 
Me decía
Fíjate, Nilda
me parece que a la noche amase capeletis
y los deje a orear arriba de la heladera.
O me contaba que había recibido visitas
De parientes muertos
Décadas atrás y en Italia


Ella y yo
hacemos cosas imposibles
mientras se duerme

Comentarios

Moscón ha dicho que…
Ooooootra genialidad mas, tres personas, una cría, y los enlaces a pura pupila y retina del alma.
Nanda ha dicho que…
Me gusta mucho este poema y escrito así casi a mano alzada.

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